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Denuncian el vertido de sangre de un matadero en el río Urola


Eguzki ha denunciado esta mañana un nuevo vertido al río Urola, a su paso por el barrio zestoarra de Iraeta. Según este colectivo ecologista, «todo apunta a que se trata de sangre procedente del matadero de Urkaiko». Y ha añadido que «no es precisamente la primera vez que la sangre llega al río».
 
Eguzki ha destacado que «la poca agua que el Urola lleva por estas fechas» hace que «el efecto de la contaminación se haga notar más en el ecosistema fluvial», y ha subrayado que «el vertido de sangre es evitable casi al 100%» y que «la sangre seca se emplea desde hace tiempo como abono en agricultura y jardinería. De hecho, se encuentra entre los productos autorizados en agricultura ecológica».

Por ello, ha instado al matadero de Urkaiko –que ayer fue noticia porque ha colocado cámaras en su interior para controlar que el ganado se sacrifique con el menor sufrimiento posible– a poner los medios necesarios para evitar que se vuelva a repetir un vertido como este.

Cámaras en mataderos

En relación con la instalación de cámaras en mataderos, el Boletín Oficial del Estado español (BOE) ha publicado este miércoles el real decreto, aprobado el martes en el Consejo de Ministros, que obliga a instalar cámaras de videovigilancia en todas esas instalaciones con el fin de controlar el bienestar animal en esas instalaciones.

El texto detalla que las cámaras deberán abarcar, como mínimo, las instalaciones en las que se encuentren animales vivos, incluyendo las zonas de descarga, los pasillos de conducción y las zonas donde se proceda a las actividades de aturdimiento y sangrado.

En el caso de aves y porcinos, la instalación de las cámaras deberá permitir la grabación del escaldado para poder comprobar que no se someten a esta operación animales que presenten signos de vida.

Los responsables de los mataderos deberán guardar las imágenes relativas a la descarga, alojamiento en los corrales, conducción a la zona de aturdimiento, la sujeción, el aturdimiento y el sangrado hasta la muerte para posibles comprobaciones a posteriori por parte de los correspondientes servicios de control.

También tendrán que asegurar la reproducción, la copia o la transmisión de las mismas a otros dispositivos con igual calidad que la grabación original.

Tras su publicación este miércoles en el BOE, los grandes mataderos tendrán un año para adoptarla y los pequeños dos.