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El Donbass arde; la excusa, al dente

La excusa para que Rusia ataque o para que EEUU confirme que tenía razón en sus reiteradas advertencias está servida. Ucranianos y rebeldes pro-rusos movilizan sus tropas y se acusan mutuamente de ataques en la línea del frente. Rusia sigue amagando y Occidente reitera su amenaza.

Imagen de maniobras militares suministrada por el Ejército ucraniano.

Las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk llamaron a la movilización general y anunciaron la adecuación de las actividades económicas a un escenario de guerra abierta.

Los llamamientos tienen lugar después de que ambos territorios rebeldes y pro-rusos situados en la región oriental del Donbass declararan ayer la evacuación de sus ciudadanos a la región rusa de Rostov.

Los enfrentamientos en la hasta ahora olvidada guerra en el Donbass, que estalló en 2014 tras la revuelta pro-occidental del Euromaidan, se han intensificado desde el jueves hasta culminar en una sucesión de violaciones del alto el fuego en vigor sin precedentes en los últimos meses, tanto por una parte como por la otra, según la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).

Ambos bandos denuncian asimismo atentados y sabotajes.

Los rebeldes del Donbass que, como la población de la península de Crimea, se levantaron contra Kiev tras el derrocamiento del presidente pro-ruso Viktor Yanukovich y la llegada al poder del nacionalismo ucranio y la aprobación de leyes contra el idioma ruso, cuentan con el apoyo, militar y político de Moscú, que ha denunciado que el Ejército ucraniano está concentrando tropas y armamentos en la línea del frente para una inminente invasión.

Soldados ucranianos muertos

Ucrania lo niega y ha justificado sus movimientos de tropas en el frente en clave defensiva.

En la misma línea, el Ejército ucraniano desmintió la acusació de guardafronteras rusos de que habría lanzado dos proyectiles a la región rusa de Rostov.

En la misma línea, acusó a los rebeldes de Kiev de disparar con armamento pesado contra sus propias posiciones para «alimentar la propaganda rusa».

Como todas, la guerra del Donbass es una guerra de propaganda y mentiras, Los rebeldes acusaron en 2014 a un caza ucraniano del derribo de un avión holandés con 300 personas a bordo que los tribunales les imputaron finalmente.

Kiev anunció la muerte de dos soldados ayer tras un ataque rebelde con obuses y denuncia el despliegue de sistemas de artillería calibre 122 mm, morteros de calibre 120 mm y lanzagranadas y ametralladoras pesadas en poblaciones de Donetsk y Lugansk, contrarias a la normativa de los acuerdos de Minsk que regulaban el, hasta ahora, más que precario alto el fuego

Sorprende que Kiev apele a los acuerdos de Minsk, que incluyen una autonomía para esos enclaves, además de la amnistía, cuando hasta la fecha se ha mostrado renuente a aplicarlos y se niega a negociar directamente con los rebeldes, tal y como le exige Rusia.

Y sorprende que el Kremlin, tan hostil por principio a las rebeliones, internas y extranjeras, apele a la negociación como solución a los problemas políticos.

Mientras el Ejército ruso anuncia repliegues parciales en la frontera con Ucrania y reitera que no tiene planes de invadirla, el inquilino del Kremlin, Vladimir Putin presidió unas maniobras «exitosas» con misiles balísticos y de crucero «previstas hace tiempo», y que movilizan a las flotas del Norte y del mar Negro, junto a Ucrania.

Putin mantiene abierto el canal diplomático y conversará telefónicamente hoy domingo con su homólogo francés, Emmanuel Macron, quien a su vez llamará al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.

Conferencia de Munich

Pese al repunte de la guerra, Zelenski viajó a la Conferencia de Seguridad de Munich, donde se reunió con la vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris. el canciller alemán, Olaf Scholz, y el premier británico, Boris Johnson. Zelenski pidió una cumbre del Consejo de Seguridad de la ONU con la participación de Ucrania, Alemania y Turquía y un calendario «claro de imgreso de Ucrania en la OTAN.

El canciller alemán volvió a reiterar que la entrada de Ucrania no está en la agenda aliada.

La vicepresidenta estadounidense aseguró que Rusia se enfrentará a costes económicos «sin precedentes si decide finalmente invadir Ucrania».

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, coincidió en que «el peligroso pensamiento del Kremlin, procedente de un oscuro pasado, puede costar a Rusia un futuro próspero», y aseguró que estáría garantizada la seguridad energética de la UE en el caso de que Rusia decidiera cortar como represalia el suministro de gas. «Diversificaremos proveedores y fuentes para que la UE sea más independiente en el terreno energético», prometió.

Londres alerta del «peor escenario» para la semana próxima.

El Gobierno francés aconsejó a sus ciudadanos en Ucrania que abandonen el país, siguiendo la estela de EEUU, Gran Bretaña, Alemania, Estado español y Grecia.