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El 77% de las organizaciones agrarias de la CAV consiguieron equilibrio entre géneros en 2021

El 77% de las organizaciones del sector agrario de la CAV tuvieron un 50% de mujeres en cargos de poder el año pasado. El último estudio de Emakunde se ha centrado en analizar la situación de estas mujeres.

Leire Milikua e Izaskun Landaida, en la presentación del estudio esta mañana en Gasteiz. (Raul BOGAJO | FOKU)

La mitad de los cargos de poder en el 77% de organizaciones del sector agrario de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa fueron mujeres en 2021, según un estudio de Emakunde. Partiendo del estatuto que regula su representación en cargos de poder, el Instituto Vasco de la Mujer ha analizado la situación.

Emakunde ha presentado esta mañana el estudio ‘Representadas y visibles. Participación y representación de las mujeres en los ámbitos de decisión del sector agrario’. Lo ha dirigido Leire Milikua, arquitecta e investigadora especialista en Agroecología e Igualdad de Género.

Acompañada de la directora de Emakunde, Izaskun Landaida, Milikua ha explicado que la investigación ha tenido dos ejes: las mujeres agrarias y el Estatuto de las Mujeres Agricultoras. Partiendo de esa base, se han realizado entrevistas con mujeres del sector, se han pasado encuestas a las organizaciones y se han unido los dos puntos de vista mediante encuentros colectivos.

Según el estudio, uno de los perfiles de mujeres en cargos de poder en este sector es el de aquellas que sí tienen acceso a los puestos pero no se dedican a la actividad agraria. La parte cualitativa del estudio ha mostrado que el surgimiento de este perfil preocupa a las mujeres del sector.

Otro de los factores que de acuerdo con Milikua «dificultan» la situación de estas mujeres es el «adultismo». Según ha explicado, además de una cuestión de género, las mujeres jóvenes se encuentran con más trabas a la hora de acceder a puestos de poder.

Las conclusiones del estudio demuestran, según Milikua, que «la situación de estas mujeres no es fácil, porque viven en un sistema patriarcal en el que el entorno rural no se tiene en cuenta, e históricamente no han tenido voz en la esfera pública». Sin embargo, la investigadora ha recalcado que son el «andamiaje invisible» que sostiene la actividad agraria.

Landaida ha destacado la importancia de este estudio porque tiene en cuenta las voces de las propias mujeres del sector. Con ello, «se sientan las bases para plantear medidas y que la situación pueda mejorar».

Estatuto de las Mujeres Agricultoras

El Parlamento de Gasteiz aprobó el Estatuto de las Mujeres Agricultoras en 2015. Según han aclarado Landaida y Milikua, se hizo «en respuesta a la situación de las mujeres en este sector». Al principio, exigía como mínimo una mujer en cargos de poder en las organizaciones para que estas pudieran acceder a ayudas económicas del Gobierno de Lakua.

En 2019, este requisito cambió para garantizar que todas aquellas organizaciones del sector agrario que aspiren a ayudas cuenten con un 50% de mujeres en cargos de poder.

Sin embargo, según ha explicado Leire Milikua, el estudio ha mostrado que el conocimiento del estatuto entre las propias mujeres «no es el deseado». Un 4% de las encuestadas lo ha leído entero, un 48% ha leído una parte y el 48% restante no lo ha leído. De entre estas últimas, el 30% ni siquiera conocía el estatuto.

Sobre el requisito de un mínimo de representación, las encuestadas han valorado que, además de pedirse, es necesario que se garantice su cumplimiento. Así, Milikua ha concluido que «hace falta una reestructuración integral» en la situación de las mujeres en el mundo agrario.