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La maternidad en un entorno aislado

‘LA HIJA’
Estado español. 2021. 122’. Dtor.: Manuel Martín Cuenca. Guion: Alejandro Hernández, Félix Vidal y Manuel Martín Cuenca. Prod.: Fernando Bovaira, Manuel Martín Cuenca y Pablo Alfaro Águila-Real. Int.: Irene Virguez, Javier Gutiérrez, Patricia López Arnaiz.

Manuel Martín Cuenca en pleno rodaje en la Serranía de Jaén. (NAIZ)

El paraíso en el que vivimos no es lo que debería ser porque está habitado. El cine de Manuel Martín Cuenca se caracteriza por una gran belleza paisajística, que le sirve de escenario ideal para mostrar la realidad contaminante del ser humano, tanto en cuanto lo que revela es su lado oscuro. Basta recordar el final de ‘Canibal’ (2013) en parajes de Sierra Nevada, para encontrar paralelismos con su nueva realización ‘La hija’ (2021), presentada en Donostia fuera de concurso.

El gran tema de esta película es el aislamiento, debido a que fuera o lejos de la sociedad se comprueba mejor la verdadera naturaleza humana, la más primaria y violenta. Apenas un trío de personajes en medio de la impresionante Serranía de Jaén, se manifiestan tal cual son de acuerdo con sus instintos básicos. Un contexto salvaje en el cual lo que es de justicia para unos es motivo de desgracia para otros, como si las decisiones más dramáticas dependieran de un juego de supervivencia.

La debutante Irene Virguez es una quinceañera de un centro de menores que se ha quedado embarazada, situación en la que intermedia uno de los cuidadores, el interpretado por Javier Gutiérrez, que se ofrece para llevarla a su casa en la montaña, donde podrá disfrutar de un embarazo más sano y natural, perfectamente cuidada. Pero no es una oferta desinteresada, porque a cambio se le pide a la joven que renuncie a su bebé y se lo entregue al matrimonio anfitrión.

Patricia López Arnaiz, que ejerce como la mujer del cuidador y que no ha podido tener descendencia, le dice a la chica sobre su maternidad primeriza: «No, cariño. Lo llevas dentro. Ser madre no es eso». En fin, que ella se cree con más derecho debido a su vocación maternal en contra de la inesperada responsabilidad que conlleva ser madre a los 15, por lo que está convencida de imponer un nuevo reparto o reordenamiento de las cosas.