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Las nuevas escritoras vascas, un fenómeno también a estudio

Posiblemente ni ellas mismas tengan consciencia de si forman una generación literaria, eso habrá que dejárselo a los académicos del futuro.  ‘De la periferia al centro: nuevas escritoras vascas’, publicado por la Universidad de Venecia, analiza su éxito en otras lenguas.

Eider Rodriguez, acompañada por otras escritoras, en la presentación en 2019 de su libro ‘Idazleen gorputzak’. (Jon URBE | FOKU)

Desde hace unos años, no muchos, pero de forma mucho más intensa y, por ponerle una fecha, posiblemente más desde 2018-2019, al recibir los catálogos de las novedades de las editoriales estatales se ha convertido en habitual encontrarse con las traducciones –muchas de ellas auto traducciones– al castellano de novelas y ensayos de escritoras que escriben en euskara, editadas generalmente por editoriales pequeñas, pero de prestigio, y de un claro espíritu feminista.

Son autoras que también han dado el salto a otros idiomas y, aunque esto de la exportación a otros sistemas literarios no es nuevo –ahí están autoras veteranas de literatura infantil y juvenil como Mariasun Landa– no se puede evitar tener la sensación de que esta nueva generación, o como se le quiera llamar, tiene una serie de componentes propios y, sobre todo, ha ido construyendo o recuperando una voz propia que no tiene miedo a enseñar. Y tiene lectores y lectoras de diferentes partes del mundo a las que llegar. Porque eso es lo bueno de la literatura, que propicia la conexión con otras voces y otras realidades.

‘De la periferia al centro: nuevas escritoras’, libro editado por Jon Kortazar y publicado la Universidad de Venecia (Edizioni Ca’Foscari), intenta precisamente comprender el éxito de las escritoras contemporáneas en la literatura vasca. El libro ha sido realizado desde el mundo académico, en concreto por el grupo de investigación de la UPV/EHU Laida Taldea, un equipo que investiga, según explica, «cuánto cambia la vida en Euskal Herria y cuánto cambia la literatura vasca».

Las razones del éxito

En su preámbulo, Jon Kortazar, catedrático de Literatura Vasca de la UPV/EHU, editor de este estudio y director de la colección ‘Egungo Euskal Literaturaren Historia’, afirma que existen dos factores importantes para entender el éxito de la literatura escrita por mujeres actual: uno, el hecho de que hayan ganado varias de ellas el Premio Euskadi de Literatura en euskara y, el otro, el impulso que ha tenido el haber sido traducidas a otros idiomas. Eso ha propiciado, afirma, «la recepción y la exportación a otros sistemas literarios de la obra producida por mujeres, tal como no se había dado en otro momento».

Kortazar se fija en los premios que han ido ganando en los últimos años. En 2018, Eider Rodriguez con ‘Bihotz handiegia’ (‘Un corazón demasiado grande’, 2019); en 2019, Irati Elorrieta con ‘Neguko argiak’ (‘Luces de invierno’, 2021); en 2020, Karmele Jaio con ‘Aitaren etxea’ (‘La casa de mi padre’, 2020). A esto se les suman el Euskadi de ensayo en euskara de Uxue Alberdi también en 2020, por ‘Kontrako eztarritik’. Apunta Kortazar que así se ha roto «con una tendencia que valoraba el trabajo de las escritoras en el área de la Literatura Infantil y Juvenil», donde habían ganado antes Mariasun Landa, Miren Agur Meabe, Yolanda Arrieta, o las mismas Uxue Alberdi o Eider Rodríguez.

¿Qué ha pasado? Que les premios –estos y otros– les han dado visibilidad. También que es una escritura desde el empoderamiento, desde la autoexigencia y desde poner la mirada crítica sobre cuestiones candentes en el ámbito del feminismo, como la maternidad. También añadiríamos, que la producción de las mujeres en euskara es mucha y muy diversa, con unas características propias y una voz muy marcada por la consciencia del pensamiento feminista y de la pertenencia a una lengua minorizada en peligro. Se escribe mucho y muy bueno; la lista de nombres que salen si se empieza a contar es larguísima. También es interesante ver las editoriales que las publican, como Tránsito Libros o la bilbaina Consonni; esta última con una línea clara de traducción de obras de autoras como Uxue Alberdi (‘La trastienda’), Ixiar Rozas (‘Sonar la voz’), y antes Miren Amuriza (‘Bas’), Miren Agur Meabe (‘Quema de huesos’) o Alaine Agirre (‘X ha muerto’), por dar algunos nombres.

El contenido

En este estudio académico, que se puede bajar gratuitamente en internet (en la dirección laida.eus) o adquirir en el servicio de publicaciones de la universidad, se hace una primera aproximación –tiene espíritu de continuidad– a este fenómeno literario y cultural. Se hace a través del estudio de ‘Las madres no’, de Katixa Agirre; ‘Un corazón demasiado grande’, de Eider Rodriguez, y ‘La casa del padre’, de Karmele Jaio. También se analiza la obra de Leire Bilbao premiada con el Euskadi de literatura infantil y juvenil en 2017 por su libro de poemas ‘Xomorro poemak eta beste piztiak batzuk’, cuya difusión por medio de la red de la editorial Kalandraka ha sido importante con versiones en castellano (‘Bichopoemas y otras bestias’), gallego y catalán, además que ha recibido el premio Kirico en 2019, concedido por las librerías especializadas en el género.

Además, se incluye una investigación de Itxaro González sobre ‘L.A.A’, de Maixa Zugasti donde, aunque no ha sido traducida, aborda el tema de la violencia de género... una temática que conecta con las voces de sus contemporáneas.

La maternidad

Hay casos realmente destacables como el de Katixa Agirre, por ejemplo, analizada de Santiago Pérez Isasi y Aiora Sampedro. Su ‘Amek ez dute’, publicada en euskara en 2018, ha tenido mucha mayor repercusión crítica y en los medios tras su edición en la versión en castellano por Tránsito Libros en 2019. La edición con este pequeña pero prestigiosa editorial fue negociada antes incluso de que la autora completase la autotraducción del texto y ha tenido, hasta ahora, cuatro ediciones: ha sido traducida también al catalán, está en proceso la traducción a otras lenguas, y, cuentan, hay también planes de realizar una adaptación cinematográfica, a cargo de la directora catalana Mar Coll.

‘Las madres no’ es un libro que engancha. Arranca con una doble escena que liga a las dos madres protagonistas de la novela: una, que asesina a sus dos hijos sumergiéndolos en la bañera y los tiende sobre la cama mientras espera a que la niñera llegue; la otra, en el momento de dar a luz, relatado todo sin romantización alguna. En su éxito, Sol Salama, editora de Tránsito Libros, apunta ha podido tener que ver el interés reciente en el ámbito en castellano por la literatura sobre la maternidad. La cuestión es que es un tema recurrente en la literatura vasca reciente, desde aquel ‘Zergatik, panpox’ (1979) de Arantza Urretabizkaia (‘¿Por qué panpox?’, 986), una obra canónica, esencial, de la literatura vasca. Construida a modo de monólogo, fue rompedora en su época, al dar voz a una mujer separada, madre y responsaba de un menor.

El estudio apunta un extremo importante en cuanto a la difusión lograda por el libro de Katixa Agirre: los autores vascos sí suelen traducir sus obras, pero, salvo contadas excepciones, muchas ven la luz en las líneas en castellano de las mismas editoriales vascas que publican las obras originales en euskara. Elkar tiene gran peso y tradición en la cultura vasca: Tránsito es una editorial joven, reivindicativa y con fieles seguidores, es independiente y, por tanto, periférica en el sistema editorial estatal. «Es este un movimiento (del centro del sistema literario vasco, a la periferia del sistema literario español o ibérico) común para muchos escritores vascos, incluso algunos tan canónicos como Ramón Saizarbitoria o Anjel Lertxundi, mientras que otros como Bernardo Atxaga, Harkaitz Cano o Kirmen Uribe, o también las escritoras Eider Rodriguez o Karmele Jaio, han sido publicados por editoriales dominantes en el mercado español, tales como Destino, Seix Barral o Random, House», apuntan.

Este ensayo es una buena forma para acercarse a estas autoras. A escritoras del detalle, de la brillantez de las pequeñas grandes cosas de la cotidianeidad, como Eider Rodriguez. Miren Gabantxo-Uriagereka la entrevista al final del libro y, a la pregunta de si el feminismo ha salido de la periferia y ocupa ya el centro del sistema literario vasco, Eider Rodriguez responde: «Que ha salido de la periferia sí, que ocupa el centro no. Efectivamente, no tengo la menor duda de que las narradoras estamos renovando la literatura, escribiendo trocitos de mundo que no estaban escritos sobre superficies que estaban intactas. Es muy interesante lo que ese está escribiendo y desde dónde se está haciendo. Creo que todavía es pronto para ver qué lugar ocupamos, algo que tampoco me importa. Lo que me importa es que sigamos escribiendo, ladrando, pensando, haciendo lo que sea... llegando a nuevos lugares o revisitando las antiguos con nuevas voces».