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Elkarrizketa
La pancarta

«Propuse que me convirtieran en mascarillas»

Las pancartas, en la solanera de la plaza de toros de Iruñea. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)

¿Qué tal ha llevado estos dos años de pandemia?

Me imagino que como todo el mundo, con inquietud y con ganas de echar un cable. Me impresionó la solidaridad que se despertó en la ciudad, por ejemplo, con la gente ayudando a las personas mayores haciéndole recados varios para que no se expusieran al coronavirus. Decidí aportar mi grano de arena y propuse que me convirtieran en mascarillas, como las que se estaban haciendo de forma artesanal y desinteresada. Pero me dijeron que había material de sobra y que ayudaba más recordando a la gente los sanfermines. Había que animar al personal.

Con la llegada, por fin, de las fiestas, se ha renovado y vuelve con la actualidad más rabiosa.

La más rabiosa y la que genera más rabia, ya que Maya no deja de incordiar y este año vuelve a ser el protagonista de mis dibujos, como siempre para mal.

Hablando del señor alcalde, de tela a tela, ¿qué opina de la bandera de los 100.000 euros?

Que me perdone esa hermana de entretelas, pero me parece un auténtico despilfarro. Imagínate si cada una de nosotras, las pancartas de las peñas, costáramos ese dineral. ¡Saldríamos por más de millón y medio de euros!

La verdad es que usted habría lucido bien elegante en lo alto de los 30 metros del mástil de Maya.

Si se trata de representar a la ciudad, sus esencias más primigenias, con todos los respetos a la bandera de Nafarroa, sin duda una pancarta sanferminera recogería mejor lo que es Iruñea. Otra cosa es la imagen que se llevarían los visitantes de Maya, que sería bastante más real de la que se aprecia a simple vista.