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Abuelas de Plaza de Mayo identifica al nieto 131 y llama a la sociedad a sumarse a la búsqueda

Las Abuelas de Plaza de Mayo han confirmado la restitución de identidad del ‘nieto 131’, apropiado ilegalmente durante la dictadura militar que gobernó Argentina entre 1976 y 1983. Este nuevo hallazgo se produce tres años y medio después del anterior.

La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, junto a integrantes de la institución, de la CONADI y nietos restituidos, anuncia el hallazgo de un nuevo nieto, el número 131. (Luis ROBAYO | AFP)

«Volvemos a celebrar el hallazgo de un nuevo nieto, el 131. Otra vez confirmamos que los casi 300 hombres y mujeres que viven con su identidad falseada están entre nosotros y nos volvemos a ilusionar con un 2023 con más restituciones», anunciaron este jueves las Abuelas de Plaza de Mayo.

Se trata del hijo de Lucía Ángela Nadin y Aldo Hugo Quevedo, militantes del PRT-ERP, que fueron detenidos entre septiembre y octubre de 1977 en la ciudad de Buenos Aires junto a otra compañera. Nadin estaba embarazada de entre dos y tres meses, pero su familia lo desconocía, factor que complicó y alargó aún más la búsqueda.

Según los datos aportados por las Abuelas de Plaza de Mayo, la pareja permaneció detenida en varios centros clandestinos –Club Atlético y El Banco–. Por testimonios de supervivientes, pudo saberse que Lucía fue trasladada desde El Banco para dar a luz entre marzo y abril de 1978. Se sospecha de que el parto pudo haberse producido en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) de Buenos Aires.

La familia supo del embarazado a través de informaciones de personas que estuvieron con la pareja antes de su secuestro, pero hasta el 23 de junio de 2004 la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) no pudo confirmar que Nadin estaba embarazada. La investigación partió de la denuncia formal que realizó el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) de Mendoza ante la CONADI.

En 2005, la familia Nadin dejó su muestra en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG). En marzo de 2010, la CONADI logró contactar con el hermano de Quevedo, que también dejó su perfil en el BNDG.

Diez años más tarde, en 2015, gracias a un trabajo de investigación de Abuelas y la CONADI que partió de «información aportada por la sociedad», se identificó a un hombre que se sospechaba podía ser hijo de desaparecidos.

En 2019 la CONADI derivó la información a la Unidad especializada para casos de apropiación de niños durante el terrorismo de Estado. En abril de 2019, la Unidad presentó la denuncia ante la justicia.

El Juzgado Federal Número 4, a cargo de Ariel Lijo, logró localizarlo el pasado 14 de septiembre y le pidió que accediera a hacerse un análisis de sangres. El hombre aceptó realizarse el estudio genético que, finalmente, ha confirmado que se trata del hijo de Lucía Ángela Nadin y Aldo Hugo Quevedo.

Claudia Carlotto, directora de la CONADI e hija de Carlotto, relató que uno de los momentos más conmovedores cuando le comunicaron la noticia fue cuando le mostraron la fotografía de sus padres, la cual no podía dejar de mirar.

«Fue uno de los momentos más conmovedores porque él es una copia de su papá», señaló. Casualmente, este joven de 44 años estudió Filosofía y Letras, la misma carrera que sus padres.

«Sus padres fueron secuestrados, torturados y asesinados de la peor manera, pero hoy vuelven a aparecer porque su hijo sabe quiénes son: los miró por primera vez en una foto y creo que eso es traerlos de vuelta a la vida, traerlos de vuelta al recuerdo y eso es uno de los logros de nuestras queridas Abuelas que nos permitieron a cada uno de nosotros recuperar la identidad por nosotros pero también para nuestros padres que fueron desaparecidos de la peor manera», añadió Horacio Pietragalla, nieto restituido y secretario de Derechos Humanos.

Más de 2.000 personas se han acercado a Abuelas con dudas

«En estos años difíciles, centenares de hombres y mujeres con dudas sobre su origen se acercaron a nosotras y otros aportaron información sobre posibles hijos o hijas de personas desaparecidas; también elaboramos nuevas campañas y estrategias para mantener viva la búsqueda, que fueron acompañadas por un enorme sector de la sociedad. Solo en los últimos cuatro años, dos de ellos en pandemia, se analizaron más de 2.000 personas con dudas de su identidad, por presentación espontánea, y cerca de 400 a través de la justicia, entre ellos el último nieto encontrado», resaltó la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.

«Se trata de un trabajo constante, silencioso, paciente y amoroso. Pero todavía falta mucho y el tiempo, lamentablemente, no se detiene. En estos años debimos despedir a queridas compañeras y muchas de ellas no pudieron concretar el merecido abrazo. Nuestros nietos y nietas ya rondan los 45 años y seguramente son hombres y mujeres con una vida construida, con sus trabajos, saberes, amores, preferencias, deseos y familias constituidas», añadió.

«Cualquier dato o sospecha es suficiente para acercarse»

Pero, «les decimos que queremos sumar verdad a su historia, que los y las esperamos con amor».

Carlotto apeló a la sociedad a «sumarse: cualquier dato o sospecha es suficiente para acercarse. No se guarden la información. No se queden con la duda. Rompan el silencio. Nuestros nietos y nietas están entre nosotros».

«En estos días de alegría y celebración, en los que sentimos la fuerza de lo colectivo y el valor de la perseverancia, terminamos el 2022 con la esperanza renovada. En nuestro brindis, también levantaremos la copa por un año lleno de reencuentros. Porque, sabemos, la única lucha que se pierde es la que se abandona», exclamó.

La última vez que Abuelas de Plaza de Mayo anunció la restitución de identidad de un bebé robado fue el 13 de junio de 2019, cuando la organización presentó públicamente a Javier Matías Darroux, de 41 años, como ‘nieto 130’.