Las acusaciones califican de «vil asesinato machista» el crimen de Abanto
Las acusaciones han calificado de «vil asesinato machista» los hechos cometidos por Faustino M.S. en Abanto en marzo de 2020, cuando mató a su mujer e hija con un mazo de ocho kilos tras «haberlas sometido a una vida de dominación». El juicio por estas muertes ha comenzado hoy en Bilbo.
Las acusaciones consideran que Faustino M.S. mató a su esposa y a su hija en marzo de 2020 en Abanto «en un vil asesinato machista», después de haberlas sometido a una vida de dominación porque las consideraba «inferiores e incapaces».
En la primera sesión del juicio que se sigue en la Audiencia de Bizkaia, el jurado popular compuesto por siete mujeres y dos hombres ha escuchado los informes iniciales y las acusaciones han compartido el relato de la Fiscalía de que el acusado golpeó con un mazo de ocho kilos en la cabeza a su esposa mientras dormía y después le tapó la boca con un trapo y la degolló con un cuchillo, lo que le causó la muerte.
A continuación, fue a la habitación de su hija, le ató las manos con una brida y también le golpeó la cabeza con el mazo por lo que sufrió el estallido del cráneo, y después le cortó el cuello con un cuchillo de sierra.
La Fiscalía pide para el acusado 24 años de cárcel por la muerte de su mujer y 23 por la de su hija, por los delitos de asesinato con alevosía, el agravante de parentesco, así como de género, mientras que las acusaciones particular y popular, ejercida por la asociación Clara Campoamor, solicitan 25 años por cada una de las dos muertes.
Todas las acusaciones piden también una medida de vigilancia de diez años cuando el acusado salga de prisión y que se someta a formación de género.
La defensa pide ocho años por atenuantes
Por contra, la defensa ha asegurado que los hechos narrados son dos delitos de homicidio con atenuantes de alcoholismo y de enfermedad mental, ya que el acusado los cometió cuando sufría un brote psicótico y quiso acometer «un suicidio compasivo» y matar a toda la familia y que planeaba suicidarse después.
Así, propone ocho años de cárcel por cada una de las dos muertes y que se cumplan de manera simultánea.
Tras el receso, el juicio continúa con la declaración del acusado