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Los cuerpos de palestinos muertos y retenidos por Israel, una herida abierta

Sepultados en cementerios militares o apilados en morgues, los cuerpos de más de 330 palestinos muertos en choques con el Ejército siguen retenidos por Israel, sin funerales ni despedidas de sus familiares, que hoy, Día Nacional de la Recuperación de Cuerpos de los Mártires, reclaman su devolución.

Soldados israelíes en Palestina. (Jaafar ASHTIYEH / AFP)

La vida de los Erekat, familia palestina de un barrio periférico de Jerusalén Este, dio un trágico vuelco en junio de 2020, cuando uno de sus siete hermanos, el joven Ahmad, fue baleado por fuerzas israelíes en un incidente en un control militar. Israel requisó entonces su cadáver y hasta ahora sus familiares no han podido recuperarlo «para darle un entierro digno», denuncian a Efe.

Su caso no es único, sino que hay cientos de familias afectadas y se enmarca en una práctica que viene de lejos: el Estado israelí aplica desde los años 60 una política de confiscación de cadáveres que grupos de derechos humanos y críticos consideran un castigo colectivo contrario a la ley humanitaria internacional.

«Las familias tienen una herida abierta» y «un dolor sin cerrar al no poder enterrar ni decir adiós a sus seres queridos», cuenta Budour Hassan, experta legal e investigadora palestina del Centro de Derechos Humanos y Ayuda Legal de Jerusalén (JLAC).

Esta entidad representa a familias ante la Justicia israelí para pedir la entrega de los cuerpos retenidos, hace seguimiento en detalle de esta política y, una década atrás, inició una campaña para exigir el fin de una práctica que considera cruel y vengativa.

Israel, en el marco del siempre latente conflicto palestino-israelí, mantiene esta política en base a una regulación de emergencia de la época del Mandato Británico (1922-1948) que fue validada formalmente por el Tribunal Supremo israelí en 2019.

Día nacional para recuperar los cuerpos

La reclamación de muchas familias que no pudieron dar sepultura a sus allegados, ni conocen el paradero exacto de sus restos, se produce desde hace años; algunas esperan hace décadas. Este doloroso asunto se recuerda cada 27 de agosto, fijado en el calendario palestino como el Día Nacional para la Recuperación de Cuerpos de los Mártires.

Ni el Ejército israelí ni el Ministerio de Defensa respondieron a las preguntas de EFE sobre esta práctica.

Desde 1964, las autoridades israelíes enterraron en cementerios militares a más de 400 personas -entre ellas palestinos y árabes de países de la región- que murieron en enfrentamientos o incidentes violentos con Israel.

Parte de los cuerpos se retornaron, pero 254 siguen inhumados en tumbas sin identificar de camposantos en zona militar cerrada donde solo accede el Ejército, concreta Hassan, que denuncia que esa práctica ha ido «en aumento» en los últimos cinco años, ya que desde 2016 ha mantenido en morgues a unos 300 palestinos muertos en incidentes violentos.

Algunos ya fueron devueltos a sus familias, pero 81, incluidos mujeres ocho menores, siguen retenidos en depósitos, sin que sus allegados tengan constancia de su paradero exacto.

La familia Erekat

Esta es la situación de los Erekat. Desde que agentes israelíes mataron a su hermano Ahmad en junio de 2020, en un incidente en un puesto de control que el Ejército consideró un intento de atropello -un extremo que la familia niega-, sus parientes recurrieron ante la Justicia israelí para recuperar el cuerpo, por ahora sin éxito.

La semana pasada, el Tribunal Superior de Justicia rechazó el recurso de la familia, que asegura que «seguirá luchando» por vía judicial y otros medios hasta obtener el cadáver. «Solo pedimos que liberen el cuerpo de Ahmad para tener el derecho a enterrarlo», explica Faisal Erekat, su hermano mayor, que denuncia que Israel «está aplicando un castigo colectivo a toda la familia».

Una de sus hermanas, Farah, lamenta también que aún no hayan podido darle sepultura, lo que les impide hacer su propio proceso de duelo y comenzar a cerrar la herida que les dejó su ausencia. «Hasta ahora no puedo creer que eso nos haya pasado. A veces me digo que es una pesadilla que en algún momento se irá», comenta.

Los cuerpos, «moneda de cambio»

Según Hassan, Israel «busca usar los cuerpos como moneda de cambio» en una eventual negociación sobre un intercambio de prisioneros con Hamás, pese a que gran parte de las víctimas no pertenecían al grupo.

El grupo islamista, que gobierna de facto Gaza desde 2007 y es considerado «terrorista» por Israel, retiene a su vez los cadáveres de dos soldados israelíes muertos en la Guerra de 2014 en el enclave.

La investigadora sostiene que la retención de restos es «un castigo post mortem» y «una medida de disuasión» para «reprimir e intimidar al pueblo palestino» ante la creciente ocupación.

Para Hagai El Ad, director de la ONG israelí Betselem, la práctica «va en contra de la dignidad del difunto y de sus familias», por lo que se debería erradicar, pero el hecho de que sea «una política oficial con sello de legalidad del más alto tribunal» de Israel hace más complicado poder acabar con ella.

Ante ello, la única vía que ve para que Israel «reconsidere esta política inhumana» es la presión internacional.