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Borràs achaca a los funcionarios del Parlament la retirada del escaño de Juvillà

La presidenta del Parlament, Laura Borràs, ha responsabilizado este lunes a los funcionarios de la Cámara de la retirada del escaño del diputado de la CUP Pau Juvillà, y ha negado haber dado «ninguna orden» para ello.

Laura Borràs, en la Junta de Portavoces pública. (EUROPA PRESS)

Tras la insistencia de PSC-Units, En Comú Podem y el PPC, Laura Borràs, presidenta del Parlament, ha accedido a dar explicaciones por el caso Juvillà en una reunión de la Junta de Portavoces pública que se ha celebrado este lunes al mediodía. En su comparecencia, Borràs ha negado haber dado «ninguna orden» para retirarle el escaño al diputado de la CUP Pau Juvillà, inhabilitado por no descolgar cuatro lazos amarillos en periodo electoral. Asimismo, Borràs ha achacado la retirada del escaño a los funcionarios de la cámara.

 Sin embargo, fue ella misma quien, el pasado 3 de febrero, denegó el voto delegado que CUP solicitó para Juvillà. Además, Juvillà ni siquiera fue convocado a esa votación, a lo que Borràs ha insistido que ella no dio «ninguna indicación» para que no lo fuera.

La presidenta ha explicado que tras esa sesión plenaria, la secretaria del Parlament, Esther Andreu, registró un escrito a la Mesa en el que decía que procedía a retirar el acta de Juvillà por imperativo legal y con efectos retroactivos, y Borràs ha matizado que el órgano rector debía de dar respuesta a este escrito antes de las 11:00 del pasado 4 de febrero.

Borràs ha criticado que tanto la página web ​​del Parlament y del Sistema d'Informació de l'Activitat Parlamentària (SIAP) como la cuenta de Twitter del Parlament anunciaron la baja de Juvillà antes de que la mesa se reuniese y viese el escrito de Andreu: «No es admisible que se ejecuten decisiones antes de que la Mesa se reúna».

Además, Borràs sostiene que ha exigido a la secretaria general que investigue la publicación de ese tuit, ya que, a su parecer, «se trata de una actuación improcedente por parte del funcionamiento interno de la casa. Nunca un tuit puede anunciar una cosa que aún no ha pasado».

Delegación de voto

Borràs ha explicado que tras la petición de la CUP de registrar la delegación de voto de Juvillà para el pleno del 3 de febrero, se produjo «un bloqueo del SIAP» y del sistema de voto electrónico, lo que causó que se tuviera que votar a mano alzada.

En esa misma línea, Borràs ha concretado que la petición de delegación de voto se admitió a trámite por parte de la Presidencia, pero «no se autoriza para evitar una impugnación por conflicto de intereses», y ha subrayado que esto generó confusión, ya que el SIAP no diferenciaba entre la admisión a trámite y la autorización de la delegación de voto.

A continuación, la presidenta del Parlament ha afirmado que se ha procedido a «corregir esta confusión» separando el trámite de la admisión o no de la delegación de voto y el trámite de la autorización del voto, que ella alega que no autorizó por «conflicto de intereses».

Acto seguido, Borràs matizado que en esa primera votación sí que votó y estuvo presente en el hemiciclo, mientras que en la votación sobre la presentación de un recurso y medidas cautelares por parte del Parlament al Tribunal Supremo español no votó por el anteriormente mencionado conflicto de intereses, y que en la sesión del 3 de febrero no estuvo presente y no se admitió su delegación de voto.

Ley Electoral Catalana

La presidenta del Parlament ha lamentado que la decisión de la Junta Electoral Central (JEC) ha dejado al Parlament «en una situación de extrema debilidad», ya que su «soberanía» se ha visto cuestionada «continuamente». Es por ello por lo que ha llamado a los grupos de la cámara a «estudiar» una reforma del reglamento del Parlament para «proteger» a los diputados, a que «modifiquen la LOREG» y a crear así «una sindicatura electoral catalana».

«La forma de hacer frente es con unidad y sin reproches y rehaciendo las confianzas rotas», ha zanjado la presidenta del Parlament, y ha añadido que situaciones como esta provocan en la Cámara una pelea entre quienes sufren las consecuencias.