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Israel navega viento en popa en la región con los «Acuerdos de Abraham»

Israel celebra recibiendo a altos cargos de países árabes antes «enemigos» el II aniversario de los Acuerdos de Abraham. Impulsados por los EEUU de Trump, consagraron el olvido-traición de la causa palestina por parte de cada vez más regímenes de la región, por encima de sus opiniones públicas.

Blinken y Lapid, ministros de Exteriores estadounidense e israelí, saludan a sus homólogos emiratí y bahrení en la cumbre de Neguuev de marzo. (Jacquelyn MARTIN | AFP)

«Ya no estamos en un Oriente Medio marcado por el conflicto árabe-israelí. La región es otra», valora el jefe de la división para Medio Oriente del Ministerio de Exteriores israelí, Oded Joseph, en el segundo aniversario de los Acuerdos de Abraham.

La mediación del expresidente estadounidense Donald Trump facilitó que Emiratos Árabes Unidos y Bahrein se convirtieran el 15 de septiembre de 2020 en el tercer y cuarto país árabe en entablar relaciones diplomáticas con Israel -tras Egipto (1979) y Jordania (1994)-, a los que meses después se sumó Marruecos. Sudán también mostró su disposición a hacerlo pero la grave crisis política del país africano ha frenado el proyecto.

El ministro de Exteriores emiratí, jeque Abdallah ben Zayed Al Nahyane, llegó este miércoles en visita oficial a Israel y se reunirá este jueves con el primer ministro en funciones de Israel, Yair Lapid, para «debatir sobre «cuestiones de interés común» y «perspectivas de cooperación y asociación».

No es su primera visita a Israel. En marzo, asistió a la histórica cumbre de Neguev (en el desierto del mismo nombre) con sus homólogos de Israel, EEUU, Marruecos y Bahrein.

Lapid estuvo ya en Emiratos en junio de 2021 como ministro de Exteriores, cuando inauguró la Embajada israelí en Abu Dhabi y donde se reunió por primera vez con el jefe de la diplomacia de EAU

El factor económico

En mayo, Israel y los Emiratos firmaron un acuerdo de libre comercio, el primero entre el Estado sionista y un país árabe, que implica la retirada de aranceles a un 96 % de los productos y prevé un intercambio de 10.000 millones de dólares en cinco años.

El económico es uno de los factores del acercamiento entre históricos enemigos. El comercio bilateral entre EAU e Israel superó en los siete primeros meses de este año los 1.400 millones de dólares y se espera alcance los 3.000 millones, más del doble de los 1.200 millones de 2021, eso sin contar inversiones millonarias.

«Vivimos una nueva era en nuestra región, con estabilidad y oportunidades», se vanagloria la vicealcaldesa de Jerusalén y cofundadora del Consejo de Negocios Israel-EAU, Fleur Hassan-Nahoum, quien espera un «efecto dominó» que anime a Jordania y Egipto a explorar el potencial económico de la relación.

Israel creció económicamente un 8,6% en 2021 y es puntero en alta tecnología, energías renovables o gestión de agua.

Cooperación militar

Pero sus nuevos aliados valoran a su vez su potencial militar, algunos, como las satrapías del Golfo, con la vista puesta en Irán, y otros, como Marruecos, con el horizonte de arrinconar militar e internacionalmente aún más las expectativas saharauis.

El general Belkheir El Farouk, inspector general de las Fuerzas Armadas Reales (FAR) de Marruecos, llega hoy a Israel para estrechar aún más la cooperación militar con el Estado judío.

Este general encabezó en 2021 la operación de desalojo brutal de un grupo de independentistas saharauis de Guerguerat -lo que desató la ruptura del violado alto el fuego por parte del Frente Polisario-, y se trata del militar de más alto rango que visita Israel,  con el que Rabat va camino de crear una asociación estratégica.

En junio, Israel y Marruecos sellaron un primer acuerdo de cooperación militar, lo que culminó en julio con la visita del Jefe de Estado Mayor israelí a Rabat.

El régimen marroquí ha adquirido armas, drones y tecnologías avanzadas por millones de dólares a Israel para aumentar su superioridad militar ante el Polisario o Argelia, su rival regional.

Avances «bajo el radar»

Aunque ningún otro país se ha adherido formalmente a estos pactos desde 2020, se han producido avances «bajo el radar» con Arabia Saudí, Omán o Catar, mientras se han distendido las relaciones con Turquía, país no árabe pero muy influyente en la región. También hay «pasos» con naciones de mayoría musulmana como Mauritania e Indonesia,

Israel no oculta su predilección por Arabia Saudí, reticente, como custodio de los lugares santos musulmanes de La Meca y Medina, a una normalización completa con la cuestión palestina encallada, pero sí dispuesto a abrir un diálogo en cada vez más cuestiones de «interés mutuo».

Con motivo de la visita del presidente de EEUU, Joe Biden, en julio a Israel y Arabia Saudí, se anunció un acuerdo para que el reino saudí abra su espacio aéreo a todas las aerolíneas israelíes -solo podían hacerlo las que volaban a Emiratos-, un paso aparentemente modesto pero muy significativo. Se espera que Omán le siga.

Tanto la nueva administración estadounidense como el gobierno de coalición que sustituyó al ex primer ministro israelí Benjamín Netanyahu dan máxima prioridad a seguir expandiendo los Acuerdos de Abraham.  

Israel y Qatar negocian oficina de representación temporal israelí durante el Mundial de fútbol. Qatar, que no reconoce al Estado de Israel, es uno de los principales valedores de la causa palestina y mantiene excelentes relaciones con el movimiento islamista palestino Hamas, y acoge desde hace años a su líder en el exilio Ismail Haniye.

«Cada vez más países ya no quieren seguir supeditando su influencia regional a un único asunto, la cuestión palestina», se solaza el jefe de la división para Medio Oriente del Ministerio de Exteriores israelí ante estos acuerdos, que modificaron el tablero geopolítico de Oriente Medio con un giro diplomático sin precedentes desde la creación del Estado de Israel en 1948, cuando contaba con enemigos en cada una de sus fronteras.