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El fin del desempleo técnico por el covid alimenta el temor al despido en Gran Bretaña

Las ayudas públicas para proteger los empleos durante la pandemia tocan a su fin en Gran Bretaña y los economistas temen una ola de despidos al mismo tiempo que la falta de mano de obra sacude a los sectores más afectados por el Brexit.

Trabajadores de oficinas almuerzan al aire libre en Londres, el 6 de setiembre, aprovechando el clima veraniego. (Daniel LEAL-OLIVAS/AFP)

«El dispositivo de desempleo técnico ha desempeñado un papel fundamental, protegiendo cerca de 12 millones de puestos de trabajo en los últimos 18 meses», según ha afirmado el Tesoro británico en un comunicado en el que añadía que las ayudas, previstas hasta el 30 de setiembre, «están llegando a su fin de forma natural a medida que la economía se reactiva».

El empleo se está beneficiando de la recuperación económica: el paro siguió bajando en agosto, hasta el 4,7%, tras alcanzar un máximo del 5,2% a finales de 2020, y Gran Bretaña cuenta con más de un millón de puestos de trabajo vacantes.

Así que los astros parecen estar alineados para poner fin a una medida que ha costado a los contribuyentes casi 70.000 millones de libras (81.500 millones de euros).

Pero casi dos millones de personas seguían en desempleo técnico este verano. «Es posible, si no probable», que algunos sean despedidos y que se produzca «un aumento temporal del desempleo en octubre», comenta Paul Dales, analista de Capital Economics.

Hacen faltan 100.000 transportistas

El Ejecutivo de Boris Johnson espera que estos nuevos demandantes de empleo encuentren trabajo y, al mismo tiempo, alivien algunos sectores que sufren una desesperada escasez de mano de obra, como la industria alimentaria, la construcción, el comercio minorista y el transporte por carretera.

En particular, el caso de los camioneros –se calcula que hay 100.000 puestos a cubrir– está poniendo en aprietos al Gobierno: tras los sonados desabastecimientos en McDonalds, en los pubs Wetherspoon, Coca Cola y, el pasado fin de semana, en Ikea, las empresas señalan ahora el riesgo de falta de suministros para Navidad.

La escasez de mano de obra también afectó a Estados Unidos y a algunos países europeos desde el inicio de la pandemia, pero en Gran Bretaña se ha agravado debido al Brexit, que dificulta la entrada de trabajadores de la UE, hasta hace poco esenciales en la hostelería, la logística y la alimentación.

Trabajadores precarios

El fin del dispositivo de desempleo técnico podría «resultar positivo para la economía si permite mejorar la escasez de mano de obra», asume Dales. Pero los despidos afectarán, sobre todo, a los trabajadores más precarios, especialmente en «la hostelería, la restauración y el sector servicios, donde la demanda aún no ha vuelto a los niveles normales», tal como señala en un informe el Institue for Public Policy (IPPR).

Carsten Jung, economista del IPPR, sostiene que el desempleo técnico debería «mantenerse, con ajustes, hasta que el mercado laboral se haya recuperado realmente, en lugar de poner en un riesgo innecesario a los que menos ganan».

La mayor patronal británica también ha advertido de que el fin de las ayudas para pagar los salarios de los empleados que aún no se han reincorporado no resolverá la escasez de mano de obra, ya que se necesitará tiempo para formar a los posibles candidatos a un nuevo puesto.

En el caso del transporte por carretera, por ejemplo, «se necesitarían al menos 18 meses para formar a suficientes camioneros», estima la Confederación de la Industria Británica (CBI), que pide al Gobierno que, mientras tanto, sea más flexible en su política migratoria para aliviar la presión sobre el sector.

«El fin del desempleo técnico no es la panacea que algunos creen, no resolverá mágicamente la escasez de mano de obra», ha indicado Tony Danker, director general de la CBI, en cuya opinión solventar ese problema «podría llevar dos años, no unos meses».