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Kepa Junkera reaparece para reencontrarse con su gente y romper tabúes

Romper moldes y fronteras culturales es lo que ha hecho siempre Kepa Junkera con su música. Con su presencia en el estreno en Bilbo de ‘Berpiztu’, el documental sobre su lucha para recuperarse de las secuelas de un ictus, el trikitrilari ha roto tabúes sociales y, posiblemente, propios.

Kepa Junkera saluda a Goiko y Dani, ex jugadores del Athletic, ante su madre, muy emocionada. (Monika DEL VALLE | FOKU)

Uno de los nombres de la triki en euskara es ‘Infernuko hauspoa’, el fuelle del infierno, no en vano era el instrumento que, según la moralidad imperante, provocaba el pecado en las romerías... bailar, saltar y ¡al diablo las convenciones! Así se titula también, ‘Infernuko auspoa’, un disco esencial en la carrera de Kepa Junkera, un trabajo que firmó con Iñaki Zabaleta y Motriku en 1988, y con el que el músico de Errekalde revolucionó la música tradicional vasca.

No es que el viento que corría por la Gran Vía bilbaina la tarde-noche de este jueves viniera del infierno, pero ese toque a galerna, agitado y con gotas de lluvia de esas gordas, parecía como encargado para la reaparición de uno de los músicos más importantes, más internacionales y con mayor proyección de la historia de nuestra cultura. La producción de Kepa Junkera ha sido, además, como una galerna para un país que ha visto como la música tradicional vasca ha crecido y se ha extendido, creando conexiones con otras culturas. Y su personalidad, de alguna manera, también puede tener hasta un cierto paralelismo con las galernas: Junkera ha sido el viento creativo que lo mueve todo.

Desaparecido de la vida pública desde que en 2018 sufrió un ictus en una actuación en Gante, durante estos años Kepa Junkera ha estado enfocado a recuperarse de unas secueles que le afectan a la movilidad y también al habla. Eso es lo que retrata ‘Berpiztu’, un documental firmado por Fermin Aio, que se estrenó en la pasada edición de Zinemaldia. En Donostia se rumoreaba hasta el último minuto que el músico acudiría al estreno, no en vano recibía también el premio Adarra que le concedió la capital guipuzcoana en 2020. Pero no pudo ser.

Donde sí ha estado ha sido, por fin, en el estreno en Bilbo. Lo ha hecho jugando en casa –el símil le viene perfecto a este forofo del Athletic–, en una primera aparición pública en la que se ha reencontrado con su ciudad –en el exterior de la sala BBK, mucha gente que esperaba verle–, con su gente y con sus amigos. También con numerosos representantes institucionales, con el lehendakari Iñigo Urkullu a la cabeza, y gentes de la cultura y de la vida deportiva y social de Bizkaia, demostración del reconocimiento a su figura y a su lucha por recuperarse.

Sacar del olvido y, de alguna manera, romper tabúes ha sido también el objetivo de Fermín Aio a la hora de rodar el documental ‘Berpiztu’. «Estamos muy contentos, porque Kepa está muy contento», nos ha reconocido poco antes de la proyección. «Es la primera vez que se le ve en público y eso está muy bien. Porque está muy bien enseñar cómo está y que la vida sigue adelante. Eso es muy bonito».

El documental llegará a los cines comerciales de Euskal Herria y los estatales, con proyecciones en Madrid y Barcelona, en diciembre. Hay también un proyecto de libro... la galerna Junkera no para dentro de esa cabeza. Parece que hasta también empieza a tocar la triki, una parte esencial de su vida.

«Tomates» y agradecimientos

En la sala BBK, antes de la proyeción: aplausos, Dulce Pontes que le ha dedicado una canción de la Vega Alta portuguesa a Kontxa de parte de su hijo Kepa, un único grito desde muy dentro de ‘aupa Kepa!’ y un mensaje, leído por Fermin Aio, de parte del homenajeado: «Si hay tomates, que sean para el equipo», ha dicho Junkera. «Han tenido mucho mérito en resumir más de cuarenta años» de carrera, ha reconocido también. El músico ha querido decir «gracias» «a la familia, a Aita Menni (donde realiza su rehabilitación), y además, pero un aplauso muy grande a la artífice de estos sueños: Miren Goikuria», en referencia a su excompañera, madre de sus tres hijos y quien ha puesto en marcha la máquina de todo este proyecto.

«Como rekaldetarra, bilbaino, vasco y ciudadano del mundo es un orgullo estar aquí», ha añadido el músico bilbaino. Y mientras en el interior de la sala BBK seguía la proyección de este documental, ya en la calle, en la voz de uno de los músicos callejeros que canta ante uno de los grandes almacenes de esta arteria bilbaina, nos recibe el sonido de ‘Lau teilatu’ de Itoiz: «Lau Teilatu gainian / Ilargia erdian eta zu / Goruntz begira, / Zure keia eskuetan / Putzara batekin... putz! / Neregana etorriko da / Ta berriz izango gara/ Zoriontsu edozein herriko jaixetan». Porque de nuevo seremos felices en la fiesta de cualquier pueblo, Kepa Junkera.