San Petersburgo, donde precisa que llegue la «Revolución de Octubre» del Baskonia
Tras la bochornosa imagen de los 20 primeros minutos ante el Unics Kazan y los 20 siguientes de maquillaje, el periplo por tierras rusas acaba en la antigua capital imperial frente a un Zenit que poco tiene de zarista, sino un equipo al que el pasado 18 de marzo el Baskonia le remontó 18 puntos.
Todavía dan ganas de enviar a Siberia a la plantilla y al staff técnico de Bitci Baskonia, después del dantesco espectáculo que ofrecieron el miércoles en la pista del Unics Kazan. El parcial de 24-6 del segundo cuarto fue de los que duelen durante demasiado tiempo como para olvidarlo con un «pelillos a la mar» 48 horas después.
«En el deporte puedes perder de uno, de treinta, de cuarenta... Son cosas del deporte, pero lo que no puede ser es que no luches hasta el final. En los 20 primeros minutos no hemos luchado», dijo un indignado Dusko Ivanovic que llegó a calificar de «vergonzante» la imagen ofrecida por sus pupilos en la primera mitad. La sesión de maquillaje y acicalamiento estadístico y del marcador final tras el descanso no le mereció mayor comentario aunque, en comparación, la omisión del de Bijelo Polje pudo tener tácita su aprobación.
La famosa «águila bicéfala» de la bandera de Rusia, con la mirada puesta al mismo tiempo en Europa que en Asia, invita ahora a los gasteiztarras a empezar su retorno hacia el Oeste, a la ciudad de San Petersburgo, donde arrancará a las 19.00 de este viernes el duelo de la séptima jornada de la Euroliga ante el Zenit que dirige Xavi Pascual.
San Petersburgo, Petrogrado, Leningrado, conocida como «Píter» de forma cariñosa, fue cuna de la Revolución de Octubre, un 25 octubre como databa el calendario juliano que imperaba en la Rusia zarista y sustituida por el calendario gregoriano, el que impera en el mundo entero, después del triunfo de los Bolcheviques liderados por Lenin, indicando que aquel «octubre» en realidad era el 7 de noviembre.
Dice la leyenda que después del cañonazo del Acorazado «Aurora», señal de inicio de la Revolución Rusa, Lenin se afeitó su famosa perilla para confundirse con el gentío y ser uno más en pos de hacer brotar una Rusia nueva, germen de una humanidad nueva, de personas libres e iguales entre sí. Nadie le va a pedir a Dusko Ivanovic que se corte su hoy famosa coleta –algún desaprensivo en Madrid ya le hizo alusión a ello tras alguna derrota de Euroliga– ni se alude aquí a una mascarada, sino el germen de un Baskonia nuevo, o tal vez solo sea el mismo Baskonia de siempre, el que pelea y nunca se rinde, gane o pierda.
El balance hasta el momento es de 3-3 y quedan nada menos que 28 jornadas para terminar la Fase Regular de la Euroliga, así que los tropìezos, las lesiones, las palizas, así como las grandes victorias en casa o lejos de ella, tienen tiempo de asomar como consecuencia del buen o el mal hacer del Baskonia. En estos momentos, empatado con el AS Mónaco y el propio Zenit de San Petersburgo, los gasteiztarras ocupan la novena plaza, una victoria por debajo del cuarto –Olympiacos– y por encima del decimosexto –Unics Kazan–.
La pregunta es, pues, ¿con qué actitud saltará Saski Baskonia a la cancha este viernes en el Yubileyni sports Palace? ¿Saldrá a por el partido, como se pudo ver ante el AS Mónaco, Alba Berlín o Panathinaikos, e incluso el Armani Milano, pese a la derrota en este encuentro? ¿Se saldrá a verlas venir como ante Olympiacos en el estreno de la presente Euroliga? ¿Se saldrá tan decaído como ante el Unics Kazan, producto tal vez de la ausencia de un Giedraitis que tampoco estará este viernes?
Se puede seguir preguntando hasta el infinito, porque no habrá respuesta hasta que el balón se lance al aire y Saski Baskonia muestre, o no, signos de ambición, revolución interna y cultural, para volver a ser lo que sus aficionados esperan, sea cual sea el resultado final.
La respuesta puede estar en el viento, como decía Bob Dylan, en los posos del café o las líneas de la mano, según dicen los que afirman que saben leer ese extraño lenguaje, o en la experiencia. Nadie va a descubrir ahora a Saski Baskonia, el talento de sus jugadores que sí están presentes ni a su entrenador. Es hora de que ellos mismos descubran lo mejor de sí mismos.
Correoso como un jabalí
Xavi Pascual se dio a conocer como segundo de Dusko Ivanovic en aquel Barça de la temporada 2006/07. Un año después, tras la destitución del de Bijelo Polje de la casa blaugrana, el técnico de Gavá iniciaba una exitosa trayectoria que lo llegaba a conquistar Ligas ACB, Copas y hasta la Euroliga de 2010 con el Barça, y fuera del Barça a tener buenos papeles al frente de Panathinaikos y ahora el Zenit de San Petersburgo.
La lentitud y lo previsible de su juego es quizá el punto menos atractivo de lo que plantea el preparador catalán, pero lo cierto es que sus equipos son bien serios. Tal vez demasiado y poco dados a la improvisación –y eso que ha tenido a Navarro, Ricky Rubio, Kevin Pangos o Mike James a su cargo–, pero duros y correosos como jabalíes.
El año pasado, el duelo por la octava plaza entre Valencia Basket y Saski Baskonia se lo acabó llevando el Zenit de San Petersburgo, que además tuvo al Barça contra las cuerdas en el play-off de cuartos de final de la Euroliga. Todo puede pasar, pero raro sería encontrar a un equipo que dirige Xavi Pascual en renuncio.
Eso no los vuelve imbatibles. De hecho, «los amigos de Píter» perdieron el miércoles por 68-75 ante un Real Madrid plagado de bajas que, de hecho, se llevó tres de los cuatro cuartos en liza.
La ausencia de Kevin Pangos, que intenta su aventura en la NBA, es quizá la diferencia más grande y grave del conjunto de San Petersburgo, aunque todavía mantiene piezas claves respecto del año pasado como Ponitka, Billy Baron, Gudaitis, Poythrees o Zubkov. Asimismo, viejos conocidos como el lituano Kuzminskas, el ex de UCAM Murcia Conner Frankamp –que llegó a sonar para el Baskonia en los primeros días del «zoco» veraniego–, Jorday Mickey y Jordan Loyd completan un equipo bueno, para nada brillante, pero sí incómodo.
Pero para nada invencible, insistimos. Es más, el propio pecado de Xavi pascual ha llevado a alguna penitencia de más al conjunto ruso. Sin ir más lejos, el pasado 18 de marzo Saski Baskonia fue capaz de levantar una desventaja de 18 puntos y, con un último parcial de 16-34, fue capaz de ganar al Zenit por 75-79, con los hoy ausentes Pierria Henry, Polonara, Alec Peters o Giedraitis –y Vildoza, hoy convaleciente tras haber sido operado del pie, una vez que lo habían cortado los Knicks de Nueva York– volteando un partido perdido.
Nadie dice que vaya a ser fácil ganar en San Petersburgo y nadie exige tal cosa, aunque es perfectamente posible para este Bitci Baskonia que tan mal jugó el miércoles en Kazan. Solo un cañonazo basta para empezar toda una revolución. Bien lo saben en «Píter».
Más de 10.000 espectadores el domingo
Mientras tanto, el pabellón azulgrana ya supera los 10.000 espectadores de cara al duelo de la Liga ACB frente al Real Madrid del próximo domingo y podría alcanzar el aforo máximo permitido.
El Buesa Arena se prepara para batir su récord de asistencia esta temporada en el partido de competición doméstica que enfrentará a Bitci Baskonia y al Real Madrid este próximo domingo a partir de las 18.30.
En un escenario aún con el 80% de la capacidad permitida, el recinto azulgrana supera ya las 10.000 localidades vendidas, dado que a falta de tres días para el comienzo partido ya se han vendido 1.500 entradas.
El partido frente al Real Madrid coincidirá con la «festividad de Halloween» y se pondrán en marcha diferentes acciones para celebrar esta efeméride tan aterradora. La más espectacular será la proyección de un videomapping sobre la cacha del Buesa que volverá a cobrar vida con una impresionante proyección 3D animada con luces y sonido.