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El Estado francés se dota de un vasto arsenal legal para atajar el maltrato animal

El voto final este jueves en el Senado consagra la aprobación más unánime y transversal de una norma en el Hexágono. Dejando de lado tareas pendientes, de ciertas prácticas de caza a la cría de animales pasando por las corridas de toros, París activa su transición para acabar con el maltrato animal.

Matar voluntariamente a un animal será delito y se castigará más severamente el maltrato, desatención o abandono. (Aritz LOIOLA/FOKU)

La mayoría macronista ha peleado durante más de un año para sacar adelante, con un consenso lo más amplio posible, una legislación con la que quiere alinearse con una preocupación muy asentada en la sociedad francesa: el trato, no siempre correcto, que reciben los animales.

El voto, este jueves en el Senado, donde la norma ha sido aprobada por 332 votos a favor, uno en contra y diez abstenciones, hará que vea finalmente la luz un texto legislativo particularmente denso y que contempla medidas de «reconversión» para distintos sectores, ya que uno de sus objetivos principales pasa por poner coto a la comercialización y exhibición de animales.

Implicará así la desaparición progresiva de los animales salvajes de los circos, pero también de los acuarios gigantes que programan espectáculos con delfines y orcas.

Con todo, las medidas que generarán mayor impacto son aquellas que llevarán a la prohibición, en el horizonte de 2024, de las ventas de animales.

Ello sin olvidar las sanciones al maltrato, desatención o abandono de animales de compañía. Y es que aunque uno de cada dos franceses convive con una o varias mascotas, en el Hexágono se abandona cada año a 100.000 animales de compañía.

La mayoría presidencial proclama «el inicio de una etapa histórica en favor de la causa animal», pero desde la bancada de la oposición se le recrimina que no haya sido capaz de sacar a la palestra cuestiones como las relativas a «ciertas modalidades de caza», a la cría de animales de consumo doméstico o a las corridas de toros.

Loïc Dombreval, de profesión veterinario y uno de los redactores de la proposición de ley que salió adelante en la Asamblea Nacional por 118 votos a favor, uno en contra y cuatro abstenciones, proclama que «la condición animal no es ni una moda urbana ni un capricho pasajero, sino una materia a la que es sensible un número creciente de ciudadanos y que, en consecuencia, es una cuestión eminentemente política».

Pactado de antemano el refrendo, este 18 de noviembre, en el Senado, la redactora del texto en la Cámara Alta, Anne Chain-Larché (Les Républicains) saluda esa nueva legislación que «acorta las distancias entre personas y animales sin caer en un cúmulo de prohibiciones estériles».

Acabar con la compra compulsiva de animales

La normativa quiere actuar e origen y acabar con esa práctica que el ministro de Agricultura, Julien de Normandie, define como «compra compulsiva de animales de compañía».

Así, a partir de ahora, cuando se adquiera un animal, se recibirá un «certificado» que explicita los compromisos que acompañan esa decisión.

La venta, propiamente dicha, de cachorros de perros o de gatitos estará prohibida en tiendas de mascotas a partir del 1 de enero de 2024.

En el capítulo de sanciones, el hecho de matar un animal de compañía de forma voluntaria dejará de ser una falta y pasará a considerarse delito.

Las personas a las que se condene por maltratar a un animal deberán pasar por un «curso de sensibilización», que recuerda a la formación que hacen los conductores cuando pierden los puntos del carnet de conducir.

Las personas con antecedentes de maltrato a animales serán inscritas en «un fichero de personas buscadas».

Quejas en los circos

La norma obligará a abordar conversiones en sectores como el circense. Alrededor de 120 circos ambulantes siguen recorriendo la geografía hexagonal con animales salvajes como principal reclamo. De aquí a dos años, esos animales no podrán salir a la pista y, dentro de siete, quedará totalmente prohibido para los dueños de los circos tener animales salvajes.

En declaraciones a AFP, William Kerwich, presidente del sindicato de educadores de animales para circos y espectáculos, habla de «una ley injusta» y anuncia una primera movilización del sector para el próximo lunes.

La secretaria de Estado para la Biodiversidad, Bérangère Abba, trata, por su parte, de calmar los ánimos, y anuncia ayudas económicas para acompañar a los profesionales en la reconversión y en el mantenimiento de los animales durante la transición.

Las medidas afectarían no solo a los circos también a los establecimientos que programan actuaciones con cetáceos. 24 delfines y 4 orcas se exhiben en esos espectáculos acuáticos que se ofrecen en distintos parques de animación.