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La vuelta de Suella Braverman al Ministerio del Interior, primera polémica de la era Sunak

Suella Braverman ha vuelto al Minsiterio británico de Interior a pesar de que la semana pasada había dimitido por haber enviado a un diputado un documento por su correo electrónico personal en lugar de hacerlo por el oficial. Los laboristas cuestionan si ha habido «un sucio acuerdo».

Suella Braverman, ministra del Interior del Gobierno británico. (Justin TALLIS | AFP)

Tras asumir el martes el cargo de primer ministro británico, Rishi Sunak mantuvo a varios de los ministros de Liz Truss, mientras que volvió a nombrar a Suella Braverman al frente de Interior a pesar de que la semana pasada había dimitido por haber enviado a un diputado un documento por su correo electrónico personal en lugar hacerlo por el oficial. La semana pasada, Braverman admitió que había cometido un «error» por violar las reglas ministeriales.

Así, Sunak ha subrayado la importancia de asumir los errores y apartarse, sin esperar a que los problemas se resuelvan «por arte de magia», dando a entender que la salida tenía un marcado componente de malestar hacia la gestión de Truss, algo que Braverman nunca ha llegado a reconocer de viva voz.

Con la llegada de Sunak a Downing Street, Braverman ha regresado a Interior. «Trabajaremos duro para controlar nuestras fronteras, mantener la seguridad y tener las calles seguras», ha declarado en su primera reacción, «honrada» por recuperar el puesto perdido.

Fuentes de Downing Street justifican a la BBC la decisión en virtud de «las capacidades» de Braverman y de la intención de Sunak de «anteponer criterios de índole política» al conformar su equipo.

El Partido Laborista, primero de la oposición, no ha ocultado la preocupación por la «seguridad nacional», mientras que el Liberal Demócrata ha exigido una pesquisa sobre el nombramiento. El portavoz de Interior de los liberal demócratas, Alistair Carmichael, ha señalado a los medios que debe iniciarse una «investigación independiente completa», incluso sobre las promesas que Sunak le hubiera hecho en privado a Braverman. «Si se confirma que Suella Braverman violó repetidamente el código ministerial y amenazó la seguridad nacional, debe ser retirada», ha subrayado Carmichael.

En respuesta a las preguntas vertidas por el líder de la oposición, Keir Starmer, Sunak ha asegurado que Braverman «cometió un error de juicio» pero ha expresado su alegría «por el hecho de que esté de vuelta en el Gabinete», una decisión que ha levantado la polémica.

A pesar de que Starmer ha acusado a Sunak de llegar a «un sucio acuerdo» con ella, Sunak ha insistido en que se trata de una buena decisión y ha hecho hincapié en que su objetivo es «trabajar de forma conjunta para hacer que las calles sean más seguras y controlar las fronteras».

Por otra parte, ha asegurado que el Gobierno «protegerá a los más vulnerables», especialmente en momentos de crisis y «tal y como ya hizo durante la pandemia» de coronavirus. «Apoyaremos a los enfermeros, duros trabajadores», ha aseverado al referirse a las medidas que ya fueron anunciadas por el anterior Gobierno para el sector sanitario, según ha recogido la cadena BBC.

En este sentido, ha admitido que aún hay «decisiones difíciles por delante para restaurar la estabilidad económica» y ha alertado de que la inflación «es el principal enemigo», pero ha asegurado que abordará estas cuestiones de forma «justa y compasiva».

Sunak, que ha incidido en que «siempre ha actuado en favor de la protección de los más vulnerables», ha dicho estar dispuesto a trabajar de forma conjunta con las diferentes regiones del país, al tiempo ha dicho estar «comprometido a cooperar por completo» en la pesquisa sobre la fiestas celebradas en pleno confinamiento en Downing Street cuando Boris Johnson era primer ministro.

Vuelve la prohibición del fracking

Entre las medidas anunciadas este miércoles por Sunak está prohibir la extracción de hidrocarburos por fractura hidráulica (fracking), un veto que su antecesora al frente del Gobierno, Liz Truss, había levantado.

Sunak ha asegurado que mantendrá en ese terreno las promesas del programa electoral con el que su compañero de partido Boris Johnson ganó las últimas elecciones generales, en 2019, que defendía una moratoria para todos los proyectos de fractura hidráulica.

Truss había levantado ese veto para tratar de reducir la dependencia energética exterior del Reino Unido, aunque aseguró que solo se iniciarían perforaciones en zonas donde se tuviera el beneplácito de los residentes locales.

La noche antes de verse forzada a dimitir, una revuelta de decenas de diputados tories que no querían dar su apoyo el regreso del fracking sembró el caos en la Cámara de los Comunes, donde algunos diputados acusaron de «acoso» a los responsables de disciplina parlamentaria conservadores.