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«Dr. S. in the Multiverse of Madness»


Cada vez que se habla de la recuperación de la taquilla cinematográfica, las miradas se vuelven hacia Disney, porque el gigante del entretenimiento está apostando de cara al público familiar por su plataforma digital, con el secuestro de las producciones animadas, incluidas las de Pixar. En cambio, para el estreno de sus coproducciones con Marvel sigue prefiriendo las salas de cine, a sabiendas de que las películas de superhéroes tienen una audiencia adolescente y palomitera.

En mayo llega ‘Dr. Strange in the Multiverse of Madness’ (2022), título al que se carga de una responsabilidad que en realidad no le corresponde, puesto que no deja de ser una cinta de género que agradará al sector que consume fanta-terror, pero sin la obligación de revolucionar el mercado, ni nada parecido. Se confía en el veterano Sam Raimi, porque su trilogía de ‘Spider-Man’ (2002-2004-2007) funcionó muy bien y, menos la tercera entrega, fue del agrado de la crítica, dejando el buen recuerdo de la etapa con Tobey Maguire.

En principio no era el elegido para dirigir esta secuela, ya que iba a repetir Scott Derrickson, realizador de ‘Doctor Strange’ (2016), pero por diferencias creativas terminó dejando vacante su puesto. No se saben muy bien las razones para el abandono, aunque se comentó que pretendía hacer una versión de puro terror gótico que no convencía del todo al productor Kevin Feige. Es posible que pensara entonces que Sam Raimi ha practicado el terror con éxito desde una mentalidad más abierta a otros géneros. Prueba de ello es su famosa saga ‘Evil Dead’, iniciada con el cortometraje ‘Within the Woods’ (1978), que ya protagonizó Bruce Campbell. El actor se mantendría al frente de la trilogía compuesta por ‘Posesión infernal’ (1981), ‘Terroríficamente muertos’ (1987) y ‘El ejército de las tinieblas’ (1992). También en la culminación televisiva del ciclo con ‘Ash vs. Evil Dead’ (2015). Hay que recordar que Raimi ha hecho grandes creaciones para la televisión, sobre todo cuando desde Nueva Zelanda produjo las aventureras ‘Hércules: Los viajes legendarios’ (1994), protagonizada por Kevin Sorbo, y ‘Xena, la princesa guerrera’ (1995), con la inolvidable Lucy Lawless al frente.

Si hay un cineasta imposible de encasillar, ese es Sam Raimi, porque su filmografía se completa con realizaciones tan variadas como ‘Crimewave’ (1985), ‘Darkman’ (1990), ‘Rápida y mortal’ (1995), ‘Un plan sencillo’ (1998), ‘Entre el amor y el juego’ (1999), ‘Premonición’ (2000), ‘Arrástrame al infierno’ (2009) y ‘Oz. Un mundo de fantasía’ (2013). Y, manejando pequeños o grandes presupuestos, siempre ha cultivado un espíritu de serie B en su cine.

Para ‘Doctor Strange en el Multiverso de la Locura’ (2022) cuenta con una galería de personajes carismática, ajustada a un reparto que gira alrededor de la personalidad enigmática que Benedict Cumberbatch desprende. Su Dr. Strange es un ser, como no podía ser de otra forma tratándose de un cómic de Stan Lee y Steve Ditko, muy ambivalente. No, porque disponga de un alter-ego a raíz de su accidente automovilístico, sino debido a que no termina de definirse entre las figuras antitéticas del superhéroe y del villano, quedando en un terreno intermedio más bien antiheroico. Su transformación se basa en que parte como un neurocirujano que de repente adquiere la maestría en las artes místicas.

Dicha facultad le coloca en un lugar de privilegio dentro del espectro Marvel para acceder al Multiverso que abre las puertas de la percepción a una nueva realidad paralela. Un mundo inexplotado del que emana la vertiente terrorífica de esta continuación, porque allí el Doctor y sus aliados se encontrarán con todo tipo de criaturas extrañas, pero asimismo con su propio monstruo interior, el que refleja el lado oscuro de sí mismos. De ahí que el concepto inventado de Multiverso se identifique en el título con el de la locura, tal como la entendemos en nuestra realidad. Son elementos que apuntan a una experiencia diferente.