INFO

«Naturalidad» y «ser uno mismo», los secretos del éxito de Luis García Plaza y Joan Peñarroya

En un ambiente distendido y ante más de un centenar de empresarios locales, los técnicos del Alavés y Saski Baskonia han hecho bandera del trabajo en conjunto, del conocimiento de sus equipos de trabajo y de la «sensación de pertenencia» que han encontrado entre la afición gasteiztarra.

Luis García Plaza y Joan Peñarroya la charla del Hotel Canciller Ayala. (Endika PORTILLO | FOKU)

«Reivindico el espejismo
De intentar ser uno mismo»

Luis Eduardo Aute - La Belleza

Que nadie se engañe por el ambiente informal, por el café y los croissants del hotel Canciller Ayala. El encuentro con los medios organizado por la revista Dato Económico, en el que Joan Peñarroya y Luis García Plaza han departido con más de cien empresarios locales, en calidad de entrenadores de Saski Baskonia y Alavés respectivamente, ha sido una jornada de trabajo. No en vano nada menos que Josean Kerejeta se ha dejado ver, y hasta ha repartido sonrisas desde la mesa presidencial –cartelito con el número uno, a vista del número 20 de la reservada a los medios–, cuando uno se lo imagina las 24 horas en su despacho, su oficina, su continuo moverse o encaramado en las alturas de su torre de marfil.

Alrededor de una mesa se labran alianzas, futuras reuniones y hasta se liman asperezas de cara a futuros acuerdos de colaboración, y los medios glosan lo que los técnicos de los dos clubes más importantes de Gasteiz –aunque uno no deje de echar de menos la presencias de Kutxabank Araski– tienen que decir, siempre muy interesante en cuanto que se tratan de dos personas muy distintas en su talante, pero en apariencia al menos, bien naturales. Y ese «ser uno mismo» ha sido una de las grandes reivindicaciones que ambos han pregonado en los poco más de 50 minutos que ha durado el desayuno de trabajo.

«Hay muchos tipos de entrenadores de éxito y muy buenos, porque no hay una sola forma de ser», ha insistido el técnico baskonista, aunque la «honestidad» ha campado como santo y seña en el proceder diario de ambos entrenadores, así en Ibaia como en el Buesa Arena.

«Un entrenador, como gestor de grupos que es, mucha veces no es justo y puedes no darle minutos a cinco jugadores que trabajan muy bien, sino a otros cinco, porque son mejores. El entrenador tiene que ser honesto y mirar a la cara al jugador para que lo entienda. Porque un jugador, cuando siente que lo engañas y le intentas vender una burra, pierdes la credibilidad y si pierdes la credibilidad con uno, aunque sea el que menos juega, a la que te empiezan a ir mal las cosas, te puede destrozar el día a día», ha indicado Peñarroya, más serio en un principio aunque se le ha adivinado cierta agilidad irónica, por más que Luis García Plaza presenta un talante más dicharachero.

«El entrenador tiene que ser honesto y mirar a la cara al jugador para que lo entienda»

«Lo importante es ser tú mismo», ha apostillado el preparador albiazul. «Si eres más frío, más frío; si eres mas simpático, más simpático; o si eres más antipático, pues más antipático. Yo empecé muy joven y al principio me preocupaba de cómo comportarme ante los jugadores, pero luego aprendes que la honestidad con los futbolistas es fundamental. No les miento y prefiero pasar 15 minutos de vergüenza diciéndonos las cosas, hasta las malas, a la cara, que taparlo», ha subrayado.

Procedencia desde abajo

Ni Gasteiz es una ciudad grande ni Alavés ni Saski Baskonia, cada cual con sus circunstancias, son trasatlánticos a nivel económico. Pero forman parte de Gasteiz –del acervo deportivo y cultural de Euskal Herria, por extensión–. En ese sentido, «el sentido de pertenencia», con la afición como principal portador de ese sentimiento a los inquilinos de los dos banquillos, ambos nuevos en la capital alavesa, ha sido otro de los factores que Peñarroya y García Plaza han destacado.

«Yo no puedo traer al mejor jugador del mundo», ha dicho el preparador albiazul entre risas del público, «pero sí que el deporte es un referente del sitio en el que vives, yo que he vivido también en el extranjero –China o los Emiratos Árabes, por ejemplo–. Allá donde voy intento entender la cultura y las costumbres de cada sitio que he estado. Somos representantes de una ciudad, Gasteiz en este caso, y no se debe olvidar nunca; tenemos esa obligación. Es importante saber a quién representas o lo que tu equipo puede representar, y los entrenadores somos una cara visible».

«Cuando vienes a Gasteiz para entrenar al Baskonia, sabes a dónde vas», ha añadido Peñarroya. «Aquí se tiene ese sentimiento de pertenencia que compartes con la gente. El club lo tiene y aunque a nivel de jugadores es más complicado, porque esto se ha vuelto muy global y ahora es extraño ver a un jugador que esté siete u ocho años en un club, pero el sentimiento que transmite la ciudad, el Buesa Arena, es lo que hay que seguir alimentando y es una de las cosas que nos hace competir ante grandes ciudades y grandes presupuestos».

Peñarroya ha explicado que lo ideal sería contratar para el Baskonia a «un clon de Scola, Nocioni o Splitter», porque a su juicio «no hay que buscar al mejor jugador del mundo, sino a aquel que ha dado mucho y con el que la gente se ha sentido muy conectada».

«Sí que es una ciudad muy volcada con sus equipos deportivos», ha apostillado Luis García Plaza. «Me gusta salir a correr y ahí ves que la gente te muestra su cariño, pero no solo ahora que vamos bien en la Liga, sino desde el primer entrenamiento. y eso que llegaba algo inquieto por cómo reaccionaría la gente después de un descenso», han subrayado.

Asimismo, ambos técnicos se han mostrado sensibles al día a día de su ciudad de adopción, en el sentido de que en su caso es ahora –o en los últimos años– cuando se han asentado como técnicos de la élite que pueden vivir de este trabajo, luego de haber ascendido desde categorías inferiores sin un colchón económico en caso de no salir bien el experimento.

«Tengo el privilegio de estar entrenando un equipo top, pero para llegar a ser entrenador profesional pasé cuatro años en una categoría como la Liga EBA»

«El día a día de los ciudadanos es también el de los entrenadores», ha indicado Peñarroya. «Tengo el privilegio de estar entrenando un equipo top, pero para llegar a ser entrenador profesional pasé cuatro años en una categoría como la Liga EBA, que es la cuarta categoría donde ni tenía un salario bueno ni nada. Por eso, ahora no puedo vivir de espaldas a la sociedad. Además, con los amigos y la familia, el día a día lo vives con ellos, no desde una burbuja», ha insistido el técnic o baskonista.

¡Qué decir del preparador del Glorioso! «He entrenado en Preferente, de Tercera, y los problemas son los que son y uno es consciente de que las cosas están jodidas, es algo que ves», ha afirmado el preparador babazorro.

Comunicación y equipo

«En Gasteiz se hacen bien las cosas, porque el Baskonia ha sido un equipo ganador ante semejantes competidores, y eso sin implicar al territorio, a la ciudad, a la gente y sus instituciones, no se puede, incluso haciendo las cosas bien en los momentos difíciles», ha reflexionado Peñarroya, apuntando más hacia la mesa de Josean Kerejeta y Félix Fernández, como «secreto del éxito».

Pero en ese buen hacer, los propios entrenadores han puesto el acento en mucho más que entrenar. «Hay que prepararse bien: entrenarse bien, descansar bien, viajar bien, alimentarse bien... El trabajo del equipo es global. Y si los ayudantes analizan los cuatro últimos partidos del próximo rival en un contexto de poco tiempo, de partidos seguidos y viajes, descansar bien, viajar bien... es necesario», ha explicado Peñarroya, unas cualidades a las que Luis García Plaza ha añadido el cierto conoimiento de la plantilla y el cuerpo técnico en la construcción de esa química.

«Aparte de hacer una entrevista personal de cada jugador, tienes que saber hasta cierto punto lo que piensa. No es lo mismo hablar con un jugador que otro; si tiene hijos o no y las preocupaciones que tiene; no es lo mismo entrenar a Javi López que a Salva Sevilla. Tienes que respetar su intimidad pero tienes que saber tratarlos, porque al final de conocerlos, y más ahora cuando en los equipos de fútbol hay también tantas culturas. Por eso, la pretemporada es tan importante para establecer vínculos».

El matiz lo ha introducido Peñarroya. «Hay entrenadores que se limitan a entrenar y les va muy bien, aunque le doy importancia a conocer a los jugadores. No hay una sola forma de liderar e interpretar ser entrenador. Pero también hay jugadores que no quieren que sepas cómo está en casa en su vid personal... Creo en las relaciones, pero hay que saber cuándo hay que dar un paso al lado. Por eso creo que, si bien no hay que cambiar allí donde vas, sí que tienes que adaptarte».

Entre las consideraciones finales han quedado, por ejemplo, la opinión de ambos entrenadores de la consciencia y de la cada vez más completa preparación de los deportistas para el «día después de su retirada». «No es fácil, porque pasan de un día para otro de estar en el foco al anonimato. Muchos quieren seguir en el mundo del fútbol, pero no hay sitio para todos y por eso sus entornos cada vez les dicen más a los jugadores que tienen que prepararse y los clubs tendríamos que ayudarles para preparar ese futuro», ha advertido Luis García Plaza.

«Después de unos 15 años en lo que lo normal es vivir el día a día del deporte profesional, encontrarte con el día a día de la vida laboral no es nada fácil porque es un impacto»

Mientras, Joan Peñarroya, que ha hablado por su experiencia en primera persona –y siendo como es padre de un jugador que ahora mismo milita en la LEB Oro– que «después de unos 15 años en lo que lo normal es vivir el día a día del deporte profesional, encontrarte con el día a día de la vida laboral no es nada fácil porque es un impacto». También ha indicado que «los jóvenes salen cada vez más preparados y ahora es más habitual ver jugadores que siguen estudiando porque cada vez hay más conciencia de prepararse pero sigue siendo difícil».

Por otro lado, ambos entrenadores han mostrado el lógico respeto al deporte femenino de élite, en el que han coincidido su alto nivel y su rápido crecimiento, aunque a la pregunta de plantear el juego en pie de igualdad entre hombres y mujeres Joan Peñarroya ha establecido la inevitable barrera física. «Ya es el propio físico lo que separa la élite de lo que no lo es en gran medida, y en el caso de las mujeres, mucho más. Hay otras disciplinas en las que podrían competir, pero en deportes de contacto, no creo. Está la competición femenina, que es de nivel top, que es lo que hay que reforzar», ha concluido el técnico baskonista antes de que, en esa búsqueda de la sencillez y la naturalidad, el lúdico desayuno de trabajo, haya tocado a su fin.