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Un tribunal prohíbe que los servicios secretos alemanes vigilen al ultraderechista AfD

Un tribunal ha prohibido a los servicios secretos alemanes que se investigue de manera sistemática al partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que estaba en el punto de mira de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV).

Andreas Kalbitz, líder de la AfD en Brandeburgo, pronuncia un discurso, en una imagen de archivo. (Gregor FISCHER/AFP)

El Tribunal de lo Contencioso-Administrativo de Colonia ha prohibido temporalmente este viernes a los servicios secretos alemanes seguir de forma sistemática al partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), informaron medios de ese país.

La decisión se ha hecho pública apenas dos días después de que trascendiese que la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV) había clasificado a esta formación como «caso sospechoso», lo que permite los seguimientos de forma continuada y general a toda la estructura del partido.

La medida sobre el tercer mayor partido en el Bundestag (cámara baja) y primer partido de la oposición se conoció apenas dos semanas antes de que arranque el «superaño» electoral alemán, con seis comicios regionales y las generales del 26 de septiembre.

El fallo, que no es firme, puede ser apelado ante el Tribunal superior de lo Contencioso-Administrativo de Münster. La sentencia responde a una querella de AfD contra la BfV.

El paso de la inteligencia alemana, que trascendió este miércoles pero se tomó el pasado jueves, suponía un salto cualitativo en la presión de las fuerzas de seguridad sobre la formación, nacionalista y xenófoba, y un movimiento inédito en Alemania.

Al ser calificado como «caso sospechoso», la BfV y otras agencias de inteligencia podían, más allá de seguimientos puntuales a individuos o a las secciones que hasta ahora se habían catalogado como objeto de observación, pinchar conversaciones telefónicas y emplear recursos económicos para lograr confidentes.

Informe de 1.001 páginas

Los servicios secretos basaron su decisión en un informe de 1.001 páginas que incluye pruebas de supuestas violaciones contra el orden liberal democrático recopiladas por juristas y expertos desde comienzos de 2019. Entre ellas, varios centenares de discursos y declaraciones de miembros del partido.

También se compilan como pruebas la influencia sobre la formación de su extinta corriente radical, a la que la propia dirección conminó el año pasado a disolverse tratando de esquivar a los servicios secretos, y sus vínculos con varias organizaciones de extrema derecha.

El semanario ‘Der Spiegel’ apunta este viernes que en el informe se alerta también de la creciente disposición a la «violencia de partes» de AfD.

La medida de la BfV y la posterior decisión judicial sobre el tercer mayor partido en el Bundestag (cámara baja) y primer partido de la oposición se conocieron apenas a una semana de que arranque el «superaño» electoral alemán, con seis comicios regionales y las generales del 26 de setiembre.

Las consecuencias electorales de estos hechos son difíciles de calibrar. AfD ha caído en las últimas semanas en los sondeos nacionales hasta entre el 9% y el 11% de los votos (cuarta fuerza) y la mayoría de sus votantes son ya parte del núcleo duro.

La polémica llega en un momento complicado para el partido, que atraviesa serias dificultades para presentar un perfil claro, tras coquetear con el negacionismo de la pandemia, y que sufre una larga y mal disimulada guerra interna entre el sector pragmático y la rama más radical.