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Jon Iñarritu
Diputado de EH Bildu en el Congreso español

«Que no cuenten con EH Bildu para ser cómplices de aprobar una Ley Mordaza descafeinada»

Jon Iñarritu es el representante de EH Bildu en las negociaciones sobre la reforma de la Ley Mordaza y alerta de que su grupo no aceptará una reforma descafeinada, tras subrayar que hay votos suficientes para lograr una norma que ponga freno a los excesos registrados hasta ahora.

Jon Iñarritu, en las dependencias del Congreso, en Madrid. (NAIZ)

Reforma «light» o reforma descafeinada de la Ley Mordaza. El Gobierno español no quiere eliminar los aspectos más lesivos de la ley. Estamos ante una promesa incumplida, la de la derogación.

Sí, así es. De aprobarse el texto como está en estos momentos, con las incorporaciones de las transaccionales que se han acordado, quedarían lo que son los núcleos fundamentales que se han utilizado para reprimir masivamente en base a esta norma. Son los artículos 36.6 y 37.4, la de desobediencia y las faltas de respeto a la autoridad, que durante prácticamente un año y 43 reuniones entre los partidos del llamado bloque de investidura hemos estado negociando no ya para eliminarlos, que es lo que pedíamos algunas fuerzas, sino para objetivarlos. Es decir, que la sanción, en el caso de haberla, debía ser motivada por unos términos objetivos. Había una propuesta de Unidas Podemos para que los insultos y las injurias, en el caso de no ser delito, pudieran ser sancionables. Esto no ha sido aceptado por el PSOE y han empezado a hacer una literatura llena de cábalas en la que la interpretación para actuaciones se basa en la subjetividad y el libre albedrío de los agentes para sancionar a ciudadanos, tal y como sucede ahora, por tonos de voz, comentarios, camisetas o pins. Esto es inaceptable.

De igual forma con la desobediencia. Esta última semana propusimos que la desobediencia y la no identificación bajaran a sanciones leves, como estaba en la época de Zapatero. Pero no, hay algunos que han preferido mantener el espíritu de la norma de Rajoy, de la Ley Mordaza, y dejarlo como sanciones graves. Por estos motivos, creemos que, de mantenerse como está y con las propuestas que han hecho PSOE, PNV y Podemos, se podría seguir hablando de una Ley Mordaza. Si a esto le añadimos el uso de material antidisturbios de otro siglo, como son las pelotas de goma, tremendamente imprecisas y peligrosas, hace que no sea asumible. Y para colmo, la adicional primera de devoluciones en caliente, en la que se conforman con dejarlo para otra ley pero sin resolverlo. Después de haber visto 500 devoluciones en caliente el pasado mes de junio en Melilla, creemos que ha llegado el momento de abordarlo. Por eso, pedimos que se aborden esos cuatro aspectos. Si no, de quedarse el texto como está hoy en día, podríamos hablar claramente de una Ley Mordaza light.

¿Se puede decir que EH Bildu se va a plantar y no va a apoyar una reforma que no incluya los mínimos necesarios?

Sí. Hace un año, cuando tuvimos reuniones bilaterales con el PSOE y con Unidas Podemos, planteamos seis o siete asuntos que para nosotros eran clave, unas líneas rojas. Les dijimos que para nosotros era fundamental eliminar y desactivar esos aspecto, ya que, de otra manera, no se estaría abordando el verdadero problema de la Ley de Seguridad Ciudadana, de la Ley Mordaza. Desde un inicio lo hemos dejado claro. En estos meses, es cierto que en algunos de esos aspectos hemos conseguido llegar a acuerdos. También en aspectos secundarios, hemos pactado más de 30 transaccionales con los partidos del bloque de investidura. Pero lo que queda ahora para derogar son los aspectos más lesivos. Y si no, que no cuenten con EH Bildu porque no seremos cómplices de aprobar una Ley Mordaza descafeinada.

Hasta ahora se ha negociado en una ponencia, a puerta cerrada, a partir de ahora se hará en comisión, a puerta abierta. ¿Puede servir esto para que la postura de PSOE y Unidas Podemos sea más insostenible de cara a su electorado? ¿Mantienen su pesimismo al respecto?

Hay dos teorías. Una de ellas dice que la presión del debate público en la comisión, con un tiempo tasado de unas dos semanas, va a hacer que los partidos del Gobierno acepten desactivar los aspectos más lesivos. Nosotros tenemos serias dudas, teniendo en cuenta que hasta ahora, en ponencia y a puerta cerrada, es cierto que hemos llegado a decenas de acuerdos en asuntos más secundarios y que alguno de los puntos fundamentales también han sido acordados y desactivados, como fue la responsabilidad en manifestaciones, pero quedan los asuntos fundamentales. Tengo la impresión de que si no se llega a un acuerdo, todo se puede ir por un precipicio. Si se aprobase en los términos en los que está tendríamos una Ley Mordaza descafeinada pero con la misma capacidad de sanción sin motivo alguno.

«El PSOE, por activa y por pasiva, nos ha dicho que desde el Ministerio del Interior les han marcado una línea roja por el creciente aumento de sindicatos ultraderechistas en la Policía Nacional»

En cualquier caso, han manifestado que mantienen su pesimismo de cara a un cambio de posición del PSOE y de Unidas Podemos.

Sí, no sé si pesimista o realista. Pero la realidad es que el PSOE, por activa y por pasiva, nos ha dicho que desde el Ministerio del Interior les han marcado una línea roja por diferentes razones, como el ambiente electoral y, sobre todo, las elecciones internas en la Policía Nacional, en las que los sindicatos de carácter ultra están cada vez más presentes y, además, están haciendo que sindicatos que eran antes más corporativos estén tomando posiciones cada vez más ultras para no perder afiliación. Nos han dicho que esto es un motivo de preocupación y que, por tanto, en el Ministerio del Interior no quieren que se apruebe esta norma haciendo frente a los aspectos más lesivos.

De igual forma, los mensajes han cambiado. Hasta ahora veíamos que la negociación estaba siendo intensa y había esperanzas de llegar a un acuerdo. En las últimas semanas, es ya un asunto de discurso público, de relato, de discurso justificador, de reparto de culpas. Los bulos están a la orden del día. Creemos que estamos en otra fase en la que se busca la presión. Si creen que en base a la presión van a convencer a EH Bildu para que cambie de posición, están muy confundidos. Si EH Bildu, finalmente, apoya esa norma será porque se han desactivado los puntos más problemáticos con los derechos y libertades de la ciudadanía. Si no, que no cuenten con nosotros porque por mucha presión política o mediática que hagan sería inconcebible que apoyemos esa norma en los términos que está actualmente.

Es preocupante que detrás de la tibieza del PSOE estén las presiones de los sindicatos policiales ultraderechistas.

Así es. Esto se ha expuesto en reuniones bilaterales y en las de negociación. Implícitamente y explícitamente. No una, sino varias veces. Nos han trasladado que se veía como un auténtico problema. Hemos abordado también esa realidad. Si al final, por las presiones y manifestaciones que hacen estos grupos ultras, el Gobierno cambia de posición, hay que reconocer que la presión de esos grupos ultras está sirviendo para que no se aborde una reforma integral o una derogación de una ley tan perniciosa como es la Ley Mordaza.

«No estamos dispuestos a asumir el falso dilema de quedarnos con la ley de Rajoy o la ley represiva que quieren aprobar. Hay votos suficientes para una norma garantista»

En la última votación, el paso de ponencia a comisión se aprobó gracias al voto de ERC, que ha mantenido, junto a EH Bildu, una posición firme de rechazo a una reforma descafeinada. ¿Piensa que ERC mantendrá la misma posición que hasta ahora, tal y como han subrayado, o el acuerdo con el PSC en la Generalitat puede influir?

Hay que dejar claro, aunque se haya intentado ocultar por las fuerzas del Gobierno, que en la ponencia del miércoles lo más importante de lo que se votó fueron varias transaccionales. Entre ellas, había cuatro relativas a los artículos más lesivos que tenían algunas variaciones pero que, desde nuestro punto de vista, eran completamente insuficientes. Eran literatura que no abordaba lo sustancial. Ante esas propuestas, ERC, EH Bildu y Junts votamos en contra por ser del todo insuficientes. Ese es el punto principal de la ponencia del miércoles, que hay un bloqueo en esos aspectos. Al final de la ponencia se realizó una votación sobre si la ponencia se acababa y se pasaba a comisión. ERC votó a favor de ir a comisión diciendo que creían que el debate público iba a ayudar a la negociación. Nosotros tenemos otro punto de vista, ya que creemos que hay un gran riesgo debido al bloqueo y a la falta de voluntad política del PSOE. Es verdad que hay dos partidos, como el PNV y Unidas Podemos, que creen que el PSOE no va a ir más allá y prefieren una ley con ese contenido que quedarse con la ley de Rajoy. A nosotros nos parece un falso dilema. No estamos dispuestos a asumir o la ley de Rajoy o la ley represiva que quieren aprobar. Por eso, les hemos dicho que no cuenten con nosotros para aprobar esos textos. Especialmente, cuando el compromiso era otro y hay una mayoría de votos para abordar una ley mucho más garantista y mucho más respetuosa con los derechos y libertades de la ciudadanía.

Jon Iñarritu, diputado de EH Bildu, en las dependencias del Congreso. (NAIZ)