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Lo más que ha logrado Zelenski en su visita a EEUU es prisa

Maestro de la oratoria, Zelenski se lleva a Kiev frases e imágenes que ilustrarán los libros de historia occidentales. Y, aparte de una batería de misiles Patriot, «con objetivo puramente defensivo» –insistió Joe Biden–, vuelve con promesas de nuevos paquetes de ayuda militar y económica. Y prisas.

Zelenski y Biden, en la Casa Blanca. (Brendan SMIALOWSKI | AFP)

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, señaló que «una paz justa no es compatible con comprometer la soberanía, la libertad y la integridad de mi país», un lenguaje de máximos que incluye la exigencia incluso de Crimea.

Su homólogo estadounidense, Joe Biden, insistió en que no se tomará ninguna decisión que afecte a Ucrania «sin contar con Ucrania». Un desiderátum diplomático que se verbaliza sabiendo que no se va a cumplir, traiciones en las que EEUU –no solo– es ducho.

En plena visita, el presidente francés, Emmanuel Macron, concedió una entrevista a medios internacionales en la que insistía en lo que considera una visión más realista del conflicto y de su salida.

Así, apuesta por que Ucrania se centre en recuperar el terreno ocupado por Rusia desde el 24 de febrero, eufemismo para que se olvide de Crimea y del Donbass bajo control de Moscú desde 2014.

Tras hacer suyos los lugares comunes de que «la soberanía y la integridad territorial es un asunto de los ucranianos» y que «la prioridad hoy es defender Ucrania y la victoria militar de Ucrania», el inquilino del Elíseo advierte de que su entrada en la OTAN «no es el escenario más probable» pues «sería percibida por Rusia como una confrontación. No es algo que se pueda concebir con esta Rusia», añade.

Y no solo por el rechazo de Moscú sino porque, en ese caso, a Ucrania «habrá que darle garantías de seguridad más robustas, ya que ha sido agredida por Rusia», recuerda.

El presidente galo se defiende asimismo de las críticas por sostener que la guerra terminará en una mesa de negociación y por apostar por un acuerdo de seguridad para Europa, lo que incluiría garantías para Rusia, y no solo a través de la OTAN.

Así, avisa a «quienes me dan lecciones morales» de que no quiere «que sean los chinos y los turcos los únicos que negocien el día después» del final de las hostilidades.

El Kremlin, por medio de su portavoz, Dmitri Peskov, abonaba la tesis de Macron al denunciar que ni uno ni otro «han dicho nada que pueda ser percibido como una voluntad potencial de escuchar las preocupaciones de Rusia». «Lo que demuestra –a su juicio– que EEUU sigue en la línea de guerra de facto e indirecta contra Rusia, hasta el último ucraniano».

El presidente ruso, Vladimir Putin, minimizó los logros de la visita, incluso el hecho de que se haya llevado el Patriot, «un sistema bastante viejo». «Dicen que es un arma defensiva», señaló sobre la promesa de Biden de que no se utilizará para atacar objetivos en Rusia. «Tomamos nota y ya veremos», añadió Putin, quien advirtió de que, «en todo caso, tenemos un antídoto».

Finalmente, insistió en que todo esto «no es sino una manera de alargar el conflicto, nada más. Un conflicto que quien ordenó el 24 de febrero la incursión militar en Ucrania» asegura quiere acabar cuanto antes. «Nos esforzaremos para lograr que esto termine, y cuanto antes mejor, por supuesto», señaló.

Un propósito que no responde a cálculo realista alguno y que tiene más de guiño a un Occidente que da muestras de cansancio. La advertencia de los republicanos de que no están dispuestos a dar cheques tan masivos en blanco a Kiev es un aviso.

Si Ucrania quiere disuadir a Occidente de que negocie, necesita nuevas victorias militares. El problema es que, para ello, necesita que le suministren más armas. Por de pronto, EEUU se resiste a dar a Kiev armamento pesado como misiles de largo alcance.

Muchos apuntan a que Kiev ordenará en este invierno que comienza una contraofensiva para retomar el control de Melitopol hacia el mar de Azov y para cortar las comunicaciones entre Crimea y el Donbass.

Lo que augura, avances y declaraciones al margen, que la guerra puede durar no meses, sino años.