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La incidencia sigue bajando en Ipar Euskal Herria y no se sabe por qué

Ipar Euskal Herria tiene en estos momentos la incidencia más baja de todo el Estado francés. Con menos de 42, la bajada, que continúa imparable, es mayor que la de sus vecinos. Se aducen diferentes razones para ello, pero ninguna lo explica realmente, por lo que se habla incluso del viento.

La Policía, controlando los papeles de los paseantes en Donibane Lohizune. (GUILLAUME FAUVEAU)

Desde hace una semana el departamento de los Pirineos Atlánticos, que engloba a Ipar Euskal Herria, ha salido del estado de alarma, con una tasa de incidencia de 42, la más baja del Estado francés. A eso hay que añadirle que es incluso más baja en la zona de los tres territorios del norte que en el Bearn, su compañero departamental. La bajada es constante y no se encuentran razones científicas contundentes para explicarlo.

Las medidas sanitarias son muy estrictas en Ipar Euskal Herria, el toque de queda es a las 18:00, la hostelería y los centros culturales y deportivos están cerrados y la muga con Hego Euskal Herria está parcialmente cerrada. Pero estas medidas son las mismas en todo el Estado francés, y en cambio la bajada es mucho mayor. Esta cifra es especialmente llamativa si se compara con la incidencia de 486 en la zona de Niza y de 407 en la de Dunkerque, que tiene las mismas medidas, e incluso se ha establecido el confinamiento los fines de semana, para frenar la expansión.

Sin ir tan lejos, la cifra también es destacable respecto a sus vecinos más cercanos, ya que en los departamentos colindantes es también bastante más alta, con 81 en el Gers y los Altos Pirineos y 70 en las Landas.

Turistas

A estas cifra sorprendente hay que añadirle que Lapurdi, y sobre todo su costa, es una zona turística, y que desde el 7 de febrero hasta el 8 de marzo ha habido miles de personas que se han acercado desde diferentes puntos del Estado, coincidiendo con las vacaciones escolares de invierno.

Esta ola turística ha sido muy patente en las zonas de paseo tanto costeras como de montaña, así como en las calles y plazas de las ciudades, especialmente en ciertas calles comerciales, que mostraban imágenes de épocas estivales.

Si desde el comienzo de la pandemia la zona del suroeste y la zona de Bretaña han sido de las zonas menos afectadas por el covid-19, en otoño se llegó a niveles de 600 casos por 100.000 habitantes, y teniendo en cuenta esto la bajada es aún más espectacular. Precisamente, es esta también una de las posibles razones que se aducen para tratar de explicar la situación actual. La directora de la Agencia Regional de Salud de Nueva Aquitania, Maritxu Blanzaco, ha afirmado que, tal vez, esa gran incidencia ha creado una cierta inmunidad colectiva.

El bajo porcentaje de las variantes es otro de los datos que se han puesto encima de la mesa en la búsqueda de respuesta, aunque su presencia sigue aumentando mientras la tasa baja. A nivel estatal la variante inglesa supone el 65% de los casos, cuando en los Pirineos Atlánticos es el 39%, y las brasileña y sudafricana menor del 1%, frente al 5% en el Estado.

También se aduce que el cierre de la muga con el Estado español puede ser una de las razones, aunque sean otras zonas fronterizas las que se encuentran en las peores situaciones a nivel estatal, como la citada Niza que tiene frontera con Italia, o el departamento del Norte, que hace frontera con Bélgica y tiene una incidencia de 324.

Tampoco se puede hablar de la vacunación como razón para ello, ya que en estos momentos en la región de Nueva Aquitania en la que se encuentra Ipar Euskal Herria el porcentaje de las personas que han recibido por lo menos la primera vacuna es del 7,2%, algo mayor que en el Estado,  donde se encuentra en el 6,21%, pero no determinante.

El viento

Incluso se ha llegado ha hablar del viento, ya que la contaminación atmosférica es un factor asociado a la transmisión, y que al soplar con fuerza en la costa vasca podría limpiar más el aire, aunque no sea más fuerte que en los territorios vecinos. Además, cabe recordar que la semana pasada el departamento estuvo en situación de alerta por contaminación del aire.

Tampoco se puede pensar que sea una bajada de atención y seguimiento la que haya acarreado un cambio en las cifras, ya que a pesar de esta bajada los test siguen haciéndose al mismo ritmo, y además las pruebas son claras. Según los últimos datos había tres pacientes en planta con covid-19 en el Hospital de Baiona y otros tres en la UCI, llegados a Lapurdi desde África. Se trata de tres personas de nacionalidad francesa, que han sido evacuados a Euskal Herria debido a la baja incidencia, como ya ocurrió durante la primera ola, en la que se acogió a pacientes de otras zonas que estaban bajo una presión hospitalaria mayor.

Se podría pensar que haya habido un mayor cumplimiento de las medidas sanitarias, pero al igual que durante toda la pandemia, no está siendo especialmente estricto. Ahora, además, esas medidas son cada vez más difíciles de cumplir, teniendo en cuenta la situación favorable. Blanzaco habla del efecto tijera, y que aunque la tendencia sea significativamente descendente, podría subir debido a las variantes, que aumentan su presencia. Es por ello que argumenta que no deberían de reducirse ahora.

Pero la sociedad cada vez está menos a favor del mensaje de que a pesar de estar en una situación considerablemente mejor que en el resto del Estado, y también que en otros lugares de Europa, las medidas sean tan estrictas. Esto está teniendo como consecuencia que cada vez se respeten menos las medidas, especialmente la del toque de queda a las 18:00, contra la que cada vez se están levantando más voces.