Induráin, San Fermín y valientes gaupaseros dan la última cornada a las fiestas
Ahora sí, ya falta menos. El encierro de la Villavesa ha puesto punto final a los sanfermines, con la salud pidiendo a gritos un descanso y cientos de gaupaseros reclamando al alcalde que cumpla y alargue la juerga. «Ha ido de pila máster», ha resumido el pentacampeón del Tour, Miguel Induráin.
«Enrique Maya tenía razón. Todos queremos más. Me faltan días». Son palabras de Ainara, una moza iruindarra habitual del encierro, del encierro de la Villavesa. Y no se equivoca demasiado. La estampa que ha dejado el ya tradicional encierro del día 15 de julio ha vuelto a glorificar estas fiestas. Humor y ganas de juerga.
La cuesta de Santo Domingo estaba abarrotada desde las 07:30. Los cánticos al santo de carne y hueso se escuchaban desde Arrotxapea y no era para menos. Y se han repetido en más de tres ocasiones. Hay condiciones en las que es complicado llevar la cuenta.
Se acercaban las 08:00 cuando desde la parte alta de Santo Domingo ha aparecido el maillot amarillo, el pentacampeón del Tour Miguel Induráin, junto a su mítica Espada. Ha cruzado la marabunta entre gritos de «¡Induráin, Induráin, Induráin!» para llegar hasta los corralillos.
Allí, los cabestros del Movimiento 15 de Julio han lanzado el cohete que ha abierto la carrera. Ya cuesta arriba, a pesar de que se ha vivido un encierro rápido, el maillot amarillo parecía más el Miguel Induráin que sucumbió en Les Arcs en 1996. Las pájaras acechan a cualquiera. Si no, pregúntenle a Pogaçar. A pesar de ello, no podía estar más contento al final del evento. «Ha ido de pila máster. No ha habido heridos. El herido soy yo, que estoy con la pierna... pero bien, bien, bien». Después de tres años de ausencia, la emoción le impedía expresarse con fluidez, pero no tenía problemas para hacerlo con claridad. «Esto ha sido cojonudo».
Durante el transcurso del encierro la espada ha arrollado a varios corredores, se han visto montoneras en Mercades y Estafeta y, sobre todo, el decorado dejaba muchos participantes que la cornada ya la traían de casa. O del antro que les ha dado cobijo hasta esta mañana. Por si acaso, no ha faltado el capotico de San Fermín, que además este año volvía a su puesto de trabajo. «De puta madre. Ha sido un "remember", igual que hace 19 años». Ha sido el año de los "remember" y el santo morenico lo ha mantenido hasta el último minuto.
Santos de carne y hueso, leyendas del deporte, leyendas de la noche sanferminera y abnegados cocineros y camareros que hacen de la noche del 14 de julio su noche (sus caras, diremos, reflejaban el cansancio de todos estos días) han completado un pelotón que ha seguido la fiesta en la bajada al callejón de la Plaza de Toros. Por tanto, los sanfermines 2022 técnicamente todavía no han terminado. Pero sí, ya falta menos.