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Iruñea se planta ante las agresiones machistas: «Estamos hartas y no tenemos miedo»

Una protesta convocada por el movimiento feminista de Iruñerria ha denunciado que, desde que el inicio los sanfermines, han contabilizado una agresión sexual, otra agresión «de alta intensidad» y 21 «de baja intensidad». «Sobran los babosos que nos soban, nos golpean y nos agreden», han remarcado.

Concentración del movimiento feminista en la Plaza del Castillo. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

Una concentración en la Plaza del Castillo de Iruñea, que ha contado con la participación de las peñas sanfermineras y del alcalde de Iruñea, Enrique Maya, ha denunciado las agresiones machistas registradas desde el inicio de las fiestas.

En la lectura del comunicado, que ha estado precedida de una sonora pitada, han subrayado que «dos años después, por fin, hemos recuperado nuestras fiestas y, con ellas, al parecer, algunos también nos quieren obligar a recuperar a babosos y matxirulos». A todos ellos les han lanzado un claro mensaje: «¡Nunca estuvisteis invitados! ¡Ni antes ni ahora!».

Desde que comenzaron las fiestas, el movimiento feminista ha tenido conocimiento de 21 agresiones «de baja intensidad» y han anunciado que «ayer mismo se denunció una agresión de alta intensidad». Además, «la noche del sábado una mujer salió de casa de unos amigos en San Juan y recobró la consciencia horas después en Mendillorri con evidencias de haber sido agredida sexualmente».

Han llamado la atención asimismo sobre los casos de mujeres que han denunciado haberse encontrado mal tras sentir pinchazos. La Policía Foral, de hecho, está investigando ocho casos de posible sumisión química.

Ante este panorama, se han mostrado «hartas»: «No somos nosotras las que sobramos. Sobran ellos, los babosos que nos soban, que insisten hasta el infinito, que nos golpean, los que nos agreden sexualmente, que ocupan nuestro espacio solo por el hecho de ser mujeres ¡Esos son los que sobran!».

«No les vamos a pasar ni una –han proseguido–, porque estamos hartas de esta mierda y porque no les tenemos miedo ¡Que nos dejen en paz!».

Han concluido la protesta reivindicando unas fiestas sin agresores, «en las que las mujeres también tengamos cabida, en las que podamos ser libres y dejen de obligarnos a ser valientes».