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Concha Vidales Moreno
Ganadora del Premio Aspegi 2022 a mejor empresaria de Gipuzkoa

«A veces los principios no están muy bien valorados en esta sociedad»

Concha Vidales Moreno (Irun, 1964) es cofundadora junto a Itziar Zubillaga de la empresa biomédica DNA Data situada en el Parque Tecnológico de Miramon. Un proyecto de la Unión Europea les empujó a emprender en 2010.

Concha Vidales Moreno. (ASPEGI)

Irunesa de la calle Santiago, Concha Vidales Moreno quería hacer genética y en un momento dado emprender fue una herramienta para lograrlo. Ha ido formándose en gerencia y aprendiendo de sus propias equivocaciones; ya que, como reconoce, es difícil predecir qué pasará, aunque se intenten controlar todos los parámetros. «Al final, la vida te acaba sorprendiendo». La más reciente, el galardón que la reconoce como la mejor empresaria de Gipuzkoa.

¿Qué hacen en DNA Data y qué aplicaciones tiene?

Nos dedicamos al diagnóstico de enfermedades genéticas, que son raras. Tenemos varios tipos de pacientes, pero el grueso de nuestro trabajo es dar soporte a hospitales y centros sanitarios que por su escasa prevalencia no pueden cubrir todas las enfermedades genéticas.

¿Qué supone para usted recibir este premio?

Parece una obviedad, pero es un reconocimiento muy importante con lo mal que lo hemos pasado con la pandemia; porque hemos tenido que hacer frente a muchas dificultades: no había material, no había personal...  Siempre he intentado mantener mis principios, pero a veces los principios no están muy bien valorados en esta sociedad. Me ha hecho muchísima ilusión y lo voy a llevar en el corazón siempre. Ha venido a reafirmar que las cosas que hago las estoy haciendo bien.

Las premiadas sois dos mujeres del ámbito de la Biomedicina. ¿Cómo ves la situación de las mujeres en este campo?

He asistido a la evolución en la que ibas a un hospital y era impensable que hubiera una mujer jefa de servicio, directora médica o gerente de un hospital. Ahora sí que puedes encontrarlas, pero todavía siguen siendo las menos. Curiosamente, en las carreras biomédicas existe una mayor presencia femenina; me llama mucho la atención que eso no se traduzca en puestos de responsabilidad.

En su plantilla son mayoría: catorce de dieciséis.

Mi socia y yo teníamos muy claro que queríamos potenciar la presencia de la mujer en nuestra empresa. Cuando fuimos incorporando personal nos dimos cuenta que buscábamos un perfil de excelencia científica y profesional, pero que tuviera una serie de principios y valores; y coincidió que en su mayoría eran mujeres.

¿En su trayectoria ha sufrido algún tipo de discriminación por su condición de mujer?

Sí. He tenido reuniones en las que el interlocutor no era la persona adecuada, porque no me valoraba como profesional. En mi caso no ha ido a más: suspendí la reunión, pensé que no me interesaba seguir la relación con esa persona y seguí con mi camino. Es cierto que nos dedicamos a un campo, el de las enfermedades raras, en el que hay que tener unas características determinadas. Ser empático, ser solidario, no está muy relacionado con comportamientos machistas o discriminatorios. Por suerte, en nuestro colectivo no es algo habitual.

También pusieron el foco en la conciliación. ¿Qué medidas tienen implantadas en DNA Data?

Queremos facilitar en lo posible la conciliación de la vida personal y laboral. Una conciliación real, que las personas puedan hacer su vida a parte de trabajar y cubrir esas responsabilidades. Porque cuando se habla de conciliación se habla sobre todo de los hijos, y esto no es así. Tenemos una población envejecida, cada vez es más frecuente que haya que cuidar de padres, personas enfermas… y esto no es algo que sea tan visual.

El personal es libre de salir a atender sus necesidades familiares o personales. No se les descuenta de su salario, sino que son responsables de acabar su trabajo cuando lo consideran oportuno. La verdad, nadie se aprovecha de la situación, todo el mundo está implicado en el proyecto de empresa y no hay que recordarle a nadie que no ha acabado su trabajo. Realmente, funciona. Creo que cuando das, también recibes a cambio.

¿Se acoge a ellas?

Por supuesto, yo también lo necesito; porque aunque sea la gerente, tengo familia y problemas, como todo el mundo. Hay que huir de esa imagen perfecta a la que parece que nos obliga la sociedad, en la que todos somos maravillosos, nadie se pone enfermo, nadie está cansado... Es todo un absurdo. Todos somos seres humanos y tenemos más o menos los mismos problemas.

¿Qué importancia tienen premios como estos de Aspegi?

Son super importantes. Vivimos en una sociedad en la que parece que todo se consigue de manera inmediata y no hay trabajo detrás. Este tipo de premios visibilizan que realmente hay que hacer un esfuerzo importante, trabajar mucho diariamente para llegar a mantener un empleo o evolucionar profesionalmente. Creo que es lo más importante. Enseñar a los jóvenes cuál es la realidad, que todo se sigue consiguiendo con esfuerzo.

¿Qué consejo daría a alguien que piensa en emprender?

Que sueñe con unos objetivos claros. Soñar es importante para conseguir tus objetivos; si no soñamos, no tenemos objetivos. Que se rodee de personas que le aporten y les hagan avanzar. Cuando empezamos tenemos muchas dificultades en encontrarlas, porque muchas veces por nuestra inexperiencia estamos con personas que creemos que nos van a aportar y en realidad no nos aportan nada y tenemos miedo de cambiar. Y que confíen en su intuición, es muy importante.