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El camino del litoral permanecerá cerrado entre este martes y el 31 de agosto

Un derrumbe el pasado octubre hizo que se precipitaran sobre el mar 30 metros de lengua de tierra. Las distintas instituciones concernidas han anunciado el cierre entre este martes y el 31 de agosto del sendero que parte de Abadia (Hendaia) para serpentear la costa por Zokoa hacia Ziburu.

Los derrumbes sucesivos han obligado a cerrar parcialmente el sendero, como se ve en la imagen tomada en octubre de 2020. (Bob EDME)

Representantes de los ayuntamientos de Urruña, Hendaia, Ziburu, todos ellos integrantes de la Mancomunidad de Hego Lapurdi, adscrita a la Mancomunidad Vasca, y de la Prefectura de Pirineos Atlánticos han comparecido a primera hora de la tarde de este lunes en el centro de interpretación del litoral vasco, sito en el caserío de Asporotsttipi (Hendaia), para dar una noticia que no por esperada tiene menos impacto, máxime cuando el anuncio llega a las puertas de los meses que atraen a más visitantes a la ruta del litoral.

En su presencia, el prefecto de Pirineos Atlánticos, Eric Spitz, ha anunciado su decisión de que el sendero que partiendo del dominio de Abadia en Hendaia serpentea la costa para llegar, en un primer tramo, hasta Zokoa (Urruña) y  luego desde allí hacia Ziburu, permanecerá cerrado desde este martes, 1 de junio, y hasta el 31 de agosto.

La medida anunciada hoy afectará en exclusiva a ese camino más pegado a la costa que se abrió al público en 2005 y que fijó su trazado siguiendo los pasos de los aduaneros y los contrabandistas que se servían de esa vía desde el siglo XVIII.

Se trata, en todo caso, de una solución transitoria, mientras se trabaja en una alternativa que pasará, a futuro, por llevar previsiblemente el sendero al otro lado de la carretera.

Cierre de tres semanas y sondeos geológicos

Cabe recordar que el 31 de octubre de 2020 se produjo el derrumbe de una parte del acantilado, lo que obligó a adoptar una primera medida de cierre en el camino de la costa labortana.

Un derrumbe y cierre parcial del sendero que, de paso, ponía en parte en cuestión esa aspiración de prolongar entre Donostia y Angelu un sndero del litoral sometido a una fuerte presión, tanto por efecto de la naturaleza como por la intervención humana en una zona particularmente delicada.

De un solo golpe, treinta metros de terreno se derrumbaron entonces sobre el mar. Solo la suerte quiso que en el momento en que se produjo el hundimiento no hubiera nadie. Y es que apenas unas horas antes, una multitud se había agolpado en la zona para observar la mítica ola Belharra.

El objetivo de las perforaciones geológicas que se realizaron en marzo de 2021 era proporcionar un informe lo mas completo posible a las autoridades locales sobre la situación, cara a adoptar las decisiones futuras, tanto con respecto al sendero como a la carretera.

Ese informe, sobre el que se ha adoptado la orden prefectoral de cierre, detalla varias zonas en las que el riego de desprendimiento es más elevado pero sobretodo arroja una conclusión clara: en cualquiera de los tramos analizados, «cuando más cerca se está del acantilado la seguridad es más precarias».

Una carretera que es más que un reclamo turístico

En la comparecencia de hoy no se ha tocado más de forma parcial la cuestión más espinosa, la de la carretera.

La Mancomunidad Vasca pilotará, después de verano, un grupo de trabajo al que le corresponderá abordar la parte más compleja de esa obligada adaptación de las infraestructuras al avance de la erosión.

En sus 7 kilómetros de recorrido junto al mar la RD912 -vía de comunicación gestionada, como el propio sendero, por el departamento de Pirineos Atlánticos- soporta un trafico medio de 9.000 vehículos al día que aumenta a 16.000 en los picos de mayor afluencia de vehículos, en verano.

El prefecto Spitz ha sentenciado que para 2043 no existirá esa carretera, sumándose a otras muchas voces e informes que, de manera precedente, ya vienen alertando de la necesidad de trabajar alternativas.

De momento, solo habrá algunas actuaciones tendentes a desplazar el trazado hacia la zona de interior, redefiniendo los contornos de la vía, y tratando siempre de que la carretera discurra lo más alejada posible de las zonas más próximas a la línea de la costa.

Una medida provisional que, de momento, quiere preservar que esa vía siga prestando servicio. Y es que esa carretera no es solo una atracción turistica, sino que también es hoy por hoy la principal arteria de comunicación entre el norte de Hendaia y Zokoa, el barrio de entrada hacia Ziburu y Donibane Lohizune.

De ahí que el propio alcalde de Urruña, Filipe Aramendi, presente en la comparecencia de hoy, alertara, ya en noviembre pasado, cuando se hundió en el mar una parte de tierra y acantilado, de que más pronto que tarde esa carretera deberá ser clausurada. Añadiendo a esa afirmación una petición expresa a que se aborde, de una vez por todas, la gratuidad del peaje de la A63 entre Baiona y Biriatu, a fin de dar una alternativa a los usuarios de esa vía que pasa por un espacio de gran valor natural.

Pese a ello, y mientras el sendero del litoral se cerrará, a partir de mañana y durante tres meses, la carretera del litoral volverá a soportar de aquí a unas pocas semanas ese exceso de tráfico de vehículos al que debe hacer frente cada verano. Ello a la espera de que lleguen otras decisiones.