Un nuevo paso para convertir la iglesia de San Francisco en un memorial del 3 de Marzo
Lakua, la Diputación de Araba, el Consistorio de Gasteiz y el Obispado han suscrito un «protocolo de intenciones» para convertir la iglesia de San Francisco en un centro memorial del 3 de Marzo. No se ha definido el contenido, ni se han fijado plazos, aunque Artolazabal habla de un año.
El Gobierno autonómico, la Diputación de Araba, el Ayuntamiento de Gasteiz y el Obispado han firmado este jueves un «protocolo de intenciones» para poder convertir la iglesia del San Francisco de Asís en un centro memorial que recuerde los hechos acaecidos el 3 de marzo de 1976, cuando la Policía Armada mató a cinco trabajadores.
En una comparecencia ante los medios de comunicación, la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, ha recordado que la iglesia, situada en el corazón del barrio de Zaramaga, fue escenario de unos «trágicos y luctuosos sucesos».
«Hoy ponemos la primera piedra para que ahora sea lugar de memoria y faro de convivencia», ha manifestado la consejera, que ha evitado fijar plazos para la ejecución del proyecto, aunque sí ha indicado que la idea inicial es que «igual transcurrido un año podamos poner en marcha el memorial».
Tampoco ha dado detalles sobre el material que albergará la iglesia, que a día de hoy guarda belenes y árboles de Navidad; y ha incidido en que apuestan por «un proyecto desde el liderazgo institucional y la colaboración social, con participación de entidades memorialistas y sindicatos».
No en vano, la iniciativa de crear un memorial ha sido planteada y defendida por Memoria Gara, una iniciativa ciudadana que lleva años trabajando para mantener vivo el recuerdo de las víctimas del 3 de Marzo que, a día de hoy, luchan por lograr en Argentina la Justicia que no han obtenido en Euskal Herria.
«El Estado es responsable»
En este sentido, la Artolzabal ha recordado que «el Estado es responsable de la utilización indiscriminada e ilegítima de la violencia por parte de la Policía Armada, y el Estado español, además de reconocer el daño causado, ha de ser firme en su autocrítica y en su reconocimiento, porque fue injusto, radicalmente injusto».
Esta opinión es compartida por el diputado general de Araba, Ramiro González y por el alcalde de Gasteiz, Gorka Urtaran, que ha destacado que «damos un paso importante para que los cinco trabajadores asesinados en 1976 sean reconocidos como víctimas de abusos policiales, equiparables a víctimas del terrorismo».
Por último, ha tomado la palabra el obispo, Juan Carlos Elizalde, quien ha recordado que «hace cuatro décadas, cuando aún no había democracia, en plena Transición, muchos sacerdotes abrieron los templos para las asambleas de obreros. A todos ellos queremos hacerles presentes también aquí».