INFO

Una «Comunidad Política Europea» para aislar a Rusia del Viejo Continente

Fue Macron quien propuso un foro-sala de espera a la UE. En plena guerra, Bruselas aspira a convertirlo en una plataforma para enajenar de Europa a la Rusia de Putin. Reúne a 44 países, incluidos el Reino Unido del Brexit, la Turquía de Erdogan y la Serbia aliada del «gran hermano» eslavo.

El primer ministro checho, Petr Fiala, recibe a asu homóloga británica, Liz Truss, a su llegada al Castillo de Praga ( Joe KLAMAR | AFP)

Los Veintisiete y otros 17 países europeos se reúnen este jueves en Praga en la primera cumbre de la «Comunidad Política Europea», una plataforma de diálogo ideada desde la UE para reforzar las alianzas frente a la ofensiva geopolítica que Rusia inició con la invasión de Ucrania y para buscar soluciones y sinergias frente a una crisis energética sin precedentes.

Ideado en mayo por el presidente francés, Emmanuel Macron, este nuevo foro tiene a su vez como objetivo declarado ofrecer una imagen de «unidad y solidaridad» en un Viejo, y tensionado, Continente, con los frecuentes pulsos migratorios con Turquía, el desencanto de los Balcanes Occidentales por la lentitud en su proceso de adhesión a la UE o la salida de Gran Bretaña de la UE.

La plataforma incluye a los países balcánicos (Albania, Bosnia y Herzegovina, Kosovo, Montenegro, Macedonia del Norte y Serbia), además de a las cinco ex-repúblicas soviéticas que conforman la llamada Asociación Oriental (Ucrania, Moldavia, Armenia, Azerbaiyán y Georgia), sin olvidar a los miembros del Espacio Económico Europeo -Noruega, Islandia y Liechtenstein-. La lista hasta los 44 miembros se completa con Suiza, Turquía y Gran Bretaña.

Su nueva primera ministra, la ya contestada Liz Truss, ha dejado claro antes de viajar a Praga que esta iniciativa «no es una alternativa a la UE», de la que Londres se salió oficialmente en enero de 2020.

No obstante, y pese al escepticismo ante la propuesta francesa, Gran Bretaña se ha visto obligada a participar en un foro cuyas «conversaciones afectan a todo el continente». «Estamos participando como una nación soberana independiente y actuaremos como tal»,  ha insistido.

Bruselas coincide en que no se trata de un proyecto de integración paralelo al de la ampliación de la UE, sino de un «proceso intergubernamental» en el que todos tienen el mismo peso.

Lo que no está nada claro es el denominador común entre países candidatos (e impacientes) a la adhesión, países que saben que su puerta está cerrada quizás «ad eternum» (Turquía) y un país como Gran Bretaña que decidió hace seis años dar un portazo a la UE.

Duración y viabilidad

Todo ello arroja dudas sobre su duración y a su viabilidad. Y es que sería uno más en la larga lista de proyectos de coordinación continental, como la Confederación Europea que propuso sin éxito el fallecido presidente francés Françóis Mitterrand.

Otro de los riesgos es que se convierta en una suerte de hall en el que esperen indefinidamente los candidatos a la adhesión. No en vano su promotor, Macron, no se significa precisamente por dar la bienvenida a nuevos aliados.

Así las cosas, todo apunta a que la UE quiere forzar a que la razón de ser de la «Comunidad Política Europea» sea la exclusión, y la presión, contra Rusia, gigante euroasiático y, por tanto, también europeo.

La invasión rusa de Ucrania –su presidente, Volodymir Zelenski, hablará por videoconferencia- centrará sin duda las mesas redondas de esta primera cumbre informal, en la que también habrá espacio para economía, migraciones y energía, con la esperada presencia de Noruega, clave en el suministro energético tras la ruptura con Rusia y renuente al tope al precio de su gas.

Unanimidad y presiones

No obstante, y como ocurre en el seno de la UE, no hay total unanimidad respecto a la política de sanciones a Moscú y de envío de armamento a Ucrania.

Serbia, en particular, defiende la integridad territorial de Ucrania y ha rechazado las anexiones rusas pero. en nombre de su alianza histórica eslava con Rusia, no se ha alineado con las rondas de sanciones que ha ido aprobando la UE contra Moscú.

«Esperamos que Serbia explique por qué lo hace y por qué actúa así», han asegurado, presionantes, fuente comunitarias.

Otro de los actores con «diferentes perspectivas», en palabras de Bruselas, es la Turquía de Erdogan, mediadora entre Rusia y Ucrania, países ambos con los que mantiene buenas relaciones en un complicado equilibrio.

No es el único dossier en el que se seguirán con lupa las intervenciones de Erdogan. Los diferendos con Grecia y Chipre de un país «fundamental» tanto en el plano militar --es miembro de la OTAN-- como en el migratorio, estarán sobre la mesa de las múltiples bilaterales que jalonarán una jornada que acabará sin comunicado final y con una cena en el imponente castillo de Praga, que domina la Ciudad Vieja y escenario elegido para esta primera «foto de familia». De los Cuarenta y Cuatro y sin Vladimir Putin, enfrascado en Moscú en intentar tranquilizar a los suyos mientras va perdiendo porciones de territorios que hace una semana se anexionó.  

Tras esta primera reunión de la Comunidad Política Europea, los líderes de los Veintisiete permanecerán en Praga el viernes para participar en una sesión informal del Consejo Europeo, con la guerra en Ucrania y la crisis energética como principales temas en la agenda.