Un migrante de 20 años extutelado es el fallecido en un contenedor en Bilbo
Un joven migrante de 20 años, que estuvo tutelado por Diputación de Bizkaia, es el fallecido en un contenedor en Bilbo, cuyo cadáver apareció este martes en Zabalgarbi. No es el primer caso y sobre la situación en la capital vizcaina ya se había alertado al hilo del cierre de las canchas de Atxuri.
El cuerpo sin vida aparecido en la madrugada de este martes en las instalaciones de Zabalgarbi corresponde a un joven migrante de origen magrebí, de 20 años de edad y que en su día estuvo bajo tutela de la Diputación de Bizkaia, según informan este miércoles diarios del grupo Vocento.
El Departamento de Seguridad de Lakua informó el martes del hallazgo del cadáver de una persona, «sin indicios de criminalidad», durante el proceso de descarga y tratamiento de los residuos dentro de las instalaciones de Zabalgarbi, en el término municipal de Bilbo.
El aviso a la Ertzaintza se recibió desde la citada empresa a las 05.15 de la madrugada de este martes. Operarios que gestionaban la carga depositada previamente por varios camiones observaron la presencia del cuerpo de una persona, un hombre, sin vida.
En este caso, el malogrado joven portaba algún documento de identidad, según apunta Vocento. Aunque aún deberá contrastarse con la realidad, la identidad corresponde al citado hombre de 20 años extutelado por Diputación.
Lo ocurrido no ofrece dudas a priori: el joven se habría metido a dormir al contenedor y no habría advertido la llegada del camión de recogida de basura. Es un hecho tristemente repetido tanto en Bizkaia como en otros puntos de Europa. Como ejemplo muy reciente, en noviembre pasado un joven que había pasado por el centro de la Cruz Roja de Irun ya estuvo a punto de perder la vida al voltear el camión de la basura el container en que dormía, según dio a conocer Irungo Harrera Sarea.
Antecedentes
Falta ahora determinar dónde ocurrió el fatal hecho. Pero no se puede pasar por alto que en Bilbo ya se había alertado del efecto que podían tener medidas como el cierre este enero de las canchas de Atxuri en las que pernoctaban habitualmente decenas de personas. EH Bildu y diferentes asociaciones remarcaron que no se les daban una alternativa habitacional.
Un mes después de ese polémico cierre, en febrero, se denunció que el acoso policial a estas personas continuaba y que solo se estaba ofreciendo albergue a estas personas cuando la temperatura nocturna era inferior a 4ºC.
En abril del año pasado, Ongi Etorri Errefuxiatuak ya apeló al Ararteko para que mediara ante el constante desalojo de personas migrantes que dormían en diferentes puntos de la ciudad por parte de la Policía Municipal. Los lugares más frecuentes eran las citadas canchas de Atxuri, el puente de Euskalduna o el de La Salve.
Respuesta popular
Ongi Etorri Errefuxiatuak ha denunciado a través de las redes sociales la reciente muerte del migrante de 20 años, así como la de otra persona sin hogar en el parque bilbaino de Doña Casilda. «No más muertes por migrar! Ni en el Bidasoa, ni en las vías del tren, ni entre basura. No somos un desecho humano. Vuestras políticas de muerte frente a nuestras vidas!», ha señalado.
AZET, el sindicato de vivienda del Casco Viejo bilbaino, también ha denunciado lo ocurrido y ha puesto el foco en el problema de la vivienda: «Siguen tratando a las personas sin hogar como un problema de orden público, como si el problema fuera no tener casa y no que no se garantice viviendas para todas. La mercantilización de la vivienda mata, la propiedad privada mata. Y las instituciones burguesas, con su gestion de la miseria y su guerra contra los pobres matan».
También el sindicato LAB ha señalado que este suceso pone de manifiesto «la hipocresía» de las políticas de vivienda y de acogida de Hego Euskal Herria y han denunciado la apuesta de las administraciones públicas «por un modelo excluyente que hace de la vivienda un negocio y prioriza la especulación y la acumulación por encima de las vidas de las personas».
«Que las personas que se encuentran en situación de calle tengan que refugiarse en contenedores de basura para no morir de frío por la noches tiene nombre y responsables. Se llama necropolítica, y es la idea de que para los poderosos algunas vidas valen más que otras, se realizan así políticas publicas desde esa óptica y por eso se deja morir a algunas personas. Se trata de muertes que podrían evitarse si hubiese voluntad política», ha señalado LAB.
Asimismo, ha asegurado que mientas que de los ayuntamientos y Diputaciones «no se dejen de evadir las responsabilidades políticas y se continúen negando sistemáticamente opciones y oportunidades», seguirá habiendo muertes de este tipo.