GBC y Bilbao Basket afrontan una semana de jornada doble con las alarmas encendidas
Después de las victorias de Betis, Obradoiro, Fuenlabrada y UCAM Murcia, los dos equipos vascos capitalizan los puestos de descenso y afrontan la recta final de la ACB con la urgencia de ganar muchas veces y que otros fallen.
«Encontrar a dos equipos peores que tú», suele ser un sonsonete bien conocido de los equipos de cualquier competición liguera que pelean por evitar el descenso. Acunsa Gipuzkoa Basket y RETAbet Bilbao Basket han entrado en esta semana de jornada doble con todas las alarmas encendidas, ya que son ellos los dos equipos que copan los puestos de descenso en la Liga ACB, con la inempeorable noticia de que en la pasada jornada todos sus rivales directos; Betis, Fuenlabrada, Obradoiro y UCAM Murcia; todos salvo Estudiantes –que ya de por sí se encuentra bastante lejos– han ganado. Por ende, esta semana de jornada doble no precisa hallar la manera de encontrar «a dos equipos peores que tú», sino al menos uno, porque el vecino de una punta o de la otra de la A-8 tiene pinta de ser uno de los sacrificados.
Así como suena: aunque las matemáticas dicen que la salvación de los dos equipos vascos con problemas clasificatorios de la Liga ACB es todavía posible, la realidad es todavía más tozuda, y afirma que, si se salva uno, ya será como para darse con un canto en los dientes.
Porque ya no se trata de ganar uno mismo, sino de que fallen otros. Pero lo segundo, si no acontece lo primero, es inútil. Acunsa GBC y Bilbao Basket deben ser capaces de hacer algo que todavía apenas si han conseguido esta campaña: encadenar más de una victoria, sin preguntar quién está enfrente ni dónde se juega.
«It's basketball, man», solía recordar el bueno de Richard Scott para subrayar lo obvio, que no es otra cosa que no hay plan que la pelota naranja respete, en cuanto que todas las cuentas de la lechera dependen de que la bola pase o no por el aro ajeno y no por el propio; tan de Pero Grullo como aplastante.
Así las cosas, Gipuzkoa Basket, por empezar con el colista de la Liga ACB, dio alas, hélices y turborreactores a un Betis que en Illunbe pudo revivir, sacando un 68-91 que supuso la octava victoria para la escuadra hispalense. Un rejonazo que nadie sentiría como los pupilos de Marcelo Nicola, pero que tampoco sentaría bien en las huestes de Bilbao Basket, de forma tangencial.
Si solo hubiera sido aquello, luego el Obradoiro, que semanas atrás también ganó en Illunbe, doblegaba al Manresa por 90-87, al tiempo que el domingo se cerraba el fin de semana de las calamidades por el 89-83 con el que Fuenlabrada superó a un Burgos a medio camino entre sus recuperados por la covid-19 y la Final Eight de la FIBA BCL, por no hablar de la undécima victoria del UCAM Murcia, superando nada menos que a Saski Baskonia. ¡Once victorias! ¡Quién las pillara!
«Tenemos que luchar y competir hasta el final. Pero todos juntos, creyendo y no haciendo la guerra por nuestra cuenta». Así se expresó Marcelo Nicola tras el bofetón encajado el sábado pasado, unas palabras que no dejan lugar a dudas de que Gipuzkoa Basket, excepto por el renacer que tuvo allá por el mes de enero –diría un suspicaz que coincidió por la ausencia del propio Nicola, aquejado en aquel entonces por la covid-19–, ha caído en esta temporada 2020/21 de la Liga ACB nacido para ser colista o para pelear por dejar de serlo.
Bilbao Basket está a una victoria, el Betis a dos y Obradoiro y Fuenlabrada, a tres, teniendo el average perdido con todos ellos. Pero en vez de mirar a los posibles empates, los donostiarras han de ser capaces de empatar con alguien, suerte que a lo largo de la campaña apenas si han tenido, y que, para mayor ironía, han logrado ante rivales de altura casi siempre, perdiendo en todos sus envites directos ante los rivales por la salvación.
El rendimiento del equipo guipuzcoano ha entrado en barrena justo cuando mejor lo tenía, tras ganar de forma convincente hace un mes al Valencia y abandonar el puesto de colista, pero cuatro derrotas seguidas encajadas tras ese encuentro parecen ya un lastre insuperable para los de Illunbe.
Y en esas, los guipuzcoanos afrontan la noche del miércoles 14, a partir de las 21.15, un choque esencial ante San Pablo Burgos, antes de visitar Zaragoza el domingo 18 a las 20.00, lo más parecido a un rival directo, aunque con 10 victorias, los del «Oveja» Hernández tampoco parecen al alcance de los donostiarras.
Sin comerlo ni beberlo
Seguro que ustedes conocen de historias según las cuales un desconocido tío de América, apodado «El Indiano», se murió sin ustedes saberlo para dejarles una apabullante herencia repleta de dinero, terrenos y numerosas acciones en reputadísimas empresas llenas de beneficios.
Pues, en lo que concierne a Bilbao Basket, este fin de semana se ha topado con una historia prácticamente, aunque no del todo, opuesta a ello. Que el Betis ganara en Illunbe era algo que podía pasar y pasó. Pero que el Obradoiro y Fuenlabrada superasen a Manresa y San Pablo Burgos no entraba en las quinielas de nadie y, sin comerlo ni beberlo, los hombres de negro se hallan en penúltima plaza en solitario, a una victoria de la salvación, a dos de la tranquilidad y a tres de ninguna parte.
Con gusto explicaría Alex Mumbrú a sus huestes que más vale economizar esfuerzos, que el partido del jueves a las 21.15 en la cancha de Unicaja bien podría dejarse pasar, para centrar sus esfuerzos en una finalísima el sábado 17 a las 18.00 en Miribilla frente al Fuenlabrada, un «Fuenla» que ha encontrado en los cambios de banquillo los impulsos de electroshock para salir del atolladero clasificatorio en el que se hallaba metido.
Pero los de Mumbrú no podrán saltarse el viaje a Málaga y su regreso, el partido a las tantas ante un rival que pelea por meterse en los playoffs e irá con todo, y el descanso de menos de 48 horas antes de afrontar un duelo a cara de perro ante un rival directísimo.
Un rival directísimo que además, al igual que Unicaja el fin de semana, ha visto cómo su partido del miércoles en Andorra ha quedado aplazada, dado que, por enésima vez a lo largo de la campaña, los positivos por covid-19 han vuelto a azotar a la plantilla que dirige Ibon Navarro. Es decir, que Fuenlabrada tendrá toda la semana para preparar su partido del sábado, parte con dos triunfos de margen respecto del cuadro bilbaino y sabe que, de ganar, prácticamente sellará su permanencia, digan las matemáticas lo que quieran decir.
En esta tesitura, Bilbao Basket no tiene otra que tragar y buscar algo que no ha logrado a lo largo del año: ganar a un rival que se halle entre los diez primeros de la tabla clasificatoria. Nunca está de más lograrlo y Unicaja, a pesar de sus innegables talentos, está viviendo un año la mar de errático que ni la llegada de Fotis Katsikaris al banquillo ha conseguido corregir.
Enemigos íntimos
Asimismo, el calendario del Betis y del Obradoiro también se vuelven fundamentales para los hombres de negro –siempre y cuando estos sumen, nunca está de más recalcarlo–. Por lo pronto, los de Joan Plaza reciben el miércoles a las 18.30 al UCAM Murcia, un UCAM Murcia que acaba de hacerse con el ex de Bilbao Basket Kostas Vasileiadis a cuenta de sus muchas bajas. El escolta heleno hace años que pasó sus mejores días, pero si tuviera un penúltimo arranque anotador, sus muchos amigos que dejó en Bilbo se lo agradecerían en el alma. Los hispalenses, por su parte, cierran la semana el domingo al mediodía en la cancha de Estudiantes, completando una suerte de «gira por la supervivencia».
Si Bilbao Basket consigue no descolgarse de esa pugna por la supervivencia, cualquier resultado del duelo entre Estudiantes y Betis puede venirle bien, aunque teniendo en cuenta que su average particular está ganado con los andaluces y perdido con los madrileños, tal vez le viniera mejor la victoria estudiantil; aunque quién sabe.
Obradoiro no jugará hasta el viernes 16 su partido de la jornada 31, que lo enfrentará a Valencia Basket en La Fonteta, a partir de las 21.15. Un duelo de rivales con caminar errático pero que los de Jaume Ponsarnau debieran sacar adelante –por favor–. En menos de 48 horas, los de Moncho Fernández van a recibir al Gran Canaria de Porfirio Fisac, un equipo que parece haber resucitado tras mucho penar y que ahora parece en disposición de luchar por meterse en la pelea por el título liguero. No podría caber un mayor favor mutuo que la victoria de Bilbao Basket en Málaga a cambio del de Gran Canaria en Santiago de Compostela.
Lo que pase en realidad después de esta semana con doble jornada, nos sorprenderá. O nos dará esperanzas. O nos desesperará.