INFO

París llama a la «movilización general» para reducir en un 10% el consumo de energía

Economizar energía, de entrada para «pasar el invierno sin cortes de suministro», y a partir de ahí para rebajar el consumo en un 10% en los dos próximos años. Estas son las claves del plan de sobriedad presentado este 6 de octubre por el Gobierno francés.

La primera ministra francesa, Elisabeth Borne, abandona el atril en el acto de presentación del plan de sobriedad. (Emmanuel DUNAND | AFP)

Si la sobriedad empieza por casa, la de hoy no ha sido una puesta en escena modesta. El Gobierno francés ha reunido un aforo de 400 invitados para presentar el plan de sobriedad con que aspira a «pasar un invierno sin cortes energéticos».

La gran misa a la que han acudido ministros, empresarios, altos funcionarios y gestores de distintos organismos se ha celebrado en el Parque de Exposiciones que mira a París y desde el que se ve su edificio más emblemático, esa Torre Eiffel que por decisión de Alcaldía se apaga a las 23.45 en vez de a las 01.00, para evitar –un poco– el derroche de electricidad.

La ministra de Transición Energética, Agnès Pannier-Runacher, ha llamado a la «movilización general» para lograr esa bajada a dos años vista del 10% respecto a los datos de consumo energético de 2019, un objetivo que ha definido como el primer paso para lograr esa rebaja del 40% que preconizan para 2050 los expertos en cambio climático.

De los servicios públicos a las empresas, pasando por las instalaciones deportivas, la vivienda o el transporte, el objetivo más inmediato no es otro que afrontar un invierno energético «bajo vigilancia reforzada», dado que no se descarta del todo que haya episodios puntuales de penuria.

El mito de la soberanía nuclear

La actual crisis se ha llevado algunos mitos por delante. Uno de ellos es la suficiencia energética ligada a la «soberanía nuclear» de la que han alardeado los mandatarios franceses en el último medio siglo.

La eléctrica EDF, endeudada y en fase de renacionalización, produce menos en razón del cierre programado de algunos reactores. La llegada del gas ruso permitía hasta la fecha capear la vetustez del parque nuclear galo, pero la guerra en Ucrania ha sacado a relucir todas sus miserias.

El plan de sobriedad que, a modo de galería de consejos, ha elaborado el Gobierno francés propone calentar menos las casas y los edificios públicos –el termostato no debe superar los 19 grados– y alumbrar menos –por ejemplo, el apagado de comercios y letreros luminosos entre las 01.00 y las 06.00–.

En el ámbito sociolaboral se preconiza el teletrabajo, principalmente en las administraciones, ya que, de momento la patronal Medef no ve el interés de sumarse a esa parte del plan en el que se incluyen también medidas como incentivar el uso compartido del vehículo privado.

Nada de apostar por el decrecimiento

«Si toda la nación se concentra en este gran objetivo, que es meramente voluntarista, si nos movilizamos todos, en el peor de los escenarios pasaremos el invierno» ha defendido Emmanuel Macron.

«No se trata ni de producir menos ni de ir hacia un decrecimiento de la economía» ha aclarado, de inmediato, para remarcar que su Gobierno interpreta la sobriedad como un simple ejercicio de «ganar en eficacia».

Sin necesidad de leyes o decretos –estima Macron– los ciudadanos deberían sumarse a esa «movilización general» para reducir su consumo de electricidad, en horas punta, tanto a primera hora de la mañana como a la noche, y para quemar menos gas a lo largo del invierno.

Otra receta que se ha escuchado desde la tribuna: es mejor encender la calefacción quince días más tarde de lo que se hace habitualmente y desconectarla quince días antes.

Un mes menos de encendido de calefacción, una propuesta de la titular de Transición Energética que ha dejado más bien fría a la concurrencia.

Abierta la veda, distintos patrones han tomado la palabra para defender su virtuosidad en materia energética, a cambio de que, ni se alteren los horarios de apertura, en el caso de los grandes almacenes, ni se «ponga en peligro la temporada» en el de los gestores de estaciones de esquí.

Así las cosas, Anne Bringault, portavoz de la Red Action Climat, ha hecho sonar la voz de alarma sobre lo ineficaz de preconizar medidas voluntaristas sin contemplar mecanismos de seguimiento, lo que, ha dicho, «puede desmotivar incluso a convencidos de que hay que consumir menos».

Al cierre de la jornada, la primera ministra, Elisabeth Borne, ha proclamado que «bajar el consumo energético implica una acción a lo largo del tiempo, porque no puede entenderse como una moda, ni se limitarse a pasar un invierno, ya que exige más bien un nuevo modo de pensar y actuar».