La dimisión de los ministros de Economía y Salud vuelve a poner a Johnson en la cuerda floja
Los ministros británicos de Economía y Salud, Rishi Sunak y Sajid Javid, respectivamente, han presentado este martes su dimisión, tras «perder la confianza» en el primer ministro, Boris Johnson, que vuelve a estar acorralado.
La marcha de estos dos pesos pesados del Ejecutivo británico debilita la posición de Johnson, asediado por múltiples escándalos, y significa que, si se producen más salidas, podría caer el Gobierno.
En su carta de dimisión, Sunak dice que quizás Economía sea su último «empleo ministerial», pero para él es más importante luchar por buenos estándares de conducta.
«El público espera con razón que el Gobierno se lleve a cabo de manera adecuada, competente y seria», lo que no sucede en la actualidad, afirma.
Sunak dice que ha sido «leal» y ha apoyado en público al líder conservador incluso cuando discrepaba de él «en privado» y ha intentado respaldar con fondos económicos las prioridades de Johnson.
Sin embargo, según se desprende de la carta, Johnson no estaba dispuesto a tomar «decisiones difíciles» en la economía y eso les ha llevado a discrepar en su enfoque, hasta el punto de que el llamado canciller del Exchequer ha optado por dimitir.
Además, Sunak considera que Johnson no cumple con los estándares de conducta que se le presuponen a un primer ministro británico, después del último escándalo protagonizado por las fiestas celebradas en el número 10 de Downing Street en plena pandemia.
«No puedo seguir»
Javid afirma por su parte que no puede, «en conciencia, no puedo seguir sirviendo en este Gobierno».
«Soy una persona de equipo por instinto, pero los ciudadanos británicos esperan acertadamente que haya integridad en el Gobierno», manifiesta.
El ministro de Salud constata que los problemas que atraviesa el Partido Conservador «no se resolverán bajo el liderazgo» de Johnson, por lo que ha «perdido la confianza en él».
«Fue un privilegio que me pidieran volver al Gobierno para servir como ministro Salud y Atención Social en un momento tan crítico para nuestro país», ha escrito Javid en una misiva dirigida al Johnson.
La oposición pide la salida de Johnson
Desde la oposición, el líder de los laboristas, Keir Starmer, ha dicho a la prensa que el resto del gabinete de Johnson debe actuar en interés nacional y obligarle a dejar el cargo, según ha contado la BBC.
«Después de toda la inmoralidad, los escándalos y el fracaso, está claro ahora que este gobierno se está derrumbando. Los ministros del gabinete tory siempre han sabido quién es este primer ministro. Han sido sus animadores a lo largo de esta triste saga», ha dicho Starmer, quien ha calificado a los ya exministros de Salud y Hacienda como «cómplices» de un Johnson que «deshonró el cargo».
«Los ciudadanos británicos no se dejarán engañar. El Partido Conservador está corrompido y cambiar a un solo hombre no lo solucionará. Solo un cambio real de gobierno puede dar a Reino Unido el nuevo comienzo que necesita», ha reclamado.
Mientras tanto, en Twitter, el diputado laborista Chris Bryant ha pedido la convocatoria de elecciones y ha dicho en referencia a Javid y Sunak que «deberían haber renunciado hace meses» y que «nunca debieron haber puesto» a Johnson en Downing Street. «Han sido cómplices en todo momento», ha enfatizado.
En esa misma red social se ha manifestado el líder de los Liberal Demócratas, Ed Davey, quien ha acusado a Johnson de haber «desacreditado» al país durante mucho tiempo, por lo que debería irse ya. «Un castillo de naipes construido sobre mentiras y engaños se derrumba», ha escrito.
Hace un mes el primer ministro británico superó una moción de confianza interna planteada por los propios diputados conservadores, logrando 211 votos a favor y 148 en contra, en respuesta al mayúsculo escándalo que supuso su participación en varias fiestas mientras regían estrictas normas de confinamiento por la pandemia.
A pesar de que calificó el resultado como «convincente» y «concluyente», fue menos propicio del logrado por su antecesora Theresa May, quien a pesar de los 226 votos a favor de los 180 que se necesitaban acabó presentando su dimisión. La historia dice que ese estrecho margen logrado le coloca sobre un futuro incierto.