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Los 3.000 aficionados manresanos de Miribilla, felices por ver a su equipo en la final (55-63)

En un partido incómodo y lleno de errores, Baxi Manresa ha sabido sobrevivir a la presión defensiva de Ludwigsburg, y ha encontrado el acierto de Sylvain Francisco, Yankuba Sima, Moneke, Thomasson y Bako cuando más falta le hacía.

Ismail Basko se cuelga en una de las pocas canastas fáciles del Manresa. (FIBA BASKETBALL)

MHP RIESEN LUDWIGNBURG 55 - BAXI MANRESA 63

Lenovo Tenerife tendrá en Baxi Manresa su rival en la finalísima de la FIBA Basketball Champions League el domingo a las 20.00 en el Bilbao Arena. Los más de 3.000 espectadores llegados desde tierras catalanas han tenido que sufrir de lo lindo con el mal partido de sus muchachos, atacados de los nervios y muy incomodados por la pegajosa defensa que ha practicado el MHP Riesen Ludwigsburg. El conjunto alemán ha limitado sobremanera la anotación de un Manresa que ha llegado a esta Final Four anotando 85 puntos de media, pero aun aí, los pupilos de Pedro Martínez han sabido sufrir y lo que es más importante, han encontrado gotas de acierto mientras que han cerrado por completo su aro en los minutos finales, llegando a desesperar al conjunto teutón, que tendría que conformarse con disputar la final de consolación.

Por ende, la FIBA BCL volverá a tener un equipo de la ACB en su palmarés, después del triunfo de Tenerife en 2017 y de que San Pablo Burgos se llevara las dos últimas ediciones.

Al partido le ha sobrado intensidad y le ha faltado acierto, ya que ambos equipos han jugado muy a disgusto, sin poder asentarse en el parqué. Con todo, el cuadro alemán, gracias a los puntos de Justin Simon –máximo anotador con 18 puntos– y la manera de todos sus integrantes de cargar el rebote, ha tomado ventaja y llevado la iniciativa desde el arranque. De hecho, los siete primeros puntos del cuadro del Bages han sido de los pívots Bako y Yankuba Sima, sin que los exteriores hayan podido tener ningún protagonismo.

No obstante, los de Pedro Martínez han decidido replicar a base de apretar también en defensa, demostrando al Ludwigsburg que por intensidad no iba a quedar. En ese sentido, el cuadro alemán se ha visto algo agobiado en sus ataques en estático y mucho más cómodo en situaciones de llegar jugando.

Después de los primeros minutos de zozobra, Baxi Manresa ha conseguido darle la vuelta al partido con la entrada en calor de Chima Moneke, ofreciendo una respuesta más visceral que ceberal por el bando catalán, pese a haber recuperado para esta Final Four a los bases Dani Pérez y Sylvain Francisco. Así las cosas, en un duelo que ha asemejado a una partida de ajedrez por los constantes cambios de los dos entrenadores, el primer asalto ha culminado con 17-20 a favor del conjunto del Bages, que ha arrastrado a unas 3.000 personas que han teñido de rojo las gradas del Bilbao Arena.

Sobrevivir al Ludwigsburg

El segundo cuarto ha renovado los bríos alemanes, ya que de la mano de Justin Simon se han vuelto a adelantar tras un parcial de 8-2. Los de John Patrick han demostrado haber hecho un scouting muy completo, haciendo al conjunto catalán jugar muy incómodo en cada uno de sus ataques en estático. Así, el conjunto manresano se ha ido obcecando con el lanzamiento triple, pero sin acierto ni rebote, por lo que el Ludwigsburg ha podido asentarse en cabeza del marcador. Y eso que el cuadro alemán ha desperdiciado la mitad de los tiros libres de los que ha dispuesto.

En ese toma y daca de errores, una cadena de desaciertos del jugador alemán Yorman Polas Bartolo lo ha aprovechado el Manresa para recuperar terreno, hasta el punto de empatar a 35 y disponer del último balón de la primera mitad, pese a que no ha anotado. Los de Pedro Martínez han sobrevivido al tiempo que los teutones han dejado escapar al cuadro del Bages a pesar de que el ritmo lo han impuesto ellos de cabo a rabo.

Canastas que son goles

«Estamos fallando muchos tiros fáciles», se ha quejado John Patrick en la breve entrevista antes de comenzar la segundas mitad. Y si en el entretiempo su disgusto era grande a este respecto, en el arranque del tercer cuarto se ha tenido que tirar de los pelos. Baxi Manresa ha recuperado la delantera con un parcial de 2-5 después de que jugadores como Radebaugh o Ethan Happ hayan errado lanzamientos de forma incomprensible, mientras que gracias ala dirección de Dani Pérez, el cuadro catalán ha podido ir sumando poco a poco.

Poco a poco, porque al igual que el cuadro alemán en la primera mitad, Manresa ha empezado a fallar tiros libres sin medida. Sin que haya fallado la intensidad, esta segunda semifinal de ha ido trabando más y más, celebrándose cada canasta casi como un gol.

En esa continua rotación, Baxi Manresa ha acertado de pleno con la entrada de Sylvain Francisco y Jankuba Sima. Pese a las carencias de uno y otro, la capacidad física del francés y el gerundense han supuesto robos, rebotes y hasta puntos. Miribilla se ha venido arriba cuando Luke Maye, a pase de Dani Pérez, ha conseguido el segundo triple del cuatro catalán, elevando un 44-52 que, en ese momento, ha supuesto la diferencia más amplia a favor de cualquiera de los dos equipos.

Desesperado ante tanto fallo –Justin Simon soñará con el mate fácil que ha errado de forma bochornosa– el plantel del Ludwigsburg ha tenido que sobrevivir. Para su fortuna, Jonah Radebaugh ha aparecido en los instantes finales del tercer cuarto con lo cual el conjunto teutón ha llegado al último cuarto por detrás, pero todavía vivo, 49-55, y con la primera posesión de ataque en sus manos.

Los espectadores del Bilbao Arena han tenido que esperar casi dos minutos en ver el primer punto del último cuarto, obra de Ismail Bako, una jugada de tres puntos después del poterior palmeo de Moneke. Por ende, los pupilos de Pedro Martínez han encarrilado virtualmente su semifinal, al escaparse 49-58. Nada decidido ni por asomo, ya que el propio conjunto catalán se ha visto muy apurado por los nervios, incapaz de encontrar una mínima fluidez en la anotación.

El Ludwigsburg ha apretado todo lo posible, y a base de sumar robos y segundos y terceros esfuerzos, ha conseguido arrimarse hasta el 55-60, con menos de tres minutos por jugarse. Sin embargo, Joe Thomasson ha emergido en el momento más oportuno para los de Pedro Martínez, clavando un triplazo que ha vuelto a disparar la ventaja catalana, 55-63, y provocando el tiempo muerto de urgencia de John Patrick.

Los fallos han seguido jalonando el juego de los dos equipos, pero el tiempo corría a favor del Baxi Manresa. Tanto es así, que el marcador no se ha vuelto a mover, para jolgorio de la grada, que tendrá la ocasión de sumar un nuevo tñitulo a su palmarés, el primero desde aquella Liga ACB lograda frente a Saski Baskonia en 1998.

FICHA DEL PARTIDO:

Ludwigsburg: Jordan Hulls (4), Justin Simon (18), Tekele Cotton (6), Jonah Radebaugh (7) y Ethan Happ (4) –quinteto inicial–, Jonas Wohlfatrh-Botterman (), James Woodard (6), Yorman Polas Bartolo (6), Jacob Patrick (4), Lukas Herzog, Jonathan Baehre y Johannes Patrick.

Manresa: Dani Pérez (2), Thomasson (10), Vaulet (2), Chima Moneke (13) y Bako (10) –quinteto inicial–, Sylvain Francisco (8), Yankuba Sima (15), Luke Maye (3), Valtonen y Steinbergs.

Parciales: 17-20, 18-15, 14-20, 6-8.

Árbitros: Mazzoni, Horozov y Liszka. Han pitado técnica al manresano Dani PérezSin eliminados.

Incidencias: Segunda semifinal de la Final Four de la FIBA BCL, disputado en el Bilbao Arena, ante 5.000 espectadores, con unos 3.000 espectadores manresanos, que durante breves lapsos han proferidos cánticos a favor de la independencia de Catalunya.