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La increíble biografía del rapero Xatar

ORO PURO
Alemania-Nederlands. 2022. 138’ Tit. orig.: ‘Rheingold’. ​Dtor. y guion: Fatih Akin, sobre un libro de Giwar Hajabi. Prod.: Fatih Akin. Int.: Emilio Sakraya, Mona Pirzad. Fot.: Rainer Klausmann. Mús.: Ralf Kemper. Mont: Andrew Bird.

Emilio Sakraya protagoniza el biopic del rapero de origen kurdo Xatar. (NAIZ)

​El cineasta germano-turco Fatih Akin vivió su momento álgido en la primera década del nuevo milenio con ‘Contra la pared’ (2004), ‘Cruzando el puente: Los sonidos de Estambul’ (2005), ‘Al otro lado’ (2007) y ‘Soul Kitchen’ (2009). De un tiempo a esta parte ha intentado reactivar su carrera buscando temas originales y de impacto, lo que consiguió con su anterior ‘El monstruo de St. Pauli’ (2019), basada en la vida real del asesino en serie Fritz Honka. Se mantiene en el terreno del biopic llamativo con las andanzas del rapero Xatar, basándose en su libro de memorias del 2015 ‘Todo o nada: Como dicen ellos el mundo es tuyo’. Lo publicó en alemán con su verdadero nombre de Giwar Hajabi.

El nombre de Giwar parece ser que quiere decir ‘nacido en el sufrimiento’, y se lo pusieron porque vino al mundo en una cueva llena de murciélagos, debido a que su familia de músicos kurdos se había pasado a la guerrilla para luchar contra la persecución del régimen iraní de Jomeini. Luego se instalarían en Europa como refugiados, acabando en Bonn, donde el joven Giwar comenzó a delinquir en un barrio de inmigrantes. Del menudeo de hachís o la venta de VHS porno, fue pasando al narcotráfico.

Y fue por culpa de la pérdida de un cargamento cuando para saldar la correspondiente deuda con la mafia kurda de Amsterdam preparó el golpe del atraco de oro. Le costó siete años de cárcel, y estando en prisión grabó su primer disco de forma clandestina con un dictáfono. Hoy en día se ha convertido en una estrella del hip-hop alemán bajo el alias artístico de Xatar.

Akin necesita dos horas y veinte minutos para poder contar las peripecias de alguien que nunca se para y siempre esta metido en líos. A tal fin divide la película en capítulos cortos, con rótulos que indican los cambios de localización y de fecha. El problema está en que los acontecimientos se vuelven cada vez más increíbles, con lo que se cumple lo de que la realidad supera a la ficción. El ascenso delictivo del personaje obliga a utilizar distintos géneros, incluido el de acción y atracos violentos a lo Guy Ritchie.