La UE da luz verde a nuevas sanciones mientras el presidente bielorruso recula
Los ministros de Exteriores de la UE han avalado un nuevo paquete de sanciones, que tardará semanas en ser adoptado, contra Bielorrusia. Su presidente, Lukashenko, se ha mostrado dispuesto a devolver a los refugiados a sus países de origen. «Pero no quieren».
La Unión Europea ha adoptado hoy lunes el nuevo marco de sanciones contra Bielorrusia, que permitirá tomar represalias contra individuos, entidades y agencias implicadas en los flujos migratorios presuntamente orquestados por el Gobierno de Minsk.
A través de un acuerdo que enmienda la regulación existente, la UE adapta el alcance de las sanciones ya en vigor y podrá ampliar la lista negra europea que ya incluye a 166 dirigentes y 15 entidades responsables de la represión interna y designar a los que considera responsables de un «ataque híbrido» por el uso de los migrantes con fines políticos.
Varias semanas
Este cambio legal, aprobado por los ministros de Exteriores de la UE, reunidos en Bruselas con la tensión en la frontera polaca como principal tema en la agenda, permitirá aprobar la quinta tanda de sanciones contra Minsk.
No obstante, las medidas no serán inmediatas y fuentes diplomáticas apuntan a que llevará «unas semanas» su adopción a la espera de fijar todos los aspectos legales que las acompañan.
Lukashenko se muestra conciliador
Coincidiendo con el arranque de ese plazo, el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, ha asegurado que no quiere «ningún conflicto» fronterizo. «Esto para nosotros es completamente perjudicial», ha afirmado. Y ha tildado de «absolutas tonterías» las acusaciones de la UE.
Tras airear que sería Polonia «la que necesita este conflicto», porque «tiene problemas internos, problemas más que suficientes con la UE…», el presidente bielorruso ha añadido que «estamos dispuestos a subirlos en aviones, también de Belavia (la aerolínea estatal bielorrusa), y llevarlos a casa», pero «no quieren volver», algo «comprensible» porque en muchos casos «no tienen un lugar donde vivir, nada con lo que alimentar a sus hijos».
Lukashenko ha ido más allá y ha emplazado a la UE a «aceptar a 2.000 o 3.000» refugiados y se ha ofrecido a fletar un avión hacia Munich, después de que las autoridades locales de la capital bávara mostrasen su disposición a recibir a los que se encuentran atrapados en la helada frontera.
Eso sí, ha advertido de que Mink reaccionará con dureza ante nuevas sanciones. «Quiere asustarnos con sanciones. Pues, bien, veremos. Ellos creen que vamos a bromear, que diré algo y se acabó. Nada de eso. Vamos a defendernos. No tenemos adónde retroceder», ha reconocido.
Controles aéreos
La aerolínea estatal bielorrusa ha anunciado que desde ayer deja de aceptar a ciudadanos de Irak, Siria, Yemen y Afganistán en los vuelos entre Dubai, capital de los Emiratos Árabes Unidos, y Bielorrusia, ruta utilizada por migrantes para trasladarse desde Minsk a la frontera con la Unión Europea (UE).
Belavia hizo lo propio la semana pasada desde aeropuertos de Turquía, aliado de la OTAN.
Irak ha anunciado que iniciará el jueves los vuelos para repatriar a migrantes que se encuentran en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, y ha prometido que estos retornos serán «voluntarios».
La mayoría de los refugiados varados en la frontera son kurdos de Irak, aunque también hay kurdos iraníes, sirios y afganos.
El Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, ha alardeado hoy de que las rutas aéreas a Minsk están ahora «bajo control» gracias a los pactos alcanzados por la UE con países vecinos, en coordinación con autoridades aéreas y aerolíneas, para limitar los vuelos a Bielorrusia.