La misión de la AIEA se queda en la central de Zaporiyia para «estabilizar la situación»
Varios inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (AIEA) permanecerán en la central ubicada en la región de Zaporiyia, ha informado este jueves su director, Rafael Grossi, a la salida de la planta. Mientras, Kiev y Moscú han continuado acusándose mutuamente de ataques en la zona.
El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (AIEA por sus siglas en inglés), Rafael Grossi, ha realizado este jueves una primera inspección a la planta nuclear de Zaporiyia y ha informado de que, en unas pocas horas de trabajo, su equipo ha logrado recopilar «mucha información importante».
Durante esta primera inspección, ha visto elementos «clave», según ha informado la operadora energética estatal de Ucrania, Energoatom.
Grossi ha salido de la planta nuclear, controlada por las tropas rusas, alrededor de las 18.00 (17.00 en Euskal Herria). «La mayoría de los miembros de la delegación salieron de las instalaciones con él», ha explicado Energoatom.
Quedarían en la planta de Zaporiyia al menos cinco representantes de la misión de la AIEA –de un total de catorce integrantes–, quienes estaban descargando material de trabajo y seguirán en el lugar hasta, por lo menos, el sábado. El diplomático argentino no ha precisado cuántos inspectores continuarán su labor allí durante los próximos días y ha sido Energoatom quien ha dado esa cifra.
Tras el primer análisis de la situación en la central, se prevé que la agencia atómica de Naciones Unidas se establezca en la planta de forma permanente con el objetivo de «estabilizar la situación» y poder «ofrecer actualizaciones regulares de confianza, imparciales y neutrales».
Grossi también ha conversado con algunos habitantes de Energodar, ciudad que acoge la planta nuclear.
Los inspectores que han abandonado la instalación deben cruzar al territorio controlado por tropas ucranianas antes de las 20.00, según informaron las autoridades prorrusas.
Combates antes de la llegada de la misión
La llegada de los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica se ha visto complicada por un incremento de los combates en torno a la planta nuclear de Zaporiyia.
«Después de haber llegado tan lejos, no vamos a parar. Vamos a movernos, sabemos que hay un área, la llamada zona gris, entre la última línea de defensa de Ucrania y la primera de las fuerzas de ocupación de Rusia, donde los riesgos son significativos», había explicado Grossi desde la ciudad de Zaporiyia, ubicada en territorio controlado por las tropas ucranianas y a unos 50 kilómetros a vuelo de pájaro de la planta nuclear, que se halla en la otra orilla del río Dniéper.
El director de la AIEA añadió que había sido informado de la situación por las autoridades militares ucranianas y que era consciente de un aumento de la actividad militar, incluso durante la mañana de este jueves.
El antiguo alcalde de Energodar, la ciudad satélite cercana a la central nuclear, ha acusado al Ejército ruso de atacar con mortero objetivos cercanos, causando varios heridos.
Por contra, el jefe de la Administración local provisional prorrusa, Yevgueni Balitski, ha denunciado que la ciudad fue sometida a primera hora de la mañana a un ataque masivo de artillería por el Ejército ucraniano, dejando un saldo de tres civiles muertos.
Más aún, el portavoz del Ministerio ruso de Defensa, Igor Konashenkov, ha informado de que Kiev había intentado tomar el control de la planta nuclear con el desembarco de dos comandos.
«Hoy, alrededor de las 06.00 horas de Moscú (03.00 GMT), las tropas ucranianas, en dos grupos de sabotaje de hasta 60 personas y en siete barcos, atracaron en la costa del embalse de Kajovka, tres kilómetros al noreste de la planta, e intentaron apoderarse de ella», ha indicado, para añadir que la aviación rusa «está haciendo su trabajo y la situación está bajo control».
Desconectan un reactor
Konashenkov ha añadido que la artillería ucraniana «ha estado bombardeando el punto de encuentro de la misión de la AIEA en el área de la localidad de Vasilivka y la central nuclear de Zaporiyia», y ha asegurado que «cuatro proyectiles explotaron a una distancia de 400 metros del primer reactor».
Energoatom, por su parte, ha anunciado que se ha desconectado uno de los reactores, concretamente el quinto, tras registrarse varios bombardeos en las zonas colindantes. La planta cuenta con seis reactores atómicos, lo que la convierte en la mayor de Europa.
Según la compañía ucraniana, los bombardeos también dañaron «la línea auxiliar de suministro de energía de respaldo», lo que supuso que la unidad número 2 se apagara transitoriamente. Posteriormente se activó con los generadores diésel.
«Dejen de jugar con fuego»
Por otro lado, el Comité Internacional de la Cruz Roja ha exigido el cese de todas las operaciones militares en torno a la central nuclear de Zaporiyia, advirtiendo de que un ataque sería «catastrófico».
«Ya es hora de que dejen de jugar con fuego y, en cambio, de tomar medidas concretas» para proteger esas instalaciones críticas, ha advertido desde Kiev el director general del CICR, Robert Mardini. «El más mínimo error de cálculo podría causar estragos de los que nos arrepentiríamos durante décadas», ha recordado.