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Eguzki señala a Tapia como «portavoz del lobby de explotadores energéticos»

En respuesta a la tribuna abierta escrita por Arantxa Tapia, en la que critica la oposición a proyectos de extracción de gas y energía eólica, Eguzki destaca que la consejera es «una de las voces más destacadas de tantos responsables en el actual modelo energético y del alza del precio de la luz».

Participantes en una acampada contra el fracking se refrescan en una fuente, en 2015 en Gasteiz. (Juanan RUIZ/FOKU)

Eguzki señala a Arantxa Tapia como «portavoz del lobby privado y político de explotadores energéticos que buscan su propio interés y negocio, a costa de los recursos naturales, el interés general y la ciudadanía en general». Remarca que, por tanto, la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Urkullu es «una de las voces más destacadas de tantos responsables en el actual modelo energético y del alza del precio de la luz».

El grupo ecologista y antinuclear ha realizado estas declaraciones en respuesta a la tribuna abierta publicada este miércoles en Irekia por la consejera con el título `Energía, menos ruido y más rigor´, en el que analiza el altísimo precio de la luz en el Estado español y no pierde ocasión de cargar contra la oposición a proyectos de extracción de gas y obtención de energía eólica.

Según Eguzki, en un discurso «empresarial y de defensa del negocio vasco», Tapia hace «demagogia» y acusa del precio de la luz a quienes cuestionan el modelo energético. «Su defensa del empresariado energético, de la extracción mediante fracking o gas natural, supone una desfachatez y apuesta por representar a quienes anteponen el progreso de su negocio frente al bienestar social; la disposición de recursos y su aprovechamiento frente a su preservación; y su mercado libre en constante crecimiento frente a los finitos recursos naturales y el necesario decrecimiento para evitar un futuro de no retorno», destaca.

«Su reproche a las voces discordantes, como ha hecho en otras ocasiones, avalando empresarios y ninguneando a colectivos sociales y ecologistas, supone un papel político de ‘correveidile’ ante el lobby energético, de forma chulesca, sin valores sociales ni ambientales», agrega.

La defensa del negocio

En opinión de Eguzki, «su desprecio a las opiniones discrepantes muestra la nula co-gobernanza y talante democrático» de Tapia. «A lo largo de su carrera política ha tenido un único criterio (y ahí sí, vergonzosamente coherente), la defensa del negocio, sea vasco, americano, francés, coreano o español».

Dichos negocios, proyectos de gas, de molinos o de ciclo combinado, se deben aprobar, según la consejera, para aumentar la oferta de energía. «Acusa a quienes quieren regular tal expansión de nuevas formas de producción, como si limitar los proyectos a un estudio ordenado, preservando los recursos naturales finitos y garantizando el entorno de las generaciones futuras, fuese cosa de locos».

El grupo ecologista aclara que «la ingente cantidad de dinero público que el Gobierno vasco destina a estas empresas con ayudas, apoyo directo o beneficios fiscales y respaldo político, de ninguna manera supone un bienestar para la ciudadanía sino un despilfarro».

El mercado español, el responsable directo del precio

Eguzki añade que tampoco el aumento de proyectos energéticos supone una rebaja del precio de la luz, «puesto que el mercado y quienes como Tapia la avalan, son directamente responsables de este precio».

«Señora Tapia, acaso si estuvieran esas mismas empresas que tanto apoya produciendo el 80% de la energía por recursos renovables, ¿bajaría el precio de la electricidad? La respuesta es no, pues dependemos del mercado español».

Bases para un control social y público del sector

A juicio de Eguzki, el camino es poner las bases para un control social y público del sector energético, con criterio y valores sociales y ambientales.

«Tapia sólo ve amigos con buenos coches, corbatas, números, crecimiento y votos, mientras que quienes chocamos con un goteo de proyectos fraccionados, con cientos de molinos y pozos (una parte social relevante como se expone en la oposición al fracking, a la extracción de gas en Subijana o a los mega parques eólicos en todo Araba), vemos la realidad del planeta y de nuestra madre tierra».

El grupo ecologista reivindica que «cabe otro modelo, tanto energético como ambiental, social y de costes y beneficios. Un modelo nuevo, progresivo en lo social y económico, protector respecto a los recursos, energético transformador, de reducción y diversificación, un modelo descentralizado, sin primar el interés económico sino los valores sociales y ambientales, un modelo social donde el peso de la justicia social limite los proyectos explotadores y garantice los recursos y las necesidades a quienes lo necesitan. Un modelo que grava los beneficios empresariales y reporta beneficios sociales».