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Bolsonaro, acorralado por el agravamiento de la pandemia: más de 2.000 muertes en un día

De furibundo negacionista a fervoroso dispensador de autorizaciones para comprar vacunas. El cambio de rol del presidente de Brasil refleja que se siente acorralado porque no sabe cómo gestionar la tragedia a la que tanto ha contribuido, con más de 2.000 fallecidos por covid en las últimas 24 horas.

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, durante el acto en el que, el miércoles, sancionó la ley que autoriza a los estados, los municipios y al sector privado a comprar vacunas. (Evaristo SA | AFP)

Brasil ha superado los 2.000 muertos diarios de covid-19 por primera vez desde el comienzo de la pandemia mientras su presidente, Jair Bolsonaro, intenta paliar el desgaste provocado por su negacionanismo, objeto de mordaces críticas de su rival político, Luiz Inácio Lula da Siva.

Desde hace dos semanas, Brasil suma un récord tras otro de víctimas por covid-19, una trágica marca que confirma a este país como el epicentro mundial de la pandemia un año después de que fuera decretada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Brasil sumó el miércoles 2.286 víctimas mortales en 24 horas por primera vez desde el 12 de marzo de 2020, fecha en la que se registró el primer deceso, y los científicos coinciden en que todavía no ha sido alcanzado el pico de la curva de una segunda ola más letal que la primera.

El negacionismo de la ultraderecha

El grave recrudecimiento de la crisis sanitaria y el lento proceso de vacunación han comenzado a pasar factura al líder de la negacionista ultraderecha brasileña en momentos en los que varios Estados del país ya ha entrado en colapso sanitario.

Como recuerda para la agencia Efe Alba Santandreu, Bolsonaro ha desdeñado en innumerables ocasiones la gravedad de la pandemia: ha tildado al coronavirus de gripecita, ha declarado que las mascarillas «son cosa de maricas» y ha criticado con fuerza a los gobiernos regionales que han adoptado medidas para restringir el tránsito de personas y todas las actividades productivas, a las que se opone por el efecto que tienen sobre la economía.

Y llegó a poner en duda la eficacia de las vacunas contra la covid-19, la cual ya ha adelantado que no tomará.

Y en esto llegó Lula

Pero pareció dar un sutil cambio, al menos momentáneo, coincidiendo con la vuelta al ring político de su principal rival, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, cuyas condenas por corrupción fueron anuladas y le abrieron la puerta para una eventual candidatura de cara a las elecciones de 2022, en las que Bolsonaro probablemente buscará su reelección.

Aunque no despejó su futuro político, el carismático líder del Partido de los Trabajadores (PT) ya habla como candidato y se ha alzado como un contrapunto a Bolsonaro en la lucha contra la covid.

En su primera comparecencia pública tras la decisión judicial, hizo campaña a favor de la vacunación y expresó, al borde del llanto, su condolencias por las más 270.000 víctimas mortales de la covid-19 en Brasil, pidiendo a la población no acatar «ninguna decisión imbécil» del líder ultraderechista.

Posteriormente, Bolsonaro compareció con mascarilla y abrazó el discurso de la vacunación. Su primogénito, el senador Flavio Bolsonaro, publicó una imagen en sus redes sociales en la que aparecía una foto del presidente y el mensaje «La vacunación es nuestra mejor arma».

Pero el proceso de inmunización avanza en marcha lenta ante la falta de dosis en momentos en los que el país atraviesa la fase más dramática de la pandemia.

Sao Paulo suspende hasta partidos de fútbol

En este escenario, Sao Paulo, el estado más poblado y rico de Brasil, ha dado un nuevo giro de tuerca en sus restricciones y determinó este jueves la prohibición de misas y cultos, así como la suspensión de eventos deportivos como partidos de fútbol.

El gobierno regional ya había decretado la semana pasada el cierre de todos los comercios no esenciales para frenar la expansión del virus, que la víspera dejó un récord de 517 muertes por covid-19 en el estado.

«Llegamos al momento más critico de la pandemia, nuestros hospitales están llegando en el limite máximo de ocupación (...) Brasil está colapsando y, si no frenamos el virus, lo mismo pasará en Sao Paulo», advirtió el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria.

Este jueves, Sao Paulo, el estado con mejor y mayor estructura hospitalaria del país, ha contabilizado 20.976 personas ingresadas por complicaciones de la enfermedad, de las que 9.184 se encuentran bajo cuidados intensivos, un récord que ya se renueva por vigésimo día consecutivo.

El vicepresidente lamenta un «uso político terrible» de la pandemia

Hasta el vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao, ha reconocido se ha hecho un «uso político terrible» de la pandemia, pero ha repartido responsabilidades a partes iguales entre el Gobierno y la oposición.

«Esto ha sido un movimiento político. Esta pandemia ha sido utilizada políticamente tanto por nuestro lado como por la oposición. Ha estado mal», ha admitido.

Mourao ha incidido en «la dicotomía» entre el presidente Bolsonaro y el gobernador de Sao Paulo como responsable de esta disputa legal y política en torno a la pandemia, que incluso ha llegado hasta las vacunas.