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Salmond, ¿piloto o copiloto hacia un nuevo referéndum?

Nadie sabe el efecto que tendrá el nuevo partido de Alex Salmond en las elecciones del 6 de mayo. Lo que sí ha quedado claro es que ya, de una forma u otra, condiciona la posición que debe tomar el SNP hacia un nuevo referéndum.

Alex Salmond, en una imagen de 2018. (Andy BUCHANAN / AFP)

El pasado viernes el expremier escocés Alex Salmond confirmó su regreso a la política activa, liderando la nueva formación independentista Alba Party en las elecciones del próximo 6 de mayo. El anuncio produjo reacciones de todos los partidos políticos y medios de comunicación británicos pero, ¿hasta dónde va a llegar el impacto Salmond?

La irrupción de la nueva formación se ha presentado en términos muy personales. Algo lógico si atendemos a que el exministro principal ha sido, si no la más importante, una de las figuras más importantes del nacionalismo en el norte de la isla. A ello debemos añadir el enfrentamiento abierto con Nicola Sturgeon y la grieta cada vez más visible en el SNP sobre las estrategias independentistas. Salmond lo tiene todo para ser actualidad.

Alba Party ha aterrizado con la mira puesta en los comicios de mayo y con el objetivo de lograr una «supermayoría» indepdentista que haga inevitable un segundo referéndum de independencia. Pero escarbando un poco en el anuncio, se atisba un intento de situar el partido a la izquierda del SNP. Y ahí hay hueco. El viernes se presentó como una formación socialdemócrata y los primeros nombres que han recorrido el camino del SNP a Alba Party pertenecían al ala izquierda del partido hegemónico en Escocia.

El SNP siempre ha sido un partido heterogéneo, donde el proyecto independentista ha funcionado como nexo de unión para distintas corrientes políticas. Sin embargo, las dudas por la inacción, al menos de forma pública, de Sturgeon ante las reiteradas negativas de Boris Johnson a acordar un segundo referéndum ya habían llevado a la creación de dos nuevos partidos independentistas: Acción por la Independencia (AFI) y el Partido Independencia de Escocia (ISP). Los primeros ya se han retirado de la carrera electoral y han pedido el voto para la formación de Salmond y no sería de extrañar que el ISP tomase el mismo camino.

Pero, más allá del ruido de los primeros días, ¿estará Salmond en el próximo Parlamento escocés? Es posible que el personalismo lleve a Alba Party a Holyrood. Escocia tiene un sistema de representación proporcional mixta. Explicado de forma breve, los escoces dan dos votos, uno por cirscunscripciones y otro a listas a nivel nacional, que después se compensan. Alba Party tan solo luchará por esto último, encabezados por Salmond, lo que hace prever que superará la barrera del 7% necesaria para entrar. De hecho, no es descartable un Gobierno entre SNP y Los Verdes, con Salmond encabezando una oposición en la que las fuerzas unionistas se están viendo fuera de juego.

Nervios del resto

Y desde ahí podría resultar decisivo en el proceso independentista. George Kerevan, analista en ‘The National’, apunta a la siguiente hipótesis en caso de que un nuevo Ejecutivo de Sturgeon no tomase la decisión de organizar, por la vía que resulte, el referéndum: el SNP quedaría entre la espada y la pared ante una iniciativa parlamentaria en ese sentido del propio Salmond. Y quienes componen Alba Party sí que han mostrado su predisposición a buscar vías alternativas al acuerdo con Londres. Por tanto, a los mandos como en 2014, o desde el asiento del copiloto (en Escocia a la izquierda), el expremier llega con la intención de resultar decisivo en el camino que tome el proceso independentista escocés.

El resto de formaciones se han mostrado nerviosas ante el anuncio del expremier y ya han mostrado sus cartas: desacreditar al cabeza de lista de Alba Party por las acusaciones de abuso sexual, a pesar de haber sido absuelto. La propia Sturgeon, sin dar su nombre, afirmó que tiene «mucha menos paciencia con aquellos que tratan la política como un juego y con cualquiera que se entregue al interés propio antes que al mejor interés del país». Todos pensaron en Salmond.

Sin embargo, el que fuera ministro principal de Escocia hasta el día siguiente del referéndum de 2014, está jugando a ser la cara amable del debate y no confrontar directamente con el SNP, tratando de acercar a votantes de este partido. De hecho Salmond dijo que Nicola Sturgeon era «la mejor persona» para liderar Escocia y que el SNP «debería ganar una amplia mayoría». «Ella es la única candidata independentista viable y, por tanto, la mejor», insistió. Además de apuntar que no tiene ambición de entrar en el Gobierno, por lo que ha pedido a los votantes independentistas que voten SNP en los distritos y a Alba Party en la lista nacional.

La clave del noreste

Todas las elecciones tienen distritos o zonas clave en las que los movimientos políticos marcan el resultado general. En Escocia, una de estas es el noreste del país, germén del dominio que tiene ahora el SNP en casi todo el territorio. Tras la devolución de 1999 era el único feudo de la formación nacionalista y ahora se estaba convirtiendo en la plaza de recuperación de los conservadores. Y aquí se ha apuntado a jugar Salmond.

En 2011, el año en el que el SNP dio el salto al poder que conllevaría al referéndum, la formación se hizo con todos los distritos electorales de la zona (y el líder del SNP era Salmond) y los Verdes formularon la misma propuesta que hace ahora Salmond: pedir a los independentistas que el segundo voto fuese para ellos. Sin embargo, no llegaron a ese 7%.

En apenas tres días no hay datos ni encuestas para pensar en el resultado que pueda cosechar Alba Party y las predicciones de la prensa van desde no lograr representación hasta situarlos por encima del Partido Conservador. Pero no lo tendrá fácil. Por el momento, la BBC ya ha anunciado que Alba Party no participará en los debates electorales (el primero mañana mismo) al no tener representación parlamentaria, por lo que Salmond, un experto en el cuerpo a cuerpo, pierde una de sus principales armas.