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Decálogo para convencer a las personas que tienen dudas sobre las vacunas

Dos investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Salvador Macip y Manuel Armayones, han redactado un breve y conciso decálogo en el que ofrecen argumentos para tratar de convencer a las personas que dudan de si ponerse o no la vacuna contra el covid-19.

Una sanitaria prepara en Londres una dosis de la vacuna de AstraZeneca. (Daniel LEAL-OLIVAS/AFP)

Ante las alarmas desatadas por los posibles efectos secundarios de las vacunas y el parón en el uso de algunas marcas, dos investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) –Salvador Macip, médico y profesor de Ciencias de la Salud, y Manuel Armayones, profesor de Psicología y Ciencias de la Educación– han redactado un sencillo decálogo en el que ofrecen argumentos científicos «para convencer a las personas escépticas de la vacunación contra la covid-19».

En su nota, recuerdan que el último barómetro del CIS recoge que en torno al 6,5% de la población del Estado español declaró no estar dispuesta a vacunarse, y que otro 5% mostraba dudas al respecto. Unas cifras que se han visto incrementadas algo en las últimas jornadas tras los problemas surgidos con AstraZeneca y Janssen.  

«La gestión de la información y la toma de decisiones sin criterios científicos y estadísticos han sido fatales para la confianza en las vacunas. La prudencia es un aspecto fundamental y hay que investigar cada caso y estar alerta, pero hay que ser consciente de que todos los fármacos tienen efectos secundarios y que estas vacunas no son diferentes de los miles de fármacos que nos hemos puesto antes y que nos ponemos cada día», apunta el doctor Macip, quien también ejerce como director investigador del Mechanisms of Cancer and Ageing Lab de la Universidad de Leicester, Inglaterra.

 «Es cierto que la decisión de vacunarse o no es un tema individual, pero también es una decisión comunitaria, ya que no vacunarse afecta a la sociedad y a la gente de nuestro entorno, por lo que hay una parte de responsabilidad civil», remarca este experto.

«En Europa se están administrando vacunas muy innovadoras, pero esto no quiere decir que sean nuevas o que se hayan inventado hace un año. Las vacunas de ARN se propusieron hace veinte o treinta años y desde entonces se lleva investigando en su desarrollo. Es más, ya se estaban haciendo ensayos clínicos antes de la pandemia, pero al haber una pandemia y una fuerte inversión se han acelerado los resultados», explica Macip.

«Debemos poner en valor los aspectos positivos de la vacunación frente al efecto tan negativo de no vacunarse, básicamente en el aumento de fallecidos y la imposibilidad de recuperarnos económica y socialmente, ya que la vacunación contribuye a formar parte de la solución. De hecho, la vacunación no solo ofrece un beneficio propio, también contribuye a ayudar al conjunto de la sociedad», incide Armayones, quien invita a pensar en qué pasaría si los científicos no hubieran desarrollado vacunas para acabar con la pandemia.

Decálogo para convencer a una persona escéptica de las vacunas

    1.    Todos los medicamentos tienen efectos secundarios, pero sus beneficios son muy superiores a los riesgos que se asumen.

    2.    Desde el comienzo de la vacunación, los fallecimientos en residencias de ancianos se han reducido drásticamente.

    3.    Las vacunas son las terapias más seguras y los posibles riesgos de las vacunas son poco probables.

    4.    Las vacunas basadas en ARN se llevan estudiando desde hace veinte años.

    5.    Los riesgos derivados de la covid-19 son muy superiores, con riesgo de muerte, que las poco frecuentes trombosis derivadas de las vacunas.

    6.    No realizar una vacunación masiva prolongará la pandemia durante mucho más tiempo. No existen certezas, pero no hacer nada no va a mejorar la situación.

    7.    La vacunación masiva permite la la recuperación paulatina de la normalidad.

    8.    Si ante una primera dosis no ha habido reacción, el riesgo de sufrir algún tipo de efecto secundario con la segunda dosis es mínimo.

    9.    Los profesionales sanitarios y el personal de residencias han sido los primeros colectivos en vacunarse y los efectos secundarios graves apenas han existido.

    10.    Vacunarse es un acto altruista: no solo se protege uno mismo, también contribuye a la protección de toda la sociedad, especialmente de aquellas personas inmunodeprimidas que no pueden optar a este tipo de terapias.