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Sustrai critica que el Plan Energético del Gobierno navarro favorece a las grandes empresas

El Plan Energético que el Gobierno navarro está elaborando favorece a las grandes empresas y no establece una verdadera planificación, según ha denunciado Sustrai Erakuntza, que subraya que no analiza las razones por las que no se han frenado las emisiones de gases de efecto invernadero.

Imagen de archivo del parque eólico de Alaitz, en Nafarroa. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

Sustrai Erakuntza critica que el Plan Energético que está elaborando el Gobierno navarro favorece a las grandes empresas y no establece una verdadera planificación, según señala en una nota.

A juicio de Sustrai, el plan del Gobierno se inicia con «la constatación del fracaso de las políticas llevadas a cabo en los últimos años para reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero», a pesar de que la potencia renovable y las medidas de eficiencia energética han aumentado en Nafarroa. «A pesar de este dato, el borrador del plan insiste en una línea continuista, sin analizar por qué se mantienen estas emisiones, en qué sectores y actividades, y qué medidas deberían abordarse con radicalidad para su disminución», lamenta.

Sustrai critica también que «se trata de un plan que no planifica», ya que lo considera «condescendiente con el oligopolio y las grandes empresas energéticas, que siguen campando a sus anchas, acumulando grandes beneficios mientras se sigue extendiendo la pobreza energética».

«Impide un modelo público»

De este modo, denuncia que esta postura «está impidiendo la puesta en marcha de un modelo energético democrático, público, universal, descentralizado y desconcentrado».

Junto a ello, critica que el plan se centra en «promover nuevas infraestructuras de producción energética de todo tipo, sin reparar en los impactos que producen».

Así, constata que «las propuestas de macroplantas eólicas presentadas por las empresas hasta la fecha superan con creces lo que el propio Gobierno había considerado oportuno establecer en la planificación para desarrollar hasta 2030», cuando concluye la vigencia del plan. Sustrai critica que, por tanto, «el Gobierno de Navarra renuncia a planificar nada sobre la eólica y oficializa la política del ‘dejar hacer’ a la industria que ha mantenido hasta la fecha».

«Son las empresas las que realmente están ‘planificando’ en Navarra, evidentemente siguiendo sus intereses económicos. Están llenando nuestros montes y campos de infraestructuras energéticas con graves impactos sobre la biodiversidad (la continuada muerte de aves en parques eólicos es solo un ejemplo) y contra la soberanía alimentaria (como ocurre con la extensión de grandes parque fotovoltaicos en tierras de labor)».

Sustrai realiza un análisis similar en lo referido a las líneas eléctricas de transporte y distribución, ya que «no se dedica ningún párrafo a hablar de las líneas dedicadas a evacuar la electricidad generada por los macropolígonos de energías renovables. Nos encontramos ante la triste circunstancia de que algunas de estas líneas serían más grandes y con más impactos que las propias líneas de transporte de electricidad a largas distancias». El organismo se refiere a las líneas que Forestalia promueve para llevar la electricidad supuestamente renovable desde Aragón y Euskal Herria.

Las centrales térmicas de Castejón es otra de las cuestiones en las que, según Sustrai, «no se planifica nada». Recuerda que se trata de instalaciones declaradas ilegales por diversos tribunales y que, pese a ello, se siguen manteniendo en funcionamiento. «El Gobierno de Navarra no ha decidido nada y se limita a ‘dejar hacer’ a las empresas, permitiendo que consigan grandes beneficios utilizando para ellos con infraestructuras ilegales».

Movilidad

El capítulo de movilidad sostenible debería haberse titulado, según Sustrai, «el coche eléctrico», ya que se centra en su impulso. «No incluye ninguna medida para evitar la sobremovilidad existente en la sociedad actual. Tampoco trae medidas que promuevan el uso y los servicios de un transporte público, con precios sociales, que permita unir los núcleos rurales con las cabezas comarcales».

Junto a ello, destaca que el plan solo hace dos menciones al ferrocarril, «el único medio de transporte utilizado actualmente que es capaz de moverse con energías renovables, dado que en nuestra comunidad se encuentra electrificado», y lamenta que dé por bueno el proyecto del TAV. Frente a ello, Sustrai aboga por impulsar un servicio de cercanías en Nafarroa en las líneas Ziordia-Castejón-Cortes y Castejón-Fitero con la apertura de todas las estaciones y apeaderos y un aumento de las frecuencias, en el marco de una apuesta por el tren social.

Sustrai critica también que no se planifiquen las energías actuales pero sí las que todavía no son más que un proyecto, como el hidrógeno. «El propio plan incurre en errores como el de asimilarlo a los combustibles fósiles, definiéndolo como un ‘combustible’», destaca el organismo, que recuerda que el llamado hidrógeno verde requiere grandes cantidades de electricidad de origen renovable para producir pequeñas cantidades de hidrógeno, lo que obliga a multiplicar por más de dos la cantidad de plantas de captación de energías renovables. «Este análisis está completamente ausente en el borrador del plan, mientras que propugna la construcción de muchas empresas en torno al hidrógeno verde, lo que traería un aumento aún mayor de la instalación de polígonos eólicos y fotovoltaicos», añade.

El borrador del plan incluye también la posible implantación de nuevas infraestructuras para la extracción de biogás de los purines generados por la ganadería industrial como por la de residuos urbanos. El texto recuerda el proyecto de una planta de la Mancomunidad de Iruñerria en Imarkoain para extraer metano de los residuos orgánicos y el de la macrogranja de Caparroso para ampliar la producción de biogás. Sobre este segundo, Sustrai destaca que se basa «en la ampliación que se ha permitido a esta gran instalación de ganadería industrial mientras se ahoga a las pequeñas explotaciones».