Eslovenia, Francia y Australia completan las semifinales más abiertas del basket olímpico
La paliza de Australia sobre Argentina ha ensombrecido la despedida de Luis Scola de la albiceleste. Mientras, Eslovenia ha pasado por encima de Alemania con un Zoran Dragic estelar, al tiempo que Francia retorna a semifinales por primera vez desde 2000 tras salir vivo de su pelea con Italia.
Estados Unidos, después de ganar con autoridad su cruce de cuartos ante la selección española, adquiere cada vez más enteros para volver a revalidar su oro olímpico, pero no pueden fiarse ni un pelo los pupilos de Gregg Popovich. No solo porque Francia, uno de los semifinalistas, ya derrotó al combinado de las barras y las estrellas en la jornada inaugural, sino por el nivel que han exhibido Eslovenia y Australia frente a Alemania y Argentina respectivamente. Así las cosas, y bajo el peligro de quedar como un bocazas, el torneo olímpico masculino de baloncesto presenta las semifinales más parejas de su historia.
Ambos duelos tendrán lugar el jueves 5. Por un lado, Estados Unidos contra Australia a partir de las 6.15 de la madrugada en Euskal Herria, mientras que el choque entre Francia y Eslovenia arrancará a partir de las 13.00.
AUSTRALIA 97 - ARGENTINA 59
No por mucho predicar por el advenimiento del fin de una era, la llegada de esta duele menos. Se retiraron oficialmente los hermanos Gasol tras la derrota hispana en cuartos de final, Luis Scola no ha sido menos, tras un viaje que deja en las alforjas el oro en Atenas 2004, el bronce en Beijing 2008 y la cuarta plaza de Londres 2012, amén de otros muchos logros individuales y colectivos. «Los años pasan para todos y es hora que vengan nuevos nombres nuevas caras y otros escriban sus páginas en la historia», ha dicho el ex de Saski Baskonia.
Ha sido una despedida triste para la albiceleste. No porque perder no entrara en sus cálculos, sino por la forma. Ya el torneo olímpico ha cazado a contrapié al seleccionado criollo y aunque ha mantenido cierta línea ascendente hasta el final del primer cuarto de de su cruce con Australia, luego ha terminado por caer, por derrumbarse, de forma poco salvable.
A pesar de la ausencia de Baynes, Australia ha remontado el 18-22 del primer cuarto en un santiamén. Campazzo ha anotado el 18-24 y el atasco sudamericano en ataque ha durado cinco minutos. Tampoco es que Australia le haya sacado todo el jugo, pero a partir del 26-24, obra de Mills, los «Boomers» no han mirado atrás. Demasiado ha hecho Argentina con llegar al descanso con un 39-33 adverso, con el sueño de poder ajustar y darle un nuevo envión a su juego.
El duelo, en cuanto que competición, ha durado hasta el 54-48, a falta de 2:07 para el final del tercer asalto. Triple de Brussino y sequía posterior con la que Australia, que ha empezado a encontrar con fluidez la línea del triple, ha marcado la diferencia. 60-48 al final del tercer cuarto, un parcial de 6-0 que se ha estirado hasta un 79-48; es decir, un 25-0 de parcial que ha tenido mucho de sacrificio ritual, de cambio de guardia generacional, con los del «Oveja» Hernández penando por sumar sus dos primeros puntos del cuarto hasta que Delía se ha valido de una asistencia de a 4:38 del final.
Si la despedida de los Prigioni, Ginóbili, Delfino, Nocioni... tuvo algo de dulce en Río 2016, el adiós de Scola ha sido más bien amargo, tanto por los 38 puntos finales de diferencia como por la sensación de ruptura que ha dejado la albiceleste, que mimbres tiene para su reconstrucción.
Mientras, Australia espera romper su techo de cristal –granito o lo que sea–. De cuatro semifinales olímpicas –1988, 1996, 2000 y 2016–, su saldo es de cuatro «medallas de chocolate», perdiendo por no menos de 21 puntos en esta ronda previa a la finalísima.
Frente a Argentina, los «Boomers» han firmado un 17 de 38 en triples, 44 rebotes y 33 asistencias, con Mills, Thybulle, Landale, Kay e Ingles sumando 10 puntos o más, y elementos secundarios como Exum o Dellavedova sumando en otros apartados. Asimismo, los de Brian Warwick Goorjian ya saben lo que es ganar al «Team USA» en sus dos últimos partidos preparatorios, aunque es obvio que la semifinal será otra historia.
ESLOVENIA 94- ALEMANIA 70
Después de su retirada de la selección en 2017, luego de ganar el Eurobasket como MVP, se especuló que Goran Dragic pudiera volver al combinado esloveno para estos Juegos Olímpicos de Tokio. El base de los Miami Heat estuvo presente en el Preolímpico con su selección y los rumores hicieron hervir las más calenturientas mentes de Eslovenia, pero al final no ha sido el caso. Queda por ver cómo hubiera casado el mayor de los hermanos Dragic en una selección en la que, a diferencia de 2017, Doncic lo es todo y no un complemento como en aquel entonces. La buena relación entre los dos jugadores da a entender que los roles se hubieran podido invertir, pero como no se ha dado la circunstancia, esta será una pregunta que se quedará en el aire.
Sobre todo si Eslovenia no gana el oro. Porque aunque ha tenido que pelear para quitarse a Alemania de encima, al final ha ganado con una diferencia bien notable, como se puede apreciar. Doncic «solo» ha convertido 20 puntos, pero ha vuelto a rozar el triple doble con 11 asistencias y 8 rebotes, al tiempo que Zoran Dragic –sí, el mismo– ha sido el máximo artillero de los entrenados por Aleksander Sekulic con 27 tantos, amén de añadir 6 rebotes y 4 asistencias. Mike Tobey, con 13+11, ha sido la tercera pata de la mesa eslovena.
Tras el 25-14 adverso del primer cuarto, Alemania ha reaccionado, alcanzando el receso con un 44-37 no tan malo. De hecho, el partido no se ha roto hasta el parcial de 28-16 del cuarto final, aunque ya para entonces Alemania había dejado de creer en sus opciones. Ante un rival tan potente, un 24 de 63 en tiros de campo –12 de 38 en triples– es una carta de tiro muy pobre, más si el duelo por el rebote se pierde por 40-28. Maodo Lo, con 11 puntos, ha sido su máximo anotador y después de sobrevivir a la ausencia de estrellas como Theis o Schröder, esta vez sí que se han echado de menos.
Así pues, ante una Eslovenia que suma sus partidos por victorias con Doncic en su plantilla –17-0, después de batir a los teutones–, solo queda preguntarse si habrá alguien que le ponga el cascabel a este gato. Y si lo haca preguntarse, ¿lo hubiera hecho con Goran Dragic y Doncic de nuevo juntos?
ITALIA 75 - FRANCIA 84
Sin duda, ha sido el partido de cuartos más apretado que no se ha decidido sino hasta los segundos finales. Lo bueno es que ha vuelto Italia, en el sentido de una selección aguerrida y que nunca hay que dar por derrotada, y que Francia ahí sigue, en el sentido de que su triunfo sobre los Estados Unidos no fue flor de un día.
Fontecchio, con 23 puntos, Gallinari, con 21 y Polonara con 15 han sido los tres baluartes de la «Azzurra», al tiempo que la selección «bleu» ha hecho valer su poderío reboteador –33 a 49– con Gobert –22+9–, Fournier –21 puntos– y Batum –15– erigidos en sus principales estrellas, y que han regresado a unas semifinales de Juegos Olímpicos desde la plata que conquistaran en Sidney 2000 –con su escandaloso mal perder en Londres 2012 ante la selección española como punto más bajo, puñetazo de Batum a Navarro incluido, en su trabajo de zapa camino de la élite en el torneo olímpico–.
Pero han tenido que sufrir y sudar. Primero, porque Nando De Colo ha estado irreconociblemente mal, pese a sus 7 asistencias, al punto de que un kamikaze como Thomas Heurtel se ha debido erigir como jugador importante en los minutos finales, algo que motiva al de Béziers más que nada en el mundo.
Después del 42-43 del descanso, la selección francesa se ha escapado hasta el 51-64, haciendo valer a sus hombres grandes, en muchos casos volviendo a juntar a Poirier y Gobert. Pero Fontecchio y Gallinari han dicho que no, que aquí no se rinde nadie, y entre los dos han comenzado una remontada que casi han completado. Casi, porque tras un parcial de 15-2 han empatado a 66, pero sin poder tomar la delantera.
el duelo ha quedado inmerso entonces en un equilibrio peligroso, hasta que con empate a 73 Nico Batum se ha resarcido de su mancha negra del expediente –el mentado puñetazo a Navarro de Londres 2012– para clavar un triple que, sin que nadie lo supiera aún, ha sido decisivo.
Italia no ha logrado darle la réplica y entre Heurtel y Gobert se han encontrado para certificar el triunfo galo, que además de volver a la pelea por los metales, podrá ir de víctima ante Eslovenia, una circunstancia que los de Vincent Collet adoran sobremanera.
Otro Estados Unidos vs Australia
Mientras, antes de las semifinales masculinas se jugarán los cuartos de final femeninos. Serán duros encuentros entre los que destacan dos. Por un lado, el España contra Francia que cerrará esta ronda de cruces, toda vez que la selección hispana de Lucas Mondelo sí parece dispuesta a dar el paso que los hombres de su delegación no han podido dar. Históricamente, además, la selección femenina francesa ha caído en los cruces ante las hispanas. con todo, sin la vitola de favoritas, las Marine Johannes y compañía tienen talento de sobra como para ganar a una España excesivamente supeditada a Alba Torrens y Astou Ndour.
Por otro lado, está el duelo entre Estados Unidos y Australia. Las «Opals» han entrado a los cruces de cuartos de milagro y sin Cambage no parece que debieran hacer ni cosquillas a las estadounidenses. Pero cierto es por otra parte que, al menos en la primera ronda, la selección norteamericana –la que sobrevive, ya que Canadá está eliminada– ha estado lejos de avasallar a su rivales.
El doble duelo asiático-europeo cierra los otros dos cuartos femeninos. El ganador del España-Francia se las verá al superviviente del Japón-Bélgica, un duelo en apariencia favorable a las europeas, pero que en su última jornada caían frente a China y se enfrentan a unas anfitrionas que ya batieron a las francesas y pusieron en aprietos a los Estados Unidos.
Otro tanto se puede decir del cruce entre China y Serbia. Las vigentes campeonas de Europa deberían ser las favoritas, pero tendrán que aferrarse a su sempiterno carácter competitivo para no salir escaldadas ante una China que, a diferencia del basket masculino, sí presenta un desarrollo digno de mención.