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Euskal Museoa de Bilbo presenta en su centenario el proyecto de renovación integral

Euskal Museoa de Bilbo vivirá en los próximos años una gran renovación integral de la mano del proyecto de los estudios Vaóllo-Irigaray y JMASOC. El nuevo proyecto, con una inversión de 15 millones de euros, contará con 3 grandes zonas y un incremento del espacio del 38% respecto al presente.

El arquitecto Antonio Vaillo presentando el proyecto de renovación de Euskal Museoa. (Marisol RAMIREZ/FOKU)

El equipo de arquitectura liderado por Antonio Vaillo y Juan Luis Irigaray, acompañados por el estudio Jesús Moreno y Asociados, junto al alcalde de Bilbo, Juan Mari Aburto, la diputada vizcaina de Euskara, Cultura y Deporte, Lorea Bilbao, y la directora de Euskal Museoa, Sorkunde Aiarza, han presentado el proyecto de renovación integral definitivo del nuevo Euskal Museoa de Bilbo.

Lo han hecho en una fecha muy especial, ya que se cumplen 100 años de la inauguración del Museo Etnográfico y del Museo Arqueológico. Este hecho se producía el 3 de julio de 1921, momento en el que ambos museos, si bien ocupaban el mismo espacio físico, mantenían diferente titularidad. Algo que cambiaría dos años después con la fusión de las dos instituciones.

Tal y como han explicado, la renovación se basa en «una intervención decisiva para dar a conocer al mundo nuestra historia, valorizar el patrimonio cultural vasco, ampliar el uso y disfrute ciudadano de la colección del Museo y divulgar los valores patrimoniales». Al mismo tiempo, se tratará de dar un «papel fundamental» a la presencia del euskara, «dando a conocer su evolución y su vitalidad siendo como es su proceso de revitalización un referente a nivel internacional, se pretende proyectar con todo ello un mensaje de orgullo de pertenencia y de oportunidades de futuro».

«Los fondos de la colección del Museo se dignifican y ponen en valor a través de la generación de diferentes atmósferas en las que museografía y arquitectura se fusionan. La institución busca convertirse en un museo de vanguardia que respeta y mira al pasado, pero que tiene presente el futuro y trata cada pieza de su colección como obras de arte únicas», han explicado.

3 grandes zonas

Para ello, el museo contará con 3 grandes volúmenes, diferenciados en los tres edificios, para uso expositivo semipermanente.

La zona denominada como Misericordia tendrá en su planta baja la «carta de presentación» del museo. Tendrán cabida en él tanto el euskara como el territorio y el patrimonio antropológico; este último, representado por piezas joya icono de los fondos del Museoa. En uno de sus extremos se creará una «atmósfera inmersiva» gracias a una gran maqueta multimedia proyectada sobre una de las paredes para ofrecer al visitante una «inmersión en la geografía vasca».

Completa la propuesta de esta área, un montaje expositivo que simula un bosque de robles en el que el público se podrá adentrar para descubrir piezas icónicas asociadas a la cultura vasca y que estarán presididas por el viejo roble de Gernika.

La zona del Claustro, centro histórico de la institución, se respetará tal y como se encuentra en la actualidad. Aquí se concentrarán los fondos antropológicos de la colección «que cuentan al visitante pequeñas grandes historias de la tradición». Además, existirán salas anexas centradas en diferentes áreas como indumentaria vasca popular o un espacio de reflexión acerca de la identidad política vasca.

La zona Unamuno mostrará, según han explicado, «la transformación del Bilbo mercantil en un pujante territorio industrial en torno a la ría». Un gran volumen de hierro negro presidirá la sala con una nueva maqueta audiovisual y acompañado de piezas icónicas del antiguo Consulado de Bilbo, y de las primeras siderurgias, además de una gran muestra fotográfica. Se suma a este edificio el Gastrolab, un laboratorio gastronómico destinado a talleres y creación. La sala de exposiciones temporales, un almacén visitable o un área de conocimiento, entre otros, completarán la propuesta.

«Puerta internacional a la cultura vasca»

Tal y como ha explicado el arquitecto Antonio Vaillo, la idea es «unificar los diferentes edificios que formarán el nuevo Museo Vasco para dar sensación de uniformidad». Se plantea la entrada al nuevo por la calle Cruz, «dotándole de mayor visibilidad».

El alcalde Aburto ha destacado que con la renovación se pretende convertir al museo «en la puerta internacional de entrada a la cultura vasca a través de una propuesta con identidad propia y diferenciadora, con marcado carácter vanguardista respetando siempre nuestras raíces».

Inversión

Este proyecto, con una inversión de 15 millones de euros, se convirtió en el vencedor de 9 propuestas el pasado 9 de marzo tras la deliberación de un jurado profesional. Además, en ese mismo año se realizó una inversión de 5 millones de euros por parte del Ayuntamiento de Bilbo y la Diputación Foral de Bizkaia para adquirir el edificio Kurtze, situado en la calle Cruz, junto al museo actual.

La remodelación dará lugar a un espacio actualizado y que plantea más de 6.400m2 de superficie museística, un incremento del 38% respecto al presente.

En los próximos meses está prevista la licitación a concurso de la obra.

La maqueta del nuevo Euskal Museoa se podrá ver a partir del 3 de julio en el hall del museo, de manera gratuita, y contará con información, planos y diferentes infografías del proyecto.