Homenaje en Praga al gudari Anjel Lekuona, fusilado por los nazis en 1945
La ciudad de Praga ha homenajeado este lunes a siete combatientes antifranquistas en la guerra del 36 que fueron fusilados e incinerados por los nazis en 1945 tras pasar por varios campos de concentración. Entre ellos está el busturiarra Anjel Lekuona.
El gudari busturiarra Anjel Lekuona ha sido homenajeado este lunes en la capital de la República Checa junto a Rafael Moyá (Illes Balears), Antonio Medina (Granada); Enric Moner (Girona), Pedro Raga (Tarragona), Vicente Vila, de Alberic (País Valencià) y Antonio Clemente (Vera, Almería). Los siete combatieron contra el Ejército franquista en la guerra del 36 y posteriormente fueron detenidos por los nazis, trasladados a un campo de concentración y fusilados e incinerados en Praga.
Al acto han acudido familiares de las víctimas, así como la directora del Instituto Gogora, Aintzane Ezenarro, y representantes de las instituciones que trabajan por la memoria histórica de Catalunya, País Valencià y Andalucía.
Asimismo, en el homenaje han estado presentes los alcaldes de Praga, Zdeněk Hřib, y Hradischko, Radka Svobodová; el director de Archivos Penitenciarios de la República Checa, Alex Kyr; el director del Memorial Campo de concentración de Flossenbürg, Jörg Skriebeleit; y representantes de las embajadas española, francesa y alemana en la República Checa.
Intervención de Anton Gandarias, sobrino de Lekuona
Anton Gandarias, sobrino de Lekuona, ha tomado la palabra para agradecer la colaboración de las instituciones responsables del cementerio que les han facilitado el acceso a la documentación sobre su familiar y también a los investigadores que han colaborado para esclarecer los hechos.
Este acto de memoria y reconocimiento a estas siete víctimas lo han impulsado de forma conjunta el Ayuntamiento de Praga, los responsables del cementerio de Strašnice, donde se ubica el memorial de víctimas, y el grupo de trabajo para la preservación de la memoria de los deportados del campo de Hradischko, compuesto por familiares de víctimas e investigadores. Este grupo trabaja para esclarecer los hechos a través de la investigación histórica, denunciarlos y preservar la memoria de los deportados.
Este mediodía, las familias de las víctimas se han encontrado en el cementerio de Praga, con una persona muy especial, la viuda de František Suchý hijo. En 1945, František Suchý, padre, era administrador del crematorio civil de Strašnice en Praga, el lugar adonde los nazis llevaban los cuerpos de los fallecidos en Hradischko, un pequeño subcampo checo dependiente del campo de concentración de Flossenbürg.
En abril, le ordenaron incinerar los cientos de cadáveres y deshacerse de sus restos. Pero él desobedeció, recopiló de forma individual las cenizas de cada cuerpo en una urna diferenciada y, junto a su hijo, anotó el nombre del fallecido en un listado y escondió los recipientes en el cementerio. La documentación ha permitido que las familias hayan podido conocer que sus allegados fueron incinerados en ese lugar, y encontrar también, sus cenizas, que reposan en el memorial del cementerio de Praga.
Acto de memoria en Busturia
Las cenizas de Anjel Lekuona seguirán reposando en el memorial del crematorio civil de Strašnice, en Praga. Su familia ha llevado hasta allí la tierra de su lugar de nacimiento, el caserío Apraize, del barrio de Altamira de Busturia.
En mayo, el Ayuntamiento de Busturia y Gogora colocarán en el propio municipio una placa-baldosa conmemorativa, llamada Stolpersteine, con el nombre y la fecha de nacimiento y muerte de Angel Lekuona. El proyecto Stolpersteine es una iniciativa para mantener viva la memoria de los muertos por deportación. En la actualidad, hay más de 79.000 baldosas colocadas en 25 países europeos.
Anjel Lekuona nació en Busturia, el 1 de marzo de 1913, durante la guerra dl 36 luchó por la República, lo que le llevó al exilio tras la guerra al Estado francés. Allí estuvo en varios campos de concentración y una vez que los nazis ocuparon el Estado francés, lo deportaron y, tras pasar por otros campos, fue fusilado el 10 de abril de 1945 en Hraistko, un campo de concentración del Tercer Reich, en lo que hoy en día es la República Checa.
Deportados vascos
En 2020, Gogora, el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, publicó una investigación La deportación de los vascos a los campos del Tercer Reich (1940-1945), de la que se desprenden los siguientes datos: 253 personas fueron deportadas.113 murieron, 125 salieron con vida. Se desconoce lo sucedido a otras quince.
Esto quiere decir que hubo casi tantos muertos (47%) como supervivientes (53%). Además, resulta muy llamativa la cifra de muertos del campo Mauthausen, donde exterminaron a dos terceras partes (65%) de todos los vascos que murieron en la deportación.
Estas cifras pueden sufrir variaciones en un futuro, con nuevas investigaciones, según señala el Gobierno de Lakua, ya que el rastro documental de los deportados vascos se halla disperso por varios países, entraña cierta complejidad y debe ser investigado entre una desbordante cantidad de víctimas.
Además, conviene tener presente, tal y como se refleja en la documentación relativa a los supervivientes, que muchos de ellos murieron en las semanas y meses posteriores a su liberación. Huno, incluso, quien falleció años después a consecuencia de las secuelas que arrastraba. Por tanto, el genocidio perpetrado por el nazismo va mucho más allá de las cifras registradas.