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‘Arde Babilonia’, cuando la música plantó cara al fascismo en Gran Bretaña

El escritor Rick Blackman ha publicado ‘Arde Babilonia. Música, subculturas y antifascismo en Gran Bretaña de 1958 a 2020’ –Desacorde Ediciones–, un extenso y meticuloso estudio centrado en los movimientos musicales que frenaron el auge de los partidos fascistas en Gran Bretaña.

Imagen del histórico concierto que se celebró en Londres en 1978. (DAVID CORIO | BRITISH LIBRARY COLLECTION)

Rick Blackman, músico y activista antirracista desde la década de 1980, ha sido miembro de las organizaciones Love Music Hate Racism, Unite Against Fascism y Stand Up To Racism.

A través de Desacorde Ediciones, nos llega su último libro ‘Arde Babilonia. Música, subculturas y antifascismo en Gran Bretaña de 1958 a 2020’, fruto de una tesis doctoral basada en un contexto histórico al que ha dedicado diferentes obras.

A través de sus páginas, su autor nos descubre cómo en tres ocasiones y durante los últimos sesenta años, los movimientos musicales han jugado un papel fundamental a la hora de frenar el auge de los partidos fascistas en Gran Bretaña: ‘Stars Campaign for Interracial Friendship’ en los años cincuenta; ‘Rock Against Racism’ a finales de los setenta; y ‘Love Music Hate Racism’ en las dos primeras décadas del siglo XXI.

El libro también quiere ser un homenaje a esos tres movimientos musicales y a los músicos, activistas y subculturas juveniles que los hicieron posibles; además, brinda un análisis profundo del auge de los movimientos fascistas modernos y las estrategias políticas necesarias para combatirlos.

El libro cuenta con prólogos de Óscar Sancho Rubio –líder de la banda de heavy metal Lujuria y uno de los fundadores de Rock Contra el Fascismo– y Mariano Muniesa –periodista musical y responsable político de cultura en Podemos Comunidad de Madrid–. Además, el epílogo lleva la firma de David Karvala, activista de Unitat Contra el Feixisme i el Racisme de Catalunya.

Desde el epicentro Notting Hill

En 2017, Rick Blackman publicó a través de la editorial Redwords ‘Forty Miles of Bad Road: The Stars Campaign for Interracial Friendship and the Notting Hill Riots of 1958’.

En aquella ocasión, el músico y activista explicó que «A finales del verano de 1958, hubo un estallido de violencia racista en las calles de Notting Hill, al oeste de Londres. En su origen hubo muchos y muy complejos factores sociales, económicos y políticos. Todo ello ocurrió en un contexto de viviendas en barrios marginales, preocupaciones sobre el empleo y el matrimonio interracial, había un racismo naciente contra las comunidades asiáticas y afrocaribeñas que se habían instalado recientemente en Notting Hill. Todo ello fue amplificado por un renovado movimiento fascista que surgió en torno a la campaña ‘Keep Britain White’, orquestada por White Defense League y el Union Movement, de Oswald Mosley».

En su exposición de dichos episodios históricos, Blackman añadió que «‘The Stars’ Campaign for Interracial Friendship’ se fundó tras aquellos disturbios por un grupo de músicos y a ellos se sumaron personalidades como Lawrence Olivier, Peter Sellers, Paul Robeson, Harry Seacombe, Tommy Steele y Lonnie Donegan, entre otros. Todo ello se tradujo en una serie de conciertos y actuaciones interraciales en clubes locales para promover el entendimiento. Fue el primero de su tipo y el comienzo de las posturas adoptadas por muchas celebridades que quisieron involucrarse en la política y la sociedad. La música y el entretenimiento fueron reconocidos como una herramienta para difundir un mensaje social».

Aquella campaña se prolongó durante 16 meses y sentó un precedente que fue seguido en la década de 1970 por Rock Contra el Racismo, en el que los artistas se unieron para enfrentarse al Frente Nacional, que había llegado al tercer lugar en las elecciones con una campaña que incidió en el tema de la repatriación de personas negras y asiáticas.

The Clash, Elvis Costello, Bob Marley y Pete Townshend participaron en Rock Against Racism y ello se tradujo en un concierto al que acudieron más de 100.000 personas.