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La incertidumbre eléctrica obliga a prever cortes en el Hexágono

Cuando Macron arrancó el curso político decretando «el fin de la abundancia» ya tendría entre sus manos el borrador del informe sobre «Perspectivas para el sistema eléctrico» para este otoño-invierno, que intenta calmar nervios al tiempo que insta a una «gran movilización» para reducir el consumo.

Las sombras de dos trabajadores de RTE, el operador del sistema de transmisión de electricidad francés, se proyectan sobre una de sus instalaciones en Areches-Beaufort. (Jeff PACHOUD | AFP)

La sociedad RTE –cuyo principal accionista es EDF con el 50,1%– es la encargada de gestionar la red pública del transporte eléctrico del Hexágono. Hace unos días difundió su «estudio preliminar para el invierno 2022-2023». Debido a la situación «inédita» que supone que Europa esté inmersa en «una crisis energética excepcional», ha adelantado la publicación del habitual informe estacional –de ahí que este haga referencia al «otoño-invierno»– con el objetivo de «informar mejor al público y a los actores económicos» sobre los riesgos que se aproximan por el horizonte.

La nota de prensa en la que resume su análisis de coyuntura intenta dar un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía a la vez que le pide que esté preparada para hacer esfuerzos extraordinarios si se cumplen los peores augurios. «Invierno 2022-2023: Un riesgo de aumento de la tensión en el sistema eléctrico, pero manejable gracias a una gran movilización a favor de acciones para reducir el consumo», es el mensaje que encabeza el texto.

El sistema de alertas EcoWatT

Las «principales incertidumbres» que observa RTE hacen referencia al suministro de gas, la situación energética en los países vecinos, la evolución de la demanda y el ritmo de reinicio de los reactores nucleares franceses. En base a esos factores, ha elaborado y comparado «varios escenarios de disponibilidad de producción (escenario central, alto y degradado) y condiciones meteorológicas (invierno suave, medio, frío o muy frío)». Y solo contempla tener que activar «algunas señales rojas EcoWatt» en esos «seis meses de invierno». Una señal roja de este indicador de alertas significa que el sistema eléctrico está muy ajustado y que «los cortes son inevitables si no bajamos nuestro consumo»; entonces se envía un sencillo mensaje con un llamamiento a personas, empresas y colectividades para que voluntariamente reduzcan su consumo durante los períodos pico. Los «ecogestos» más efectivos conciernen al uso de la calefacción, la iluminación y la cocina.

Pero asume que, «cuando el sistema eléctrico está muy tenso, no se puede excluir por completo el riesgo de corte» del suministro, que «se podría evitar reduciendo el consumo nacional entre un 1% y un 5% en la mayoría de los casos, y hasta un 15% en las situaciones meteorológicas más extremas». Esto se daría por la mañana entre las 08.00 y las 13.00 horas, y por la tarde entre las 18.00 y las 20.00. No serían días enteros ni en fines de semana.

¿Riesgo de black-out?

RTE afirma, tajante, que «en ningún caso Francia corre el riesgo de black-out (apagón, en inglés)», es decir, de pérdida de control total del sistema eléctrico». En el informe se explica que esta es, «en primer lugar, una crisis gasística, surgida en el segundo semestre de 2021 con las tensiones sobre la oferta y la demanda de energía tras la reactivación económica mundial post-covid, amplificada después por la guerra lanzada por Rusia en Ucrania y la importante reducción de los suministros de gas rusos». Claro que la «excusa» global no cuadra del todo con la tesis de que, «en relación con otros países europeos, Francia debería hallarse estructuralmente en una posición menos difícil», ya que tradicionalmente ha sido exportadora de electricidad y produce «una electricidad al 90% descarbonizada (nuclear y renovable)».

Por eso, admite que «la situación particular» de este año también obedece a «una segunda crisis, relacionada con la producción nuclear», puesto que más de la mitad de las plantas están desactivadas al mismo tiempo al coincidir los paros de mantenimiento programados con otros debidos a problemas de corrosión. Y a esto se suma «la larga e intensa sequía» que afecta a gran parte de Europa y que ha reducido la producción hidroeléctrica.

El informe de RTE no lo dice, pero se podría concluir que una «tormenta perfecta» se está formando en el horizonte.