Cuatro décadas la contemplan
La veterana cineasta Claire Denis ya había dirigido a Juliette Binoche en ‘Un sol interior’ (2017) y ‘High Life’ (2018), pero este reencuentro le ha valido en la Berlinale el Oso de Plata a la Mejor Dirección por ‘Avec amour et acharnement’ (2022), que se estrenará en salas con el rotundo título de ‘Fuego’. La película sido elegida, con muy buen criterio, para acompañar a la actriz en la entrega del Premio Donostia de la 70 edición del SSIF, porque se trata de un auténtico recital actoral. Juliette Binoche se sitúa en el epicentro de un triángulo amoroso que completan Vincent Lindon y Grégoire Colin. Las escenas compartidas con Lindon son memorables, y todo podría ser perfecto entre sus personajes, de no ser por la presencia de ese tercero en discordia que representa la vuelta del pasado. El cometido que desempeña la actriz galardonada le va como anillo al dedo, ya que ejerce en esta ficción de locutora de Radio France, rol en el que resulta por demás creíble, como en la mayoría de los que ha venido representando en sus cuatro décadas de carrera, desde que debutara profesionalmente con ‘Liberty Belle’ (1983).
Claire Denis no es la única que ha querido repetir con Juliette Binoche, una actriz que enamora a quienes la dirigen, a sabiendas de que al público ya lo tiene enamorado. El primero en caer bajo su atracción fue el genial Leos Carax, al que estuvo unido sentimentalmente entre finales de los 80 y principios de los 90. Compartieron rodaje y algo más en ‘Mala sangre’ (1986) y ‘Los amantes de Pont-Neuf’ (1991), que ya es mucho para un cineasta que se prodiga tan poco. André Téchiné contó con ella, incluso antes en ‘Rendez-Vous’ (1985), para recuperarla más tarde en ‘Alice y Martin’ (1998). El polaco Krzystof Kiéslowski la convirtió en su musa para la trilogía de los tres colores, a partir de ‘Tres colores: azul’ (1993), con la que Binoche ganó el César a Mejor Actriz.
El británico Anthony Minghella fue más lejos, al verla como un talismán de su éxito con la oscarizada ‘El paciente inglés’ (1996), y es que además de la estatuilla dorada la actriz se llevó el BAFTA y el Oso de Plata en la Berlinale. Pero la suerte no se repitió en ‘Breaking and Entering’ (2006). Con el iraní Abbas Kiarostami, en cambio, el triunfo no llegó a la primera y tras conocerse en ‘Shirin’ (2008), acertaron de pleno gracias a ‘Copia certificada’ (2010), que coronó a nuestra dama como Mejor Actriz en el festival de Cannes.