La industria electrointensiva pide a las eléctricas que ganen «un poquito menos»
El director de la Asociación de Empresas de Gran Consumo de Energía, Fernando Soto, ha afirmado que «la clave del problema mayúsculo» de la industria electrointensiva por el alto precio la tienen las eléctricas y les ha pedido que ganen «un poquito menos» para que ese sector «deje de perder».
Que las eléctricas ganen «un poquito menos» para que la industria electrointensiva, la que más depende de la energía, como el sector metalúrgico, «deje de seguir perdiendo» es el mensaje que les ha lanzado el director general de la Asociación de Empresas de Gran Consumo de Energía, Fernando Soto.
Soto se ha pronunciado así en el Foro SER Cantabria, donde ha hablado de la situación que atraviesa la industria electrointensiva, al mismo tiempo que la AEGE se reunía con la ministra española de Industria, Reyes Maroto, para abordar posibles noticias de las eléctricas y decisiones del Ejecutivo de Pedro Sánchez de cara al Consejo de Ministros de mañana.
En todo caso, Soto ha subrayado la necesidad de negociar y de adoptar decisiones de manera inmediata. «No se puede postergar la toma de decisión para mañana, hay que tomarlas ya», ha enfatizado, porque «la industria no puede esperar más tiempo».
Al respecto, ha advertido de que los parones de actividad de las industrias electrointensivas que ahora son «días esporádicos» podrían ser «más rutinarios si esto no mejora. Que esperemos que sí, pero hay que tomar decisiones a corto plazo» entre todos, aunque la «clave» está en las eléctricas, a las que ha recordado que las industrias son «sus grandes clientes».
«Si ofrecen contratos a precios competitivos, ganarán algo menos, pero no dejarán de ganar y conseguirán que la industria aguante el chaparrón de 2021 y podamos ver con más claridad 2022».
Soto ha afirmado que 200 euros megavatio hora por la noche «no son precios económicos, no tienen lógica» y dejan a las electrointensivas «a los pies de los caballos si la situación se mantiene unos meses más. Y la foto parece que indica eso, que la situación de precios altos va a continuar».
La asociación, constituida por 26 grupos industriales a los que recientemente se ha incorporado Reinosa, con 75 plantas a nivel estatal, acumula en lo que va de año unos sobrecostes de más de 1.500 millones de euros respecto al Estado francés y Alemania, y el equilibrio no es posible porque los precios de la electricidad no son competitivos cuando el coste del megavatio hora puede llegar a alcanzar el 80% de los costes de producción. «Es inasumible», ha advertido.
«El fantasma de la deslocalización»
«Hay empresas que han decidido parar con estos precios y, de seguir así, en 2022 habrá negocios que no serán viables», ha afirmado, apuntando que «el fantasma de la deslocalización empieza» a planear sobre las fábricas estatales.
Para una mayor competitividad es necesario el desarrollo de interconexiones, pero no es una solución a corto plazo sino a medio o largo. Además, el estatuto electrointensivo recoge medidas que, en su opinión, no son suficientes y tienen poco impacto económico para reducir el diferencial.
A corto plazo, Soto ha reclamado una energía «a precios competitivos», con el referente de 42 euros el megavatio hora. Al respecto, ha señalado que en el Estado hay «5.000 megavatios de carbón que están escondidos», y que «todo lo que sea sumar» para bajar los precios debería tenerse en cuenta, más cuando la descarbonización no es un objetivo inmediato. «Tenemos que reconducir la situación para que el precio eléctrico sea competitivo y cuando eso ocurra, sí podremos apostar por la descarbonización. Pero primero hay que salvar los muebles», ha apostillado.
«Apuesto por las renovables; la nuclear está jugando un buen papel y habría que pensárselo dos veces antes de cerrar por el impacto, seguridad de suministro y precio eléctrico; el carbón tiene las fechas contadas, pero tenemos que obtener lo mejor de cada energía y el carbón lo tenemos y necesitamos que ya se empiece a quemar carbón y a producir electricidad para que puedan bajar esos precios marginales y bajaremos de los 200 euros seguro», ha sostenido.
Las subastas a precios competitivos, con un objetivo de referencia de 42 euros, son otra solución a corto plazo, que, en su opinión, deberían hacerse todos los años para que la industria «se pueda cubrir y tener un precio más competitivo».
También se ha mostrado favorable a integrar las renovables, a la descarbonización, el hidrógeno verde y la innovación, pero ha alertado que el sobrecoste eléctrico «está afectando a nuestra capacidad de adoptar esos procesos».
Respecto a la eliminación del impuesto a la generación, con precios de 200 euros, «casi no se ve el efecto», ha dicho, y también ha criticado la «especulación del CO2 indirecto», un «artificio creado por la Comisión Europea para hacer caja y fomentar las renovables. Pero en un año ha pasado de 20 euros a más de 60», lo que se traduce en un incremento del 33% del precio eléctrico. Según Soto, «especuladores financieros se han metido en este mercado y están jugando a ganar».
«Hay un conjunto de medidas, pero el principal núcleo de este encarecimiento es el precio del mercado» y para solucionarlo, la asociación pide subastas de energía de inframarginal –nuclear, hidráulica y otras renovables– a coste de generación. «Nunca nos van a ofrecer 42 euros, pero yo tengo que apuntar ahí», ha dicho.