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Marisol Garmendia
Teniente alcalde de Donostia y candidata del PSE en la próximas municipales

«Me gustaría tener la oposición que tienen en Bilbao, allí todos reman en la misma dirección»

Tras imponerse con solvencia en las primarias al exalcalde Odón Elorza, Marisol Garmendia será la cabeza de lista del PSE a las municipales de Donostia dentro de medio año. Con esa cita en el horizonte repasa algunos de los temas más candentes en la capital de Gipuzkoa.

Marisol Garmendia posa en los jardines de Alderdi Eder. (Jon URBE | FOKU)

Recta final de una legislatura complicada de gestionar…

Desde mi experiencia, ha sido la más difícil. Han sido dos primeros años de pandemia durísimos, que creo que se nos están olvidando demasiado pronto y que han condicionado toda la legislatura.

Hacer frente a eso, estableciendo las prioridades en las personas y en los colectivos más necesitados, en la garantía de los servicios públicos básicos, fue una respuesta de emergencia que creo que el Ayuntamiento de Donostia dio a la ciudadanía.

A partir de ahí, conforme fuimos mejorando, hay una serie de proyectos estratégicos que para nosotros eran vitales como la supresión del viaducto de Iztueta, la bulevarización de Loiola, el polideportivo de Altza… Otros se quedaron en el cajón porque no eran tan prioritarios. 

Por segunda legislatura consecutiva el PSE ha sido, como en muchas instituciones, socio de gobierno del PNV. ¿Cómo es esa convivencia a nivel local?

Pactamos un programa de gobierno, con una serie de proyectos que se han visto condicionados por dos años de pandemia, entendiendo que San Sebastián necesitaba sobre todo estabilidad, un gobierno entre diferentes. Creo que la coalición PNV-PSE garantiza estabilidad y pluralidad. Es verdad que hay puntos de discrepancia, porque somos diferentes, pero tenemos puntos de acuerdo en los que trabajamos.

Siempre se suele responder ‘vamos a ver primero qué dicen las urnas’, pero ¿contemplan prolongar este acuerdo?

Es lo que tenemos que decir, porque realmente son los ciudadanos y ciudadanas los que deciden con su voto. A mi me gustaría ganar y voy a salir a ganar, aspiro a ser la primera alcaldesa de San Sebastián, pero tenemos que dejar que la ciudadanía decida. Y en función de lo que decida espero que el PSE esté en el Gobierno. ¿Y con quién? Veremos. Lo importante es también ¿para qué?

Lo de gobernar en solitario parece complicado, aunque en otros lugares como Bilbo es más factible…

En una sociedad tan plural y en estos tiempos… una mayoría absoluta o suficientemente cualificada que permita gobiernos de un solo color creo que no son posibles, y probablemente tampoco deseables.

Ya me gustaría tener aquí la oposición que tiene Bilbao, o las posturas que muchos partidos que son oposición pudieran tener en relación a proyectos estratégicos de ciudad. Allí no importa casi tanto los colores, todos reman en una misma dirección.

¿Hablamos por ejemplo de la ampliación del Metro?      

Me encantaría que la postura de EH Bildu en San Sebastián fuera como la postura de EH Bildu en Bilbao. Allí están a favor de todo: la ampliación de las líneas del Metro, toda la política de apoyo al turismo, la proyección internacional de la ciudad, los grandes eventos… y me parece lo normal. En cambio, en San Sebastián es justamente lo contrario.

Pasemos a temas concretos, presentes a diario en las conversaciones. Uno es la vivienda, con precios disparados…

Es un problema estructural, siempre ha sido cara. Es una ciudad atractiva para su entorno, los principales compradores de vivienda son gente del propio San Sebastián y de Gipuzkoa, siempre ha sido un foco de atracción y de inversión. Y no hay recetas sencillas para problemas complejos como este, que además no dependen de las competencias municipales.

«La vivienda es un problema estructural, siempre ha sido cara, esta ciudad es atractiva y no hay recetas sencillas»

Pero hay que abordarlo teniendo en cuenta que la vivienda y el empleo son los dos factores esenciales para el bienestar de la ciudadanía y para la cohesión social. Tenemos que empeñarnos en dar soluciones habitacionales especialmente a nuestros jóvenes.

Tenemos que trabajar conjuntamente con el Gobierno Vasco para desarrollar soluciones como viviendas nuevas en alquiler o sacar viviendas vacías al mercado. El Departamento de Vivienda es el que está poniendo sobre la mesa las políticas más innovadoras, como el programa Bizilagun.

La política de vivienda no puede centrarse solo en la construcción. Tenemos un suelo muy escaso, hay que rehabilitar. La mayor parte del parque de vivienda de la ciudad tiene más de 40 años. Y hay que construir con criterios de sostenibilidad económica y ambiental.

Lo que no se puede es decir que tenemos un enorme problema de vivienda y decir al mismo tiempo ‘no’ a todas las promociones. No se puede decir ‘no’ a 350 viviendas en Añorga, ‘no’ al Infierno, ‘no’ a Illarra.

Otro tema calentito es el de la movilidad, con varios frentes: obras del Metro, descuentos en la tarjeta Mugi…

Gestionar una ciudad es gestionar equilibrios difíciles e intereses contrapuestos. Los socialistas donostiarras tenemos clarísimo que hemos apoyado y apoyaremos la mejora del transporte público. Y eso supone apostar por el Metro de Donostialdea, porque el ferrocarril es el transporte colectivo más sostenible.

No es un caprichito de los donostiarras para que los del Antiguo o los de Amara puedan venir a La Concha, el Metro es la principal conexión metropolitana de la zona este de Gipuzkoa.

Además va a permitir liberar mucho suelo, mucho espacio peatonal, va a hacer que la ciudadanía pueda dejar el coche en casa, porque va a tener conexiones cada siete minutos. Hasta que no esté terminado no nos vamos a dar cuenta de cómo va a transformar la ciudad.

«El transporte genera déficit, claro, pero otras actividades también y el PNV nunca dice ni mu»

 

Apostar por el transporte sostenible también es apostar por una mejora del sistema tarifario. Con todo lo que está cayendo, el Gobierno de Pedro Sánchez está dando una cobertura social para hacer frente a la crisis económica, atendiendo a las necesidades reales de la mayoría. Y eso se traduce en descuentos. 

¿Que genera déficit? Claro, como otras cosas. Pero seguiremos apoyando los descuentos y la cobertura social en épocas de crisis. Hay otras actividades y servicios públicos que generan déficit, y el PNV nunca dice ni mu.

Menudo follón se montó con los cambios de direcciones en el Centro…

Las políticas de ciudad hay que pactarlas con los sectores implicados: a dónde vamos, cuál es la hoja de ruta, qué queremos hacer, qué nos están diciendo desde Europa que tenemos que hacer…

No podemos hacer cosas sin escuchar y sin tener un consenso mínimo, y es lo que está pasando, que se están adoptando decisiones que no están siendo entendidas, ni consensuadas, ni bien explicadas.

Y cuando hay cambios de tráfico que en vez de solucionar cosas las están agravando, está bien pararse, escuchar, ver lo que está pasando y si hay que rectificar se hace, no pasa nada.

Cambios va a tener que haber en los hábitos de cada uno y en la configuración de las ciudades, todas están tomando determinaciones para restringir el acceso de los vehículos a los centros urbanos. Pero tampoco puedes tomar medidas alejadas de la realidad, no puedes legislar por ejemplo sin tener en cuenta las motos que hay.

En la última década se ha vivido un boom del turismo. Es un importante motor económico, pero al mismo tiempo genera problemas. ¿Cómo se afronta esto?  

Llevábamos 40 años con la violencia y el terrorismo de ETA, que no hacia precisamente atractiva la ciudad. Además de hacer huir a muchos donostiarras por motivos políticos, cerró esta ciudad al turismo. Cuando ETA desaparece la gente redescubre la ciudad, y eso coincide con una fase de globalización en la que la clase media trabajadora puede viajar.

Lo que me llama poderosamente la atención es que fuerzas políticas llamadas de izquierdas y progresistas demonicen al turismo. Prefieren, al parecer, que solo viaje la gente que tiene más dinero.

Bueno, diría que el argumento de quienes critican no es exactamente ese…

Sí, sí, están en contra de que un jubilado de Guadalajara o un matrimonio de Getafe puedan venir a San Sebastián. ¿Por qué? Cuando además nosotros, los vascos y los donostiarras, somos los primeros que viajamos a todo el mundo.

Y hacemos en esos destinos lo mismo que luego no queremos que hagan en nuestra ciudad. Me parece que la demonización del turismo es antiprogresista.

Pero no todo es color de rosa…

No, como en cualquier otra actividad. Lo que tenemos que hacer es regular, que es lo que estamos haciendo desde el Ayuntamiento y desde la Sociedad de Turismo.

Hemos regulado los pisos turísticos, declaramos zona saturada la Parte Vieja, estamos a favor de seguir declarando si hiciera falta zonas saturadas a Gros y el Centro, número de grupos, ruidos, altavoces… para que sea compatible la actividad turística con la actividad diaria, para que los locales estemos a gusto y seamos hospitalarios, como lo hemos sido siempre.

No somos un destino de sol y de playa, somos un destino que quiere que el visitante se integre en la ciudad. El turismo es un sector transversal, no hablamos solo de hoteles, estamos hablando del pequeño comercio, del transporte, de la hostelería; es un sector que da mucho trabajo a esta ciudad, mucha riqueza.

¿No se están poniendo todos los huevos en la misma cesta?

Eso no es cierto. La realidad es que la primera fuente de empleo y de recursos es el sector médico-sanitario, y el segundo el educativo. Y estamos creciendo importantemente en el sector de la ciencia, la innovación y el conocimiento. No somos Benidorm, ni siquiera Biarritz, somos una ciudad de servicios. Las ciudades turísticas cierran fuera de temporada, nosotros no cerramos ningún día del año.

Ha comentado la importancia del sector sanitario. ¿Qué le parece el conflicto en la OSI de Donostialdea?

La situación de Osakidetza es preocupante, y quien niegue eso no está pegado a la realidad. Es verdad que ha estado muy tensionada estos dos años de pandemia, hay que reconocer la inmensa labor que todo el sistema sanitario ha hecho, y esto está condicionando y lastrando. Pero los servicios públicos básicos tienen que estar por encima de cualquier contingencia y tenemos que garantizar sobre todo la Atención Primaria. No podemos seguir recortando horarios, atendiendo por teléfono, cuando además tenemos una población con tantas personas mayores a las que les cuesta muchísimo.

Hay que decir que se han incrementado los presupuestos del año que viene para Osakidetza porque van a afrontar una OPE muy importante. Y esa es una buena noticia, pero tiene que ir acompañada de una organización acorde con las necesidades. No podemos retroceder en la calidad de los servicios prestados. Parece que la ‘buena gestión’ del PNV empieza a resentirse, por decirlo suavemente.