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El 30% de los cargos nombrados por Osakidetza en 2022 tiene vínculos con la sanidad privada

Ni el fenómeno es nuevo ni se circunscribe a la CAV, pero el último conflicto en el seno de Osakidetza ha puesto el foco sobre los cargos intermedios de la red pública. El hecho de que tengan consulta o intereses en la sanidad privada no parece ser un impedimento para acceder a estos puestos.

Imagen de la huelga de Osakidetza, en febrero de este año. (Monika DEL VALLE | FOKU)

Oftalmólogos, cirujanos, otorrinolaringólogos, neumólogos… siempre se ha dicho que muchos médicos especialistas, tanto en Osakidetza como en Osasunbidea, compaginan su labor en hospitales públicos con consultas privadas de diversa índole. Sacar los datos no es fácil, pues la maraña de portales y buscadores dedicados a la transparencia a menudo parecen diseñados para lograr todo lo contrario. Aunque la tarea es ardua, sin embargo, hacer una aproximación no es tan complicado.

GARA ha repasado los nombramientos de jefes de sección y de servicio sanitario de Osakidetza a lo largo de este 2022 y ha podido identificar un total de 50 cargos, de los cuales al menos 15 tienen algún tipo de vínculo con la sanidad privada. Es decir, tres de cada diez profesionales nombrados este año para desempeñar alguna responsabilidad sanitaria intermedia en la red pública pasan consulta en otros hospitales de carácter privado –destacan sobre todo las diferentes clínicas del grupo Quirón–, tienen consulta particular, o en algún caso, cuentan con una empresa propia en el sector sanitario.

Varias especialidades

La mayor parte de cargos nombrados este año con intereses más allá de la sanidad pública son especialistas en oftalmología –un total de tres–, aunque el área con mayor presencia de doble actividad es la cirugía: dos cirujanos plásticos, un cirujano torácico y un ortopédico compaginan sus labores en hospitales públicos con otros fuera de Osakidetza. También hay dos cargos de pediatría, otros dos de otorrinolaringología y otro par de neumología. La lista se completa con un neurólogo y un especialista en radiodiagnóstico.

Conviene aclarar que no se trata de cargos de libre designación, sino de nombramientos que se realizan mediante el sistema de concurso y con un tribunal calificador. No deja de llamar la atención, sin embargo, que entre los 15 concursos analizados por GARA, solo hay un caso en el que se presentasen dos candidatos para el puesto ofertado por la dirección de Osakidetza. En los otros 14 casos, el tribunal lo tuvo muy fácil: solo había un candidato para el puesto.

Un debate recurrente

Cabe subrayar que los datos de Osakidetza no son para nada una anomalía. A falta de cifras concretas, en Nafarroa es bien conocida también esta práctica, y en el Estado español no parece diferente. En 2012, el propio Servicio Nacional de Salud reconocía que un tercio de sus profesionales compaginaba su labor con la privada.

Tampoco se circunscribe al Estado español. Este sistema dual ha sido objeto de debate en numerosos países europeos y también en ambientes especializados. Hace unos pocos años, un contundente artículo publicado en el prestigioso British Medical Journal sacudió el debate. «Los médicos no deberían tener permitido trabajar en la sanidad pública y en la privada al mismo tiempo», afirmaba el cardiólogo John Dean.

En Osakidetza, las OSI cuenta con códigos éticos que, genéricamente, señalan que los profesionales deben primar el interés de la red pública «sobre el particular». Dean contestaba tajantemente: «El negocio de la medicina y la práctica de la medicina son contradictorios».